Pablo de la Nuez (Las sombras olvidadas)



LAS SOMBRAS OLVIDADAS

Cuando oyes las noticias sobre los atentados islamistas siempre te llenas de tristeza y dolor, te desgarra saber que unas personas normales han muerto simplemente por estar en el lugar y menos indicado y en la hora más inoportuna. Pero esto solo dura unos minutos, horas o incluso si eres muy empático puede durar unos días, pero no más. Salvo que seas esa persona que estuvo en el lugar y a la hora en lo que todo sucede, si eres unos de esos, la experiencia te persigue durante el resto de la vida.

Soy una de esas personas con un nombre del que ya la gente ni se acuerda, una de esas sombras sin ninguna relevancia que suena un rato en el telediario de turno. Soy una de las razones por las que la gente hipócrita sube fotos a Instagram diciendo lo mucho que lo sienten y enviando mensajes de animo a mis familiares. Uno más de esos miles de personas que sufren las consecuencias de un terrorismo presente en todo el mundo.

Pero lo que la gente se niega a ver es que tanto yo como otras víctimas teníamos unas vidas normales. Yo era un chico con mis problemas, inquietudes y sueños. Con una familia maravillosa que siempre me apoyaba y con una novia que me hacía sentir lleno de vida, a la que quería tanto que accedí a ir a ese mercadillo navideño de Estrasburgo que tanta fama tiene, a pesar de hacer un frío espectacular y odiar estar rodeado de un montón de gente. Pero bueno estaba enamorado y no iba a negar la posibilidad de hacerla un poco más feliz. De hecho, iba a aprovechar la oportunidad y la iba a llevar a un buen restaurante. Más tarde iríamos al mercadillo navideño que tanto le gustaba y si la cosa iba bien tenía planeado de pedirla matrimonio.

Pero todo esto eran simples ilusiones que se desvanecieron el 13 de diciembre de 2018, el día que a un yihadista se le ocurrió ir al mercado navideño de Estrasburgo y empezar a disparar a los civiles, hiriendo a 11 personas y matando a 5 personas. Bueno o al menos eso es lo que nos cuentan en la televisión, pues a estas cifras no se le suman todas las personas que se quedan traumatizadas y el dolor que causa a todos los familiares y personas queridas de estas víctimas.

Durante los pocos minutos que dura te sientes impotente, hasta que en un momento te das cuenta de lo que está pasando, es en ese momento cuando me puse delante de mi novia y noté un fuerte dolor acompañado con una pérdida de memoria. La siguiente vez que me recuperé la consciencia estaba en el hospital con mi familia rodeándome y llorando, más tarde me explicaron que la bala me había dado en la médula espinal y no volvería a volver a andar.

Me costó mucho tiempo acostúmbrame a la idea de no volver a andar, todo parecía una pesadilla de la cual no podía despertar, desde entonces mi vida ha consistido en la constante superación de mis dificultades, pero gracias a Dios, a mi familia y a mi mujer tengo todo lo que necesito.

Yo fui uno de los afortunados que logro sobrevivir, pero con daños irreparables que me harán permanecer en una silla de ruedas para el resto de mi vida. Yo tuve suerte, pero hoy escribo por parte de los que no la tuvieron, por aquellos que perecieron no solo ante este ataque terrorista en Estrasburgo, sino por todos aquellos que sufren las consecuencias de estos ataques que cada vez son más frecuentes en nuestras sociedades. Llevados acabo por personas que no encuentran su sitio en la sociedad y que han sido excluidos de esta, encontrando consuelo en estas ideologías radicales.

Es por esto por lo que debemos mantenernos unidos ante el terrorismo y no olvidar nuestras historias, sino aprender de ellas y luchar todos juntos ante esta amenaza que nos podría afectar a todos, aunque pensemos que estamos seguros. Porque yo puedo aseguraros que no es así, que todos somos vulnerables y que debemos de plantar cara a esta amenaza unidos, sin miedo.

Yo no he mencionado mi nombre porque ya no tiene importancia, estoy dejando hueco para los nombres de aquellas personas que estén dispuestos a trabajar por la paz y hacer de este mundo un lugar mejor y más seguro.

Pablo de la Nuez Moreno. 1ºB, nº6

Comentarios