Gabriela Bach (Una vida desconocida)




UNA VIDA DESCONOCIDA

Noto una sensación extraña, hasta el momento todo había sido igual, siempre flotando como en una piscina, escuchando ruidos de fondo, que si os digo la verdad a veces me asustan un poco, o incluso  con unos movimientos muy bruscos en los que todo lo que me rodea se mueve y parece como una montaña rusa, pero todo esto no lo estoy viviendo solo, a mi lado tengo algo que aunque no sepa todavía muy bien que es al cabo del tiempo  le he cogido cariño.

Pero como iba diciendo algo está cambiando, de un momento a otro pasamos de estar en ese lugar calido a uno más frío, y con dos miradas sorprendidas intentando quitarnos algo viscoso que nos rodeaba.

Poco tiempo después me di cuenta de que sí, lo que nos miraba tan sorprendidos eran nuestros padres, y lo que me acompañó en todas esas aventuras era mi hermano.

Todas las mañanas nos despertábamos  cuando salía el sol, remoloneábamos  un poco en el césped e íbamos a dar un paseo para ver si encontramos algo de comida, un día mi hermano y yo nos quedamos jugando en la sombra mientras mis padres fueron más allá del río.

De pronto noté algo que me levantaba y se reía , no eran  como nosotros , asustado me puse a llorar y no pasaron ni 30 segundos cuando el que me sostenía se paró de golpe y dijo susurrando : “Ayudadme tengo al padre delante.”

Mi padre a dos metros  rugió y se abalanzó sobre él  al mismo tiempo  que algo por detrás disparó y dejó a mi padre en el suelo. 

No entendía porqué nos llevaban a mi hermano y a mi en una furgoneta. Cuando llegamos a ese lugar desconocido para nosotros nos separaron sin poder hacer nada para evitarlo.

A mi me llevaron  a un lugar oscuro ,  en el que muchos animales se encontraban encerrados entre rejas, y yo no iba a ser menos por lo que me llevaron a otra jaula como a los demás.

Al día siguiente tras no haber dormido apenas, me echaron encima un cubo lleno de agua fría para que me despertase y acto seguido fue jaula por jaula con un palo haciendo un ruido que hacía que retumbase todo.

No pasaron ni 5 minutos cuando me ataron del cuello y me llevaron con ellos a través de una acuerda , yo me resistía pero en ese momento no tenía ni la mitad de fuerza que ellos.

Pasamos a través de una puerta y lo que vi  me sorprendió, era un lugar amplio , con techos altos y coloridos , pero lo bonito se fue pronto en cuanto empezaron a tirar de mi para que subiera y bajara de una plataforma, yo me resistía ,no porque no supiera hacerlo sino porque no entendía porque tenía que hacerlo , porque estaba aquí en vez de con mi familia.

Tras girar la cabeza haciendo entender que no quería hacerlo me dieron un golpe , y así uno tras otro hasta que cuando ya no podía más me quedé tumbado en el suelo y pararon.

Me llevaron otra vez a ese lugar oscuro y me tiraron un pequeño trozo de carne , me lo comí en cuestión de pocos minutos, claro que no sabía que esa era la única vez que iba tener oportunidad de comer durante el día.

Y  así día tras día , días en los que nada más salir el sol sabía lo que me tocaba ,días en los que apenas comía, días en los que mis esperanzas de que esto acabara se hacían  inexistentes , días en los que no solo eran golpes sino  días con latigazos pinchazos e incluso descargas  hasta no poder más.

Un día al despertarme me di cuenta de que ese día no iba a ser como los demás , todos estaban muy nerviosos , moviendo cosas de un lado a otro , y se escuchaba una enorme bulla de fondo, en las paredes se encontraban unos enormes carteles  que decían : ¡Vengan a ver el salto del tigre! Pero yo desconocía lo que estaba ocurriendo, al rato salí a ese lugar colorido como siempre y vi a cientas de personas alrededor mío,  miraban  expectantes lo que hacía pero yo seguía haciendo lo mismo , me subía a una plataforma sin gana alguna y pasaba por un aro el llamas por el que varias veces me quemé , en cuanto pasaba todos los de mi alrededor sonreían y aplaudían, ¿ A caso les hacía gracia lo que estaba haciendo y lo que había tenido que sufrir para llegar a hacerlo?

En cuanto terminé de hacer mis trucos , todo el mundo se fue feliz ,en cambio yo me dirigí hacia la puerta contraria dónde se encontraba mi jaula y esas cadenas que tanto me apretaban , realmente ese día fue el  mejor día de los que llevo aquí , un poco aturdido por el ruido pero solo me llevé unos simples latigazos , nada que no pudiera soportar , tras ese cansado  día me fui a dormir y el infierno volvió a empezar.

Pasó poco tiempo desde que volví a hacer mis trucos delante de gente me, claro que no sabían la tortura de vida que había llevado desde que me separaron de mi familia y de mi casa hasta el día de hoy, pero espero que algún día lo sepan  y se den cuenta de que los animales no son juguetes, no son marionetas ni objetos que usar a su antojo con el que reírse y ganar dinero, los animales  valen mucho más que eso.

 Gabriela Bach Encinas 1ºA




Comentarios