LA
GANADERÍA SE ACTUALIZA
Poco a poco se me está haciendo
rutina. Veo poco a poco como mi padre ya no puede hacerlo tan repetidamente
como antes, sus condiciones tanto físicas como psicológicas no le dejan hacerlo.
Veo como ya no va a su trabajo, mejor dicho, su ex-trabajo.
Mi
padre siempre ha sido una persona humilde, muy bien conocedora del mundo rural,
del mundo del ganado. Desde pequeño ya iba con tu tío todas las mañanas de
sábado a la Finca El Nogal, sitio donde residía el ganado de mi tío abuelo. A
él siempre le gustaba el movimiento del ganado entre fincas, alimentar al
ganado y sobre todo, acompañar a su tío a la Subasta Nacional de Ganado
Selecto, donde todos los años salía él a recibir premios por el semental de la raza
Limusín, Hortelano.
Ya
no era lo mismo. Ya no disfrutaba como cuando tenía 7 años. Ya no podía
acompañar a su tío a aquellos sitios donde lo hacía hace muchos años. Mi padre
quería seguir disfrutando pero él sabía que su cuerpo no daba para más. Esa
ganadería pasaría a estar a nombre de mi padre pero yo, con 25 años, recién
acabada la carrera de veterinaria y mi hermano Gabriel, con escasos 18 años,
iba a tener que realizar la carrera de Administración y Dirección de Empresas y
además hacerse cargo de la ganadería.
Gabriel
y yo poco a poco pensamos como podríamos seguir haciendo disfrutar a mi padre
del mundo del ganado. Hasta que decidimos como lo íbamos a solucionar, nos
llevo demasiados meses. En esos mese que habían pasado nos sirvieron para
reorganizar la ganadería y pensar como facilitar a nuestros clientes el
acercamiento a nuestra ganadería.
Yo,
me encargué del tema de nutrición y de la genética del ganado. Investigué para
que nuestra ganadería pudiese participar y ganar grandes premios a nivel
nacional, mientras que, mi hermano se encargó de la administración de la
explotación ganadera, de la inversión en sementales y en terreno. También se
encargó del control de los ingresos y gastos que iba a llevar a cabo la
explotación ganadera. Gabriel iba a invertir en la compra de dos fincas más, ya
que la inversión en sementales iba a crecer. Pensó que el personalizado pienso
para el ganado, iba a llevar un coste elevado pero esto nos llevaría a la
participación en concursos nacionales e internacionales.
Una
brillante idea nos hizo que mi padre pudiese seguir disfrutando y aconsejándonos.
Pensamos en un sistema tecnológico de cámaras en todo el recinto ganadero. Esto
beneficiaría tanto a mi padre como a nuestros clientes. Nuestros clientes iban
a poder el observar el ganado desde sus casas antes de la compra. Ellos iban a
poder la morfología y el desarrollo del animal durante meses hasta la hora de
la compra. Esto nos hizo que nuestros ingresos disminuyeran en muy poco tiempo
pero luego el aumento de ingresos se iba a ver reflejado en nuestros ganado.
Mi
padre desde que implantamos el sistema de cámaras, no hacía más que daros las
gracias miles y miles de veces al día. A él se le veía cada momento del día
disfrutando en el sofá, pero mi hermano y yo sabíamos que el disfrutaría mucho
más a nuestro lado, así que decidimos que el día de su cumpleaños le íbamos a
hacer el día más feliz de su vida. El 8 de septiembre de 2021, nuestro semental
Hortelano, en Salamanca, se convertiría en campeón mundial de la raza Limusín.
Él iba a ser el que recogería el premio. Él iba a ser protagonista de ese
concurso.
Nosotros
no queríamos que nuestra ganadería fuese famosa simplemente por tener al mejor
semental, sino por la facilidad para nuestros clientes y sobre todo para mi
padre. Con esto quiero decir que la sucesión de generaciones no tiene por qué
estar enfrentadas entre sí, ni complementadas unas con otras.
Roberto
Fernández, noviembre de 2019
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