GRACIAS
12-04-2008. Suena el
despertador, me levanto, me ducho, me visto, voy a desayunar e inmediatamente
me pongo a pensar en el gran día que va a ser hoy.
Me llamo Marco, soy
español aunque vivo en California y tengo 34 años, hoy tengo una entrevista de
trabajo por la que llevo luchando más de 6 años, nada más y nada menos que para
entrar a trabajar a mi empresa favorita, Apple.
Estoy muy nervioso pero
tengo muchas ganas, así que sin dudarlo me bebo de un sorbo el poco de leche
que quedaba en mi vaso, cojo las llaves del coche, bajo al garaje y arranco.
Concretamente vivo en San Francisco, así que me espera un viaje de alrededor de
1 hora.
Voy escuchando música tranquilamente,
tanto que me salto un cede al paso, llega un camión a más de 100
kilómetros/hora por la autopista y… mi coche y yo no sé ni donde acabamos, solo
sé que cuando me desperté con vida en el hospital no entendía cómo es que no
había acabado en el otro barrio. Al parecer, llegué en estado crítico y una
trasfusión de sangre de un donante me salvó la vida. Por cierto, soy A+, por si
os interesa. Quién me lo iba a decir a mí, que cada vez que veo un cartel de
“Dona sangre” lo miro como diciendo: “Sí sí, ahora mismo, espérate que me quito
la sudadera y voy sacando el brazo para que me quitéis aunque sea 1 mililitro
de mi preciosa sangre”.
Pasan un par de semanas
y al parecer ya estoy listo para volver a casa. Hogar dulce hogar, dije cuando
volví a mi preciado domicilio casi 1 mes después de haber salido rumbo a
Cupertino para ir a mi ansiosa entrevista de trabajo en Apple. Hablando de
Apple, al parecer ya me tenían fichado y no iba ni a haber entrevista, tenían
bastante claro que me iban a contratar. ¿Podría haber tenido una mejor noticia
de vuelta a casa? Yo creo que no. Mañana mismo me incorporo a trabajar.
Hoy sí que sí, hoy voy
a estar 100% concentrado en la carretera. Y efectivamente, evitando todo tipo
de distracciones me planto en las oficinas de Apple 1 hora después de haber
salido. Voy a trabajar en la sección de Marketing y Publicidad y como todos los
primeros días, es el momento de presentaciones, explicaciones, un saludo por
aquí, un saludo por allá… en fin, como odio estos días. Después de muchas horas, toca volver a casa y
que queréis que os diga, lo mejor de todo ha sido cuando me han presentado a Marta,
mi compañera de mesa en la oficina… he sentido una conexión especial con ella.
¿Amor a primera vista? Quién sabe, quizá aún es muy pronto para decirlo.
Vaya… perdón por no
haber estado informándoos pero ya han pasado 10 años desde la última vez que
hablamos, ya estamos en pleno 2018. Estoy completamente asentado en la compañía
y… ¿Os acordáis de Marta? Finalmente no estaba equivocado, hubo una química
especial entre ambos y os puedo confirmar que fue amor a primera vista,
llevamos ya 4 años casados y estamos esperando nuestro primer hijo, que va a
nacer ya en 2019, concretamente en abril. Ambos estamos ilusionados por su
llegada… bueno, os dejo. Ya volveremos a hablar cuando mi vida se vuelva a
poner interesante.
Hola de nuevo, hoy es
12 de abril y acaba de nacer nuestro hijo, lo hemos llamado Carlos y la
felicidad nos invade. Marta se encuentra un poco mal pero dicen los médicos que
es normal después del parto, aunque ella defiende que es un dolor sobrenatural.
Un par de meses más
tarde, descubren a Sara un cáncer en los ovarios el cual está tan avanzado que
no tiene solución. Veo los análisis y no sé ni que decir, a mi mujer no le
queda ni una semana de vida y no se puede hacer nada. De los análisis me quedo
con un dato, Sara era A+.
La curiosidad mató al
gato decían y en este caso el gato era yo. ¿Os acordáis de mi accidente de hace
11 años? Ese en el que me salvé por una trasfusión… Yo también era A+ y no sé
si os lo había contado pero Marta suele donar con asiduidad. Realmente, siempre
quise saber quién me salvó la vida y la conexión que noté con Marta desde el
principio era más que especial.
En los hospitales
guardan absolutamente toda la información, así que moviendo un par de hilos
quizá podría descubrir aquello que me ha estado comiendo la cabeza estos
últimos años. Descubrir de quién era la sangre que me salvó la vida al fin y al
cabo seguro que son un par de tecleos rápidos en la base de datos.
Tras un poco de
investigación, lo descubro y efectivamente, fue Marta. Inmediatamente voy a
hablar con ella al hospital, tengo poco tiempo porque en cualquier momento
quizá… bueno, mejor ni pensarlo. Se lo digo, y aunque ella estaba muy débil
como para mediar palabra me sonríe como si ya lo supiese todo, o como si lo
notase, me quedé impresionado.
Los médicos me
recomendaban salir de la habitación ya que en cualquier momento podía fallecer,
pero yo no me podía ir sin decirle las siguientes palabras: “Me salvaste la
vida hace 11 años cuando ni nos
conocíamos, me diste una con el nacimiento de Carlos cuando nos conocimos y
aunque ahora te vayas a llevar una parte de mi vida, gracias, Marta.”
Jose
Luis Gardón. 1º bachillerato B. 02/2019.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEs un relato bastante bueno que juega con la intriga y da la vuelta a la historia por completo. 👏🏻👏🏻👏🏻
ResponderEliminarRelató ganador de la clase muy bien 👌🏼
ResponderEliminarUn gran relato. Sorprente la capacidad de superación del autor, a pesar de tus problemas lo has logrado. Simplemente GRACIAS.
ResponderEliminarAlguien me hace un resumen ?????
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