EL PRINCIPIO DEL FIN
Sergio y
yo somos primos, vivimos en el mismo edificio en el centro de Barcelona, ya que
es un edificio de la familia.
Al pasar
todos los días el uno con el otro, al ir al mismo colegio, al tener el mismo
grupo de amigos, más que primos nos considerábamos hermanos, con la misma
ideología ya que los dos nos habíamos criado en un mismo ambiente.
Repetíamos
la misma rutina todos los días: quedábamos para ir juntos al colegio, nos
juntábamos en el recreo con nuestros amigos, y por la tarde nos íbamos a
estudiar.
Hace un
año empezó a cambiar y empezó a inclinarse hacia posiciones nacionalistas, pero
dentro de eso era razonable. Sergio llevaba raro un par de semanas, a veces no
venía con nosotros en el recreo y alguna tarde se iba con otros amigos, pero decidí
no darle importancia.
El día parecía
ser como otro cualquiera, o eso creía, bajé a la puerta a esperar a Sergio como
siempre. Pasaron 5 minutos y Sergio no estaba, por lo que decidí esperar 5 más,
y al ver que no apareció subí a ver si seguía en casa. Llamé a la puerta y me
abrió la tía Laura, su madre, le pregunté por Sergio y me dijo que salió ya
hace 20 minutos. Eso me extrañó porque no había día que no fuésemos juntos al
colegio.
Al
llegar al colegio fui a ver si estaba en clase, pero no le encontré así que
pregunté a Juan, un amigo nuestro y me dijo que se había ido a la manifestación
de los CDR, cosa que no me creí porque, aunque él era independentista no creí
que pudiese llegar a ese punto. Le llamé, pero no me cogió el teléfono, y
cuando vi que no estaba en la hora del recreo me empecé a replantear que lo que
dijo Juan fuese verdad, pero con la pequeña esperanza de que estuviese
equivocado.
En el
camino a casa, aunque iba tapado, le reconocí cuando estaba quemando un
contenedor. Pensé: seguro que han sido sus nuevos amigos los que le han
influenciado, él no era así. Me acerqué para intentar detenerle, pero me empujó
en cuanto tuvo la oportunidad. En todo el tiempo que llevamos viviendo juntos, ósea
toda la vida, nunca nos habíamos hecho daño el uno al otro.
Seguro
que él era uno de esos que ves por la tele agrediendo a los policías
lanzándoles piedras, muchas veces no venía a clase y llegaba tarde a casa todos
los días.
Pasaron
los días y la cosa no cambiaba, apenas me lo cruzaba por el edificio. Podría
decir que se había roto nuestra relación, ahora solo éramos primos que ni nos
hablábamos.
Unas dos
semanas después era el cumple de la abuela, y como todos los años, nos reunimos
todos a cenar en su casa, en el mismo edificio. La cena avanzaba normal, la
situación entre él y yo era incómoda, apenas cruzamos un par de miradas.
Ya
habiendo acabado el segundo plato, mi tía Laura nos preguntó porqué no habíamos
abierto la boca en toda la cena. Pasó un minuto y ninguno contestaba, aunque yo
tenía claro lo que decir, pero preferí no abrir una discusión, acabar la cena e
irme a casa como si no hubiese pasado nada.
En ese
instante, fue mi padre el que decidió hacer un comentario: “Anda la que están
liando los CDR eh?”. Al escuchar eso
miré inmediatamente a Sergio para ver la expresión de su cara.
-
Hay que
comprender todos los puntos de vista y no solo creerte lo que ves en la tele.
Contestó Sergio sin pensarlo.
-
Esos
tíos deberían estar en la cárcel. Dijo mi padre.
-
Es cosa
de niños que solo intentan defender lo que piensan. Contestó mi tía.
-
¿Cosa de
niños? Dijo mi padre sorprendido, ¿quemar mobiliario urbano y pegar a policías te
parece que es cosa de niños? Es cosa de delincuentes.
-
¿Delincuentes?
¿No crees que te estás pasando un poco? Lo único que intentan es defenderse de
los policías.
Y así es
como mi padre empezó la discusión que yo no quería empezar. Llevaba semanas
queriéndole decir un par de cosas a Sergio pero no había tenido la ocasión, ahora
por fin la tengo, y puedo hacerles ver a él y a sus padres lo que está
haciendo.
Tras el
comentario de mi padre, los tíos no dudaron en entrar en la discusión para
defender a su hijo. No me dejaron decir nada, y el problema ya no era entre
Sergio y yo, ahora era cosa de nuestros padres.
Parece
mentira que los tíos hayan dejado a un lado su ideología para defender a Sergio.
Se pasaron lo que quedaba de cena justificando cosas que antes era imposible
que justificasen.
Esa
noche empezó y acabó todo. Empezó con una pequeña discusión y acabó con nuestra
relación.
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