Daniel Rodríguez (Volverte a ver)


VOLVERTE A VER

Querido nieto, Antonio

Soy Manuel tu abuelo, te escribo al estar preocupado por vosotros y sobre todo por tu abuela. Estáis todos muy tristes para mi gusto demasiado parece haber sido una muy mala noticia la que acabáis de recibir pero estad tranquilos que yo estoy bien estoy con todos mis amigos que hace mucho tiempo que no les veía a la mayoría los conocéis pero a algunos no porque no lo pudiste conocer.

He tenido la suerte de coincidir con ellos en alguna parte de mi vida que por cierto ha sido maravillosa, no me arrepiento de nada de lo que he hecho y ojalá lo pudiese vivir todo otra vez desde el primer momento hasta el último por malo que fuese. Tengo decir la suerte que he tenido en la vida gracias a ella he vivido momentos inolvidables como cuando me casé con tu abuela o como cuando nacieron tus tíos y por supuesto tu padre.

La familia que he tenido ha sido formidable, una mujer estupenda, unos hijos más buenos que el pan, unos nietos tan brillantes como soles y unas nueras espectaculares no lo puedo describir bien con palabras. Para que entiendas lo que he sentido con vosotros a mi lado te voy ha contar mi vida.

Mi vida ha sido como una montaña rusa llena de emociones y de altibajos. Todo comenzó el día 17 de octubre de 1935 cuando este largo y emocionante camino comenzó con mis primeros llantos. Nací hijo de Saturnino y María Dolores dos personas con un corazón enorme. Yo era el hermano pequeño los tres. Pero eso no me importaba mas bien lo prefería porque era al que más cuidaban de entre los tres.

Mi infancia fue tranquila y un periodo lleno de alegrías. Yo vivía en Madrid en la calle Génova era una casa espaciosa aunque suficiente para los 5. Yo dormía con mi hermano mayor llamado Juan mientras que mi hermana dormía en la habitación de al lado. Inicié mis estudios en del colegio del liceo francés donde me encantaba ir sobre todo porque me lo pasaba genial con mis compañeros.

Una vez terminada mi etapa colegial iniciaba una nueva etapa de mi vida por fin ya era mayor de edad pero antes de estudiar mi carrera tuve que hacer la mili en la que fui destinado a un pueblo de los pirineos llamado Jaca, ese viaje me uniría a ese pueblo durante toda mi vida. Allí conocí a una jacetana llamada Lola la cual sería más tarde mi esposa y contra todo pronóstico me enamoré perdidamente de ella.

Todo fue cuesta arriba durante mi noviazgo con Lola. Por fin llegó el día de mi boda el 24 de Junio de 1965, el cual fue un día inolvidable. Después de ese maravilloso pero agotador nos movimos a Santander donde tuve mi primer  y segundo hijo llamados Antonio y Paco. Los días de sus nacimientos fueron los mejores de mi vida, nunca imaginé haber tenido tanta ilusión por algo. Como me decían mis amigos nunca sabes lo que se siente al ser padre hasta serlo.

Después de estar una larga temporada en Santander nos mudamos a Madrid donde me saqué la oposición como inspector de hacienda. Allí tuve mi tercer y último hijo llamado Daniel. La infancia de mis hijos es un momento que personalmente disfruté mucho, por fin había terminado la oposición y tenía más tiempo para dedicar a mis hijos y eso es lo que hice. Mis hijos se llevaron siempre muy bien. Entraron en un colegio llamado virgen de Europa que estaba situado  en las afueras.

Una vez mis hijos terminaron el colegio todos fueron admitidos en ICADE una universidad con bastante prestigio en la que estudiaron derecho y empresariales. Al terminar la universidad se colocaron rápidamente en buenos puestos de trabajo y sin darme cuanta en unos pocos años se casaron con unas chicas estupendas a la par que atractivas.

El día de mi jubilación lo esperaba ansioso, después de largos años de trabajo y de esfuerzo cumplí con los años mínimos y me jubilé. A partir de ahí comenzaba una etapa de mi vida bastante incierta pero a la vez apasionante. En unos años llegaron todos mis nietos lo que me recordó al sentimiento que tiene uno al ser padre por primera vez. Crecieron rápidamente a la par que me hacía más mayor. En 2014 tuve un cáncer de piel que gracias a Dios fue eliminado. Durante ese año preparaba con una tremenda ilusión el día de mis bodas de oro que significaba que había compartido 50 años con la persona que más feliz mi mujer.

Pasados unos años el 30 de octubre de 2018 desaparecí de este mundo que me llevó a donde estoy ahora. Ya habiendo contado mi vida aprovecho para decirte que la vida está llena de altibajos, alegrías y penas pero ante todo nunca pierdas la sonrisa ni el entusiasmo .Quiero decir gracias a vosotros por haberme dado mucho más amor del que hubiera imaginado.

Gracias por todo y hasta siempre.

Firmado Jesús

Daniel Rodríguez Noviembre de 2019

Comentarios