Belén Fernández-Ordás Caballud (Aquella frágil nieve)

 


AQUELLA FRÁGIL NIEVE

 

Volvía del comedor social cuando me cayeron los primeros copos, unos copos frágiles y suaves que me reafirmaron en mi opinión de que esa gran nevada que anunciaban se iba a quedar en nada tal y como había pasado en muchas otras ocasiones. Por lo que seguí caminando hasta llegar a mi “casa itinerante” como llamaba yo a esos cartones, esas mantas y esa mochila en la que guardaba mis pertenencias de toda una vida, bueno las que me quedaban, ya que todo lo que tenía en la mochila lo había intentado vender o empeñar sin éxito.

 

Las rutinas desde que vivo en la calle son las mismas, y por las tardes lo que suelo hacer es mirar a la gente pasar, sé que parece aburrido, pero cuando no tienes otra cosa que hacer resulta de lo más entretenido. Me gusta analizar sus expresiones, aunque ahora con lo de las mascarillas es más complicado. También me intento imaginar la vida que tienen basándome en su forma de andar, su vestimenta, su corte de pelo… Pero esa tarde fue más entretenida de lo normal, ya que se respiraba una alegría contagiosa que irradiaban los niños y no tan niños al ver como los copos de nieve iban tiñendo de blanco poco a poco las calles de Madrid.

 

Estas escenas de niños felices con la nieve removieron en mi memoria unos recuerdos que yo daba por olvidados. Unos recuerdos en los que yo era el niño emocionado por la nieve, ese niño que se divertía haciendo ángeles en la nieve, aquel niño que se revolcaba en la nieve mientras su madre le decía que como se enfriase se iba a enterar. Y como olvidar esas carreras en trineo y los muñecos de nieve que hacíamos con tanto esmero. Poco queda en mí ya de ese niño que era inocente y feliz, y a su vez era frágil y débil como los copos de nieve que habían caído esa mañana. Pero ese niño había crecido y se había hecho fuerte, al igual que aquellos copos de nieve que ahora caían con fuerza a mi alrededor mientras me acurrucaba con mi manta preparado para pasar una noche muy fría en un Madrid cada vez más nevado.

 

Así absorto en mis pensamientos conseguí conciliar el sueño entre semejante tormenta de nieve. Poco después me despertó la bocina de un coche que se había quedado atascado por la nieve. Me dispuse a ir a socorrerle, aún sabiendo que la gente no se suele tomar bien el hecho de que me acerque a ellos y les ofrezca mi ayuda, pero supuse que en esa situación tan extraordinaria se iba a necesitar toda la ayuda posible para conseguir desatascar el coche. 

 

Intenté levantarme, pero no podía, mi cuerpo no respondía. Al instante identifique lo que me estaba ocurriendo, era un principio de hipotermia severa. No era la primera vez desde que estaba en la calle que veía a alguien con hipotermia y la mayoría de las veces no tenía un final agradable. Por eso supe lo que me esperaba, una muerte lenta y dolorosa. La impotencia que sentía era brutal, al ver como se me escapaba la vida sin poder hacer nada. Era una sensación similar a la que había experimentado en el momento más oscuro de mi vida, eso que me llevo a la calle, las drogas. Te van consumiendo poco a poco y cuando te quieres dar cuenta ya es demasiado tarde y lo has perdido todo, como fue mi caso. En estos momentos en los que aguardaba mi fin volví a sentir la fragilidad de ese pequeño niño que aún estaba escondido en lo más recóndito de mi ser, ese niño que nunca se podría haber imaginado los golpes que la vida adulta le aguardaba. Mientras una simple lágrima rodaba por mis mejillas cerré los ojos convencido de que no los volvería a abrir.

 

Mira por donde esta vida tan caprichosa me dio otra oportunidad. Volví a abrir los ojos otra vez tras pensar que ya los había cerrado para siempre. Y ahora mirando por la ventana del albergue me doy cuenta de lo bonita que se ve la nieve cuando la miras desde dentro.

Belén Fdez-Ordás Caballud 1ºB Nº9


Comentarios

  1. Muy bueno, enhorabuena Belén🥳🥳

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  2. Me ha gustado mucho este relato ya que me parece muy emotivo y se trata de una situación que podría darse en la realidad. También me gusta el hecho de que esté inspirado en el temporal Filomena.

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