Claudia Tomás (Perú)


 

PERÚ

Es 13 de noviembre del 2020, me preparo para salir otra noche más. Cojo la mochila, en ella meto todo lo necesario para salir: mascarillas de repuesto, una botella de agua, botiquín de primeros auxilios y unas toallas pequeñas. Cojo la mochila, me pongo la mascarilla y unas gafas para protegerme de los gases lacrimógenos que puedan echarnos.

 

Cierro la puerta de mi casa, siento miedo por lo que pueda pasar esta noche, pero aun así sigo hacia delante. En la calle se ve gente con la bandera de nuestro país, Perú, con pancartas reivindicativas, gente tocando los tambores, reclaman una renovación política y rechazan la corrupción. Mientras más me acercaba al parlamento más gente había con pancartas donde ponía: “este gobierno no me representa, no ha sido elegido por el pueblo”, “Perú ,te quiero, por eso te defiendo”.

 

Estoy agobiada entre toda esta gente, siento impotencia y miedo a la vez. Me alejo un

poco y me siento para poder despejarme un rato. Un chico se acerca a mi, parece amable. Después de estar un rato hablando, decidimos volver con el resto de la gente, yo no muy segura le cuento al chico que tengo un poco de miedo, el me coge de la mano y me promete que me protegerá en todo momento.

 

Ha pasado un rato desde que volvimos a la manifestación, la policía esta impidiendo el paso a los manifestantes hacia el parlamento. La gente se esta alterando cada vez más y empiezan a pelearse contra los policías, se que esto no puede acabar bien.

 

La cosa esta yendo a peor, han venido más agentes de policía y han empezado a disparar pelotas de gomas para dispersar a los manifestantes. El chico me coge de la mano y corremos hacia un lugar seguro donde las bolas no puedan hacernos daño.

 

La manifestación esta empeorando cada segundo que pasa, pero nosotros seguiremos aquí luchando. Los agentes de policía han empezado a tirar gases lacrimógenos. Nos escuecen y nos lloran los ojos, salimos corriendo de aquí antes de que pueda pasarnos algo mas grabe.

 

Una vez fuera del peligro nos lavamos la cara con agua para quitarnos este escozor insoportable. Miro a mi alrededor, hay gente herida por las bolas, gente ayudando a otros a lavarse la cara, estamos todos destrozados.

 

Ya es tarde, y decido volver a casa. El chico me acompaña para saber que llego bien y nos despedimos en la puerta de mi portal. Al entrar dejo todo y voy a la ducha, me aseo y me preparo para dormir, ha sido un día muy largo y estoy agotada de todo lo que a sucedido hoy.

 

15 de Noviembre del 2020, me levanto como cualquier otro día, voy a la cocina me preparo un café y enciendo la televisión para ver las noticias. En las noticias se habla de la dimisión del presidente Manuel Merino tras la semana de revueltas. Estas han dejado más de 100 heridos y dos muertes de dos chicos de 22 y 24 años, pero por fin hemos conseguido lo que buscábamos.

 

De repente llaman a la puerta, yo extrañada voy a ver quien es, no espero visitas a esta hora de la mañana. Al abrirla me encuentro con el chico tan amable que me protegió en la manifestación del otro día y de la nada me da un abrazo y me dice que por fin lo hemos conseguido. Me invita a un desayuno como celebración y yo encantada acepto.

 

Después de ducharme cojo la mochila y meto todo lo necesario para salir: una mascarilla de repuesto, las llaves de casa y la cartera con dinero. Me pongo la mascarilla y salgo por la puerta esta vez sin miedo a lo que pueda pasar.

 

 

 

 

 

Claudia Tomás, 4ºF, 24, 25/1/2020, 2º evaluación

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