Berta Eguidazu Lohmüller (Cosas que pasan)




COSAS QUE PASAN

Cuando ponemos las noticias, vemos todo lo que está pasando en el mundo (accidentes de tráfico, enfermedades…) y siempre lo vemos muy lejano a nosotros. Pensamos que todas esas cosas no nos van a pasar, pero en realidad ¿tú sabes lo que te va a pasar en unos minutos, el día de mañana, dentro de 1 semana o de 5 años?. Pues no, nadie lo sabe y yo no sabía lo que me iba a pasar a los 17 años.

Yo era un chico normal y corriente, como uno cualquiera (iba a la escuela, jugaba al fútbol en el equipo del cole, salía con mis amigos de fiesta, me enamoré de una chica de mi clase, tenía una familia fantástica) en fin era un chico de 17 años bastante afortunado.

Acabo de entrar en mi último año de colegio, 2º de bachillerato, un curso estresante pero a la vez estoy muy impaciente por terminar y entra en la universidad, conocer nueva gente, poder sacarme el carnet de conducir y dedicarme a lo que más me gusta que es ser médico.

Pero todas las cosas que tenía planeadas se derrumbaron, no pude acabar 2º, por lo que no pude entrar a la universidad y de ser médico ya ni hablamos. Y os preguntareis por qué?.

Todo esto pasó un día jugando al fútbol, empecé a no sentir la mano derecha, perdía el equilibrio, pero en ese momento no le di importancia. Podría ser un mareo, un bajón de azúcar, quién sabe.

A la mañana siguiente, se me había paralizado toda la cara, no podía decir ni una sola palabra. En ese instante y sin perder un segundo mis padres me llevaron al hospital más cercano.

Ese día, 11 de febrero, mi vida cambio de repente, había sufrido un ictus isquémico. Fui un caso complicado y con poquísimo % de supervivencia. Nadie daba un duro… pero mi familia lo dio todo para sacar adelante al que siguen llamando su pequeño MILAGRO.

Tras 1 año en el hospital, con medicación a todas horas, terapias, clases para volver a hablar, operaciones… conseguí recuperarme. Aunque suene raro, no me ha importado en cierto modo vivir lo que he vivido, porque me ha hecho ser más fuerte, a apreciar la vida de una manera distinta, he aprendido ha disfrutar cada momento que paso porque nunca sabrás cual es el último.

Ahora tengo 18 años y soy miembro de un equipo de fútbol con personas que han pasado por la misma situación que yo, la DCA (daño cerebral adquirido). Este equipo se ha convertido en mi segunda familia, es lo mejor que me ha pasado en la vida.

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