Álvaro de Cevallos (Querida abuela)


QUERIDA ABUELA

Tranquilos mi abuela sigue viva, por lo que no va ser una historia triste, solo me apetecía contaros un poco todo lo que ha hecho por mí, ya que creo que va a merecer la pena lo buena persona que es.

Recuerdo el primer día que te vi como si fuese este mismo momento en el que estoy leyendo esto, me cogiste cuando era un `enano´ como tú siempre me has llamado con tus suaves manos y me posaste sobre ti, lo recuerdo perfectamente.


Yo iba creciendo y tú a la vez me cogías más cariño, cosa que a mi hermano no le gustaba, ya que era un celoso. Me acuerdo de un día cuando tenía 4 años que mis padres se fueron a una boda y nos quedamos los dos en casa, se suponía que me tenía que ir a la cama pronto pero no hicimos caso a mis padres y jugamos durante toda la noche.


Cuando cumplí 5 años me acuerdo que fuimos toda mi familia a tu casa a celebrar mi cumpleaños, y yo prepare la tarta contigo, ya que tú cocinas de maravilla y a mí en ese momento me gustaba la cocina.


El 30 de enero de 2010 cuando estaba a punto de cumplir 8 años y tuve un constipado bastante fuerte, tuve que ir al hospital para ver que era y me ingresaron unos dos días para curarme, aunque no era nada grave, tú estabas lado mío dándome la mano como siempre haces y hasta te quedaste a dormir conmigo en una silla bastante incómoda.


Hablemos de tu comida resumidamente porque sino nos podríamos tirar aquí meses. Tus míticos macarrones, almejas al vapor, y el cocido, pero aunque toda la familia dijese que estaba buenísimo y tu también lo pensases, siempre decías tu frase más característica `hoy no me ha salido muy bien´.


Las míticas cenas de navidad de familia en Navidad cuando nos hacíamos una foto todos y tu no salías porque decías que estabas vieja y aunque no fuese verdad nuca pararas de decirlo al igual que lo de la comida.


¿Te acuerdas de que esas mismas Navidades nos fuimos a Roma? Porque yo si, y me acordare siempre de que decías en el vuelo de ida que tu ya no estabas para viajar, que raro que tus hables de tus defectos, que es lo que más te gusta hacer.








En Roma en los primeros días de visita tuvimos que andar bastante y nos cansamos todos, no solo tú. Lo mejor vino el tercer día cuando te venia vendedores todo el rato, yo creo que unos 5 por minuto y tú te cogiste uno de los mayores cabreos que te he visto, al igual que cuando te llaman muchas veces de publicidad, la cosa que mas odias en el mundo.


Volvimos de Roma un día antes de Reyes y como mis tíos venían a mi casa con todos mis primos tuvimos que pedir una carne a un restaurante, no nos daba tiempo hacerla. La carne no llegaba y nos impacientamos todo y me acuerdo de que cogiste unos filetes que había en la nevera y te pusiste a hacerlos para que tuviésemos algo de comida, y aunque estaban buenísimos y nos sacaste de un apuro, tu tan tranquila como siempre, no te ponías nerviosa nunca.


Un día, no me acuerdo exactamente la fecha te pregunte:


-          Aba (ese nombre con el que siempre te hemos llamado), ¿cocinamos algo?


-          A lo que me contestaste que si, con una gran sonrisa.


Y nos pusimos a cocinar no me acuerdo de qué, pero seguro que estaba muy bueno.



Por último quería hablarte de que mi padre siempre me ha contado lo buena madre que eres, cosa que dice casi todo el mundo, pero sobre todo eres la mejor abuela, no solo lo digo yo sino también mis hermanos y primos, y aunque tú lo niegues es verdad.


Todos los sábados vienes a comer a nuestra casa y luego nos tomamos un café antes de que me ponga a estudiar. Estoy escribiendo esto el sábado por la mañana lo que quiere decir que en aproximadamente 4 horas vendrás a mi casa, y si quieres te podre enseñar este relato hecho por y para ti con todo mi cariño, aunque seguro que te emocionas.


Esto era todo, el resumen de una de las personas más importantes en mi vida, gracias por todo, espero que sigas a nuestro lado muchísimos años más y sigas tan risueña como siempre has estado desde que te conocí.


Álvaro de Cevallos 4A Noviembre 2019




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