MARSHALL
Y EL 24 DE OCTUBRE
En la mañana del jueves
24 de octubre de 1929, cuando Richard Marshall llegó a Nueva York encontró que
había una gran multitud congregada ante el edificio de La Bolsa. Notó algo muy
extraño ya que la policía había enviado un destacamento porque empezaba a haber
desórdenes alrededor del edificio, pero lo que más le llamó la atención fue la
gente que allí se encontraba, parecían los trabajadores de aquel edificio de
columnas corintias, la sede desde la que se movía la
economía del país que empezaba a ser la primera economía mundial.
Richard Marshall se
acercó a la policía, para preguntar qué es lo que estaba sucediendo allí, y un
policía, con un aspecto amable, pero con gesto preocupado le explicó que uno de
los brókeres de la Bolsa, así se llamaban las personas que hacían las
transacciones en aquel mercado de valores, le había explicado que la cotización
de las acciones de las grandes compañías de los Estados Unidos había sufrido
una gran caída.
Richard Marshall,
entendía que estaba pasando algo muy importante en la economía de Estados
Unidos, porque días antes, él, un afamado médico de Massachussets había leído
en el New York Times que los hombres de negocios más poderosos, antes de que
esto ocurriera intervendrían el mercado. En esa misma información Richard había
leído que se recomendaba vender los títulos y comprar oro que era un valor
seguro.
Richard, estaba casado
y tenía tres hijos, aunque había estudiado la carrera de Medicina, en su
ciudad, desde pequeño, gracias a la tienda de ultramarinos que tenía su padre
le gustaba mucho todo el tema de los negocios y desde muy pequeño le gustaba
echarle una mano a su padre en el negocio familiar, que finalmente traspasaron
a una familia de Illinois cuando su hermana se casó con un granjero de allí.
Cuando volvió Richard a
su ciudad, le contó a su mujer Pamela, lo que había ocurrido en Nueva York. Durante
esa noche pensaron que consecuencias podría tener todo lo que estaba pasando en
sus vidas y en el futuro de sus hijos. Su hijo mayor, Charles, era un
adolescente de 16 años al que le gustaba el tema económico y que había estado
muy pendiente de todos los acontecimientos que había estado explicando su padre
durante la cena. Las hermanas de Charles, Laura y Mary, eran más pequeñas,
Laura tenía 14 años, y aquella noche la pasó leyendo que era lo que más le gustaba,
mientras que la pequeña Mary, de 10, al acabar la cena, dibujaba antes de irse
a dormir y de que su padre le diera un beso de buenas noches.
El fin de semana
transcurrió sin más contratiempos, el domingo después de asistir al oficio
religioso, cayó una gran tormenta que parecía como un presagio de lo que iba a
ocurrir en el país. El lunes, Richard asistió al Centro Asistencial donde
atendía a sus vecinos y la mayor parte de ellos eran ajenos a lo que estaba
ocurriendo.
El miércoles siguiente
Richard tenía que volver a Nueva York, porque había quedado con un compañero para
hacer un estudio sobre las fiebres infantiles, que tanto preocupaban a sus
vecinos con niños pequeños. Cuando llegó a la estación compró el periódico The
Boston Globe, donde leyó que el día anterior había sido un Martes Negro,
ya que el mercado bursátil se había desplomado provocando grandes pérdidas a
los inversores.
En el editorial del
periódico se recogían las claves por las que se había llegado a esta situación.
La causa principal tras el fin de la Primera Guerra Mundial que había sido
entre los años 1914 y 1918, ya que hasta ese momento el sistema monetario se
basaba en la convertibilidad, que consistía en la posibilidad que había de que
una moneda pudiera ser convertida por otra o por oro. Al finalizar la guerra y
con los tratados posteriores, esta convertibilidad se suprimió, ya que las
monedas de los países vencidos sufrieron una gran depreciación, perdiendo un
gran valor.
Richard, recordaba que
un tío suyo que había ido a Europa a combatir en la guerra, a la vuelta, años
después de acabada la misma, le había comentado que el ya veía el problema cuando
el centro económico mundial se traslada de Londres a Nueva York, apareciendo ya
los primeros albores del paro. También le había contado que el dinero papel que
el había conseguido en su batalla en el centro de Europa, los marcos, habían
sufrido una gran depreciación.
Otra de las causas fue
que la producción industrial había excedido la demanda y había pocas
posibilidades de inversión rentable, lo que provocó que muchos capitales se
dirigieran a la especulación en bolsa. Sin embargo, la confianza en la Bolsa no
se perdió del todo y no fue hasta los años 30, cuando el crac se
transformó en depresión generalizada, que cobró valor lo ocurrido ese martes de
octubre: la crisis económica más profunda hasta la fecha.
Pasados los años,
Richard contaba a Charles, que el presidente de Estados Unidos Franklin Delano
Roosvelt planteó una nueva política económica para paliar los efectos negativos
de la crisis, a la que denominó New Deal, y que se trataba
fundamentalmente de una política estatal intervencionista, una reforma de los
mercados financieros y la dinamización de la economía estadounidense, especialmente
enfocada a combatir el desempleo.
Gracias a estas
medidas, y al el esfuerzo de toda la población de Estados Unidos, los hijos de
Richard pudieron terminar sus estudios universitarios, Charles estudiando
economía en la Harvard Business School, mientras sus hermanas seguían los pasos
de su padre, estudiando Medicina en la Harvard Medical School.
En esta historia,
encontramos que tener la información de lo que está pasando es la mejor forma
de poder enfrentarse a un problema y superar así las dificultades.
Carlos Colino
Noviembre de 2019-11-25
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