Álvaro de Cevallos (La casa de campo)





LA CASA DE CAMPO


Durante el verano del 70, me fui con mis amigos y amigas a una casa de campo en el sur de Francia.


Según lo que ponía en la pagina web, era un lugar tranquilo, relajante y por supuesto acogedor. Teníamos la playa a escasos metros de la casa (yo diría que unos 5 minutos andando aproximadamente) así que sin pensarlo decidimos alojarnos ahí.


Todos sabíamos que ese iba a ser el verano de nuestras vidas. Durante el camino fue bastante difícil localizar el sitio ya que era un lugar alejado y bastante deshabitado (tendría como mucho 10 habitantes).


Una vez instalados, fuimos a la playa hasta altas horas de la tarde. Al volver Arturo e Iván encontraron una especie de lápida donde ponía:”Una vez dentro no podrás salir.” Pero ninguno le dio importancia, así que seguimos hasta la casa.


Todo marchaba perfecto, nos lo estábamos pasando en grande. La noche era tranquila y con una luna llena enorme., nos quedamos alucinados con lo grande que era. Cuando miré el reloj marcaban las 12 en punto. Pero algo pasó tuve un mal presentimiento, no sé, porque supe que la noche no acabaría igual que empezó.


 Laura, Carol y Héctor fueron al almacén a por algo de comida, pero no volvieron nunca más. Nosotros asustados, no sabíamos que hacer, pero suponíamos que se habrían escondido, no pensábamos que nada fuera mal hasta que minutos después Melanie fue al baño, pero como tardaba mucho fuimos a buscarla y tras una larga búsqueda por toda la zona nos la encontramos muerta.


En ese instante nos dimos cuenta de que esto no era una broma. Los que quedábamos decidimos salir corriendo pero todas las puertas estaban cerradas, no nos quedaban opciones ¡Estábamos atrapados! Intentamos comunicarnos mediante nuestros teléfonos móviles pero no pudimos, estaban sin batería y además no había cobertura, no nos quedaban opciones de vivir sino actuábamos rápido.


De golpe todos empezamos a ver sombras fantasmales y a escuchar ruidos que venían del más allá. Empezamos a correr por toda la casa, estábamos desesperados y poco a poco todos iban desapareciendo, dejando oír el que sería su ultimo chillido. Lo ultimo que les dije a mis amigos fue:


-Pase lo que pase, gracias por todo. Esas fueron mis ultimas palabras hacia ellos


Pasó lo que nunca hubiese deseado que pasara. Me encontraba yo sola, no se donde se habían ido mis amigos. Me pare a pensar y se me pasaban muchas cosas por la cabeza:¿Y mis amigos? ¿Voy a morir? ¿Tiene algo que ver con esto, la lapida que encontraron Arturo e Iván antes?. Al hacerme estas preguntas a mi misma la cabeza me explotaba, así que me tiré por la ventana a la desesperada y la verdad que es lo ultimo que recuerdo.


Hasta que abrí los ojos y me encontraba en el hospital, rodeada de mi familia, pero no había ningún amigo. Yo estaba rodeada de tubos, parches y muchas maquinas, estaba siendo un infierno para mi. Cuando pregunté por ellos, a mi madre se le inundaron los ojos de lágrimas, me esperaba lo peor.


Cuando me giré ( lo poco que podía ) y vi encima de la mesita al lado de mi cama un periódico cuyo titular decía lo siguiente: “Extrañas desapariciones en una casa de campo en el sur de Francia”. Al instante de leer eso me di cuenta de que no era ningún sueño extraño, todo esto era real.


Desde aquel verano del 70 han pasado mas de 60 años y todavía sigo igual que el primer día de la noticia. Aun no me he podido recuperar y tampoco creo que lo haga hasta que no este con mis amigos otra vez.


Todas las noches rezo por ellos y espero que allá donde estén se encuentren bien y me den fuerza para vivir esta vida tan dura.


 Álvaro de Cevallos

Comentarios