MEMORIAS DE UN SOLDADO
Coronel Juan José Castellanos Moscoso, casco
azul de la OTAN enviado junto a su escuadrón compuesto por otros 12 soldados a
Bosnia y Herzegovina con la misión de ayuda civiles.
Pero
ese objetivo cambiaría pronto…
10:30
am del 13 de Septiembre de 2007: quinto día en el cuartel, ya hemos visto
muchas familias quedarse sin nada y hemos ayudado a otras cuantas
proporcionándolas agua y víveres como se nos fue indicado. La temperatura hoy
es de 23ºC y 2% de humedad, un ambiente demasiado seco para poder estar allí
sin sentirlo tú mismo. Pero se volvería más seco aun, cuando mientras
quitábamos las rocas de un paso con la pequeña pero eficiente ayuda de un niño
herzegovino de 8 años, recibo la llamada de mi superior comunicándome que cinco
camionetas serbiobosnias armadas estaban entrando en zona civil y que pasarían
por nuestra localización. Con la imposibilidad de poder regresar a base por
tiempo mi escuadrón, el niño herzegovino y yo nos escondimos en uno de los
pocos edificios que quedaban en pie en esa triste y desolada ciudad.
Pocos
minutos después de escondernos empezamos a oír disparos y balas volando por el
aire, da igual si fueran de ametralladora, escopeta o francotirador parecía que
se habían reunido todos esa mañana. Pero ninguno sonaba cerca de nosotros.
Mirando a mi escuadrón veía distintas expresiones, unos apretando los dientes y
sus fusiles, mientras que otros rezaban a una pequeña cruz. Pero yo sabía que
ninguno tenía miedo, estaba seguro que cualquiera de esos hombres darían su
vida por esa bandera que teníamos cosida en el brazo derecho.
Al
cabo de media hora mas o menos los disparos cesaron y oímos como unos vehículos
se añejaban y otros muchos se alejaban. Pocos minutos después recibí una señal
de radio en inglés diciendo que ya era seguro que saliéramos. Con cuidado salí
del escondrijo con precaución por si se debía a una trampa pero eran unos
soldados estadounidenses. Veía charcos de sangre y luego cuerpos del bando de
la resistencia serbiobosnia. Un par de
mis hombres y yo ayudamos a mover unos cuerpos y al terminar unos pocos
soldados estadounidenses se quedaron con nosotros por precaución.
Intercambiamos unas pocas palabras, ellos me contaron su vida y yo la mía. Por
desgracia no me acuerdo de lo que me contaron pero si de sus nombres: Bruce
Stanton y Paul Harrier.
16:25
pm del 13 de Septiembre de 2007: 29ºC, 1,5% de humedad. Seguimos recorriendo
zona supuestamente civil buscando a necesitados que requieran de nuestra ayuda.
Me separo del grupo al recibir una llamada del general para indicar hora de
vuelta. Al terminar la llamada oigo un ruido a mis cuatro, del sobrealto
levanto la carabina y quito el seguro listo para lo que fuera. Veo que el ruido
proviene de un tanque pequeño medio destruido. Me acerco con todos mis sentidos
alerta. Me subo al tanque y levanto la compuerta y lo que vi siempre se me
quedara grabado en la retina. Vi a un chico, tendría de trece a quince años,
estaba llorando aterrorizado y sostenía un kalashnikov sin cargador alguno. No
paraba de apretar el gatillo sin darse cuenta que no tenía ni una bala en la
recámara, de lo único que se daba cuenta era de ese hombre enfrente suyo
creyendo que sería una amenaza. Al ver esta imagen lo que hice fue quitarme el
casco y bajar tanto mi arma como la suya. Pero en el momento que toqué la suya
se me abalanzo sobre ni con un cuchillo oxidado, yo en un autoreflejo le agarre
del pecho y le saque del tanque. Fuera seguía intentando matarme aún teniendo
yo un metro más que el niño. No fue difícil quitarle el cuchillo e inmovilizarlo
ya que gastaba toda su energía en sollozar y gritar, a causa de estos gritos
apareció el resto del grupo, el cual le ataron las manos al niño para que no
hiciera nada. Durante el resto de la ruta le miraba y me preguntaba por que me
intento atacar ese pobre diablo.
09:00
am del 14 de Septiembre de 2007: 18ºC y 3% de humedad. Era la mañana siguiente,
este día descansaba mi escuadrón por lo que decidí visitar al niño. El guardia
que vigilaba la celda donde estaba me dijo que no había dicho ni una palabra ni
había probado bocado desde que llego allí.
Le pedí al soldado que nos dejara solos al niño y a mi. Entre en la celda con
una taza con agua y se la acerque para que la cogiera, cuando elevo la mano
para cogerla se la retiré y le indique con gestos que primero hablara. Al no
ver respuesta por su parte me levanté con la intención de salir de la celda
pero justo en ese momento oí su voz que dijo “wait!”, me giré sorprendido y le di la taza, la cual se bebió en un
suspiro. El niño hablaba inglés, le pregunte que porque no había hablado antes,
y me dijo una frase que nunca olvidaré “te hablo solo a ti porque se que eres
el único de todos que nos me dispararías”. Después de ello intenté hablar con
él pero o se negaba a responder o respondía con monosílabos o frases sin
profundidad, solo me dijo su nombre “Andelko”. Al ver que nuestra conversación
no tendría futuro decidí dejarlo y visitarlo el próximo día con la esperanza de
saber más de él.
20:45
pm del 15 de Septiembre de 2007: 16ºC y 2% de humedad. Después de volver a zona
civil decidí intentar hablar con el chico, pero me llevé una triste sorpresa al
saber que el bando croata nuestros aliados se lo llevaron al descubrir que era
el hijo de un alto cargo serbio con fines de usarlo en la negociación. Solo
Dios sabe lo que le habrá pasado a ese niño afectado por los problemas de los
hombres.
Juan
José Castellanos siguió los pasos de su padre (mi abuelo) Juan Castellanos
Gómez, teniente general de los paracaidistas y del ejercito de tierra durante 8
años.
Juan
José Castellanos llego a Bosnia 11 años después de que la guerra acabara
oficialmente, pero hoy en día siguen habiendo enfrentamientos entre los dos
bandos.
Tengo
un tío militar, tenía dos abuelos militares y tengo un primo preparándose para
guardia civil. No serán las personas más patriotas, pero si tienen claro que halla a donde vayan defenderán esa bandera con su
vida. Y me da mucha pena saber que en los días en los que estamos haya gente
que menosprecie a España, sobre todo gente del propio país.
Los
militares dicen que tienen mayor mérito la policía y guardia civil que ellos,
porque ellos defienden esa bandera en un territorio más hostil que es su propio
país. Dicen que no es lo mismo luchar contra una persona que no conoces, que no
sabes cuales son sus creencias ni seguramente sus intenciones; es más difícil y
duro luchar contra personas que comparten tierra, costumbres, creencias y
nacionalidad aunque ellos la menosprecien.
Pero
los militares dicen estar seguros de una cosa: “sabemos que si alguien se
independizara de España no tendrían un ejercito como el nuestro, ya que no
tendrían los mismos valores ni las agallas de defender algo como es nuestra
patria de la cual estamos orgullosos de formar parte”.
Juan de Laburu Castellanos
Yo estuve a las órdenes del General Castellanos en 1981, en la Brigada de Alcalá, el diploma lo tengo firmado por él, fue un honor servir a sus ÓRDENES, DEP mí General.
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