NUESTRAS
VIDAS
Allí estaba yo paseando
por aquel bonito parque una tarde de invierno, hacia frio, pero me daba igual,
no era la primera vez que paseaba con esta temperatura en la calle.
Pasear por el parque me
hacia recordar diferentes aspectos de mi vida que me traían muy buenos
recuerdos, cuando veía a los niños pensaba en aquellas aventuras cuando éramos
pequeños como disfrutábamos jugando en los columpios, aunque alguna manera no
entiendo porque deseábamos crecer.
Me acordaba de los
abuelos y de esas comidas familiares tan desternillantes que acababan en broncas, pero al final los abuelos siempre estaban ahí
para calamar el ambiente, y aun así nosotros queríamos crecer.
Seguí paseando y vi a
una joven pareja con sus hijos y me acorde de papa y de mama, oh papa y mama no
hay palabras que describan el agradecimiento que os tenemos por todo lo que
habéis hecho por nosotros por como siempre habéis estado ahí sin aparente motivo.
Y aun así queríamos crecer.
Continúe por la senda y
me encontré a dos adolescentes enamorados sentados en un banco y me acordé de
ella, si ella la persona mas especial de mi vida y como no recordar aquel
primer beso tímido o aquel atardecer en las azoteas de Madrid, aquellas noches
de locura en los garitos o el día en el que te dije que te quería porque tu
eras lo mas bonito que me ha pasado en mi vida. Pero aun así queríamos crecer.
En este momento pensé
porque queríamos crecer cuando en verdad lo teníamos todo. ¿cuál era el
objetivo de crecer, el dinero, el éxito…? No lo sé ni yo, pero solo puedo decir
una cosa: niños, jóvenes no queráis crecer se felices con lo que tengáis,
aunque no sea mucho porque os aseguro que lo más valioso que tenéis es el
tiempo, disfrutar, hacer locuras y no olvidéis nunca que solo tenemos una vida
para dar un beso un abrazo o decir te quiero.
Rafael Martin
Ruiz 2/04/2019
Comentarios
Publicar un comentario