SU MOMENTO
Era jueves y como cada jueves yo seguía
mi pequeña tradición, estaba tumbada en la bañera, acompañada de una copa de
vino blanco José Pariente y mi canción sonaba de fondo. No había nada que
pudiese estropearme mi momento de desconexión pero no pasó ni un minuto y mi
argumento se desmontó, sonó mi teléfono y para mi sorpresa no era tu padre para
avisarme que llegaría a casa en un par de minutos, recibí la llamada más dura
de mi vida, llamaban del hospital La Paz de Madrid.
- ¿Teresa Rodríguez?
- ¿Si?, ¿qué ocurre?
- Le llamo para informarle de que su
hijo Daniel Pérez ha sido trasladado de urgencia al hospital, ahora mismo se
encuentra en quirófano tras
un grave accidente, le rogamos que se dirija hacia aquí en cuanto usted pueda.
Al oír esas palabras el teléfono se
cayó y yo no reaccionaba, tarde unos segundos hasta darme cuenta de esta
situación. Cuando esto le ocurre a otras personas suena muy lejos y parece que
esto no te puede tocar a ti hasta que te pasa. Salí enseguida la bañera y apoye
la copa donde pude, me vestí corriendo, no tarde ni dos minutos en salir de
casa y me dirigí hacia allí. En el camino llamé a tu padre y yo histérica le
expliqué como pude lo que había pasado y tratando de calmarme quedamos en
vernos allí.
Nos encontrábamos en la sala de
espera, ya nos habían dicho un par de veces que no podían decirnos nada todavía.
Tu padre y yo no parábamos de dar vueltas por la sala, estábamos muy nerviosos
y nadie nos explicaba nada. Por fin vino el doctor, pero no se si estaba
preparada para oír lo que me tenían que decir, llevaba dos noticias, una buena
y una mala. Nos contó la buena primero, estabas fuera de peligro, por lo menos
la operación había salido bien. Llegó la mala noticia.
-Señores Pérez Rodríguez su hijo Daniel
está en coma, de momento no sabemos cuándo podría despertar.
En ese momento volví a romper a
llorar, ya ni me acordaba de las veces que lo había hecho durante toda esa
tarde de sufrimiento y dolor, mi única voluntad en ese momento era poder verte,
hablarte y que este accidente se hubiera quedado solo en un susto sin embargo,
esto no fue así.
Han ido pasando los días, no ha habido
ninguno de estos que no haya estado aquí contigo Daniel, dejé mi trabajo porque
quiero dedicarme a ti, quiero que te cures y quiero que despiertes, no sabes lo
que te echamos de menos tus padres y tu hermana Lucía.
Hoy hace 1 año y medio que te
encuentras bajo ese coma, y no hay día que pierda la esperanza de que te vayas
a despertar.
Hace una semana los médicos contactaron
con nosotros para decirnos que no creían que fueses a despertar, debíamos tomar
una decisión, nos dieron la opción de desconectarte, no te preocupes Daniel, no
nos pensamos esa opción y no tardamos ni un minuto en decir que no, yo sabía
que te ibas a despertar.
Salí a tomar un café, tu padre y tu
hermana Lucia se quedaron contigo para no dejarte solo, cuando volví te cogimos
los tres de la mano, repetimos lo que cada día hacemos contigo, darte fuerzas
parque vuelvas con nosotros.
Tu hermana Lucia de pronto gritó:
-¡Mamá, papá!, Dani se ha despertado.
Rápidamente fuimos a verte, y llamamos
enseguida a los médicos, se me paró el corazón por un segundo, no me podía
creer que estuviese pasando, por fin estás de vuelta.
Seguimos los tres de la mano sin
soltarnos ahora más que nunca, se paró todo por un momento, nos miraste con tus
preciosos ojos azules y tu cara de niño bueno, esa mirada significó todo,
nosotros también te queremos. Lo pude leer en tus ojos, había llegado tu
momento, fue tu ultimo adiós, sonriendo sin dejar de mirarnos cerraste tus
ojitos, tu dolor había terminado.
Siempre vamos a estar contigo, te
quiere mamá.
María Sánchez García
Comentarios
Publicar un comentario