MI INVIERNO ANDORRANO
¿Qué extraño?... ¿Esto no puede ser?... ¿Cómo es esto
posible?... ¿Cómo estoy ingresado en un hospital... precisamente aquí? No puede
haber dado tiempo a traerme siquiera a Barcelona. Ni siquiera deberían haber
sido capaces de sacarme de la nieve. Los esquís estaban enganchados entre
aquellas ramas. No es posible que después de haberme dado tal impacto, me
trajeran tan rápido a ningún hospital... Y aquí, precisamente aquí.... Debo de
estar soñando....
Se oyeron entonces unas voces hablando una lengua familiar,
pero que no era del todo comprensible. Abrieron la puerta, encendieron la luz y
entraron lo que parecían ser un médico acompañado de una enfermera. Sin
terminar de asimilarlo, me están hablando en un castellano raro... ¡Pues claro,
estoy en Andorra, me están hablando en catalán! Rápidamente les explico en
inglés que no sé hablar catalán. Para comodidad de ambos, el médico y yo
hablamos en español. Me explica que la operación ha salido relativamente bien,
que quizá si hubiera llegado antes habría perdido menos sangre, pero que por
suerte habían donado recientemente sangre de mi tipo. También me recomienda que
no me mueva mucho, no se me vayan a desenganchar los puntos. Me pregunta si he
venido acompañado a Andorra o si vine solo a esquiar. Sin pensarlo dos veces le
digo que vine con mis amigos y le doy las gracias por atenderme. El médico no
me pregunta nada más y se va. La enfermera mide y registra los datos que necesita
y se despide de mí amablemente.
De nuevo en la habitación no hay nadie más que yo y
permanezco en la cama. La verdad, solo había estado en un hospital cuando era
más joven, pero no siento que esté mal. Esta habitación está muy bien, parece
muy moderna con estos muebles, esta iluminación y esta cama tan cómoda... Al
parecer sí que tienen hospitales los andorranos... No lo entiendo... Aquí los
impuestos son muy bajos... Es un paraíso fiscal... No existe manera de que esto
haya pasado, es un milagro que me hayan atendido, se supone que no hay dinero
en el Estado para pagar nada de esto...
¿Por qué tienen tantos aparatos y no tienen reloj? Por
suerte puedo ver que aún es de día por la ventana. Cada vez el tiempo pasa más lento,
no tengo nada que hacer más que pensar.
Recapacito y me doy cuenta... ¿Por qué no iba a estar bien
que un gobierno cobre pocos impuestos? Al parecer los hospitales funcionan bien
sin necesidad de tantos impuestos. También sé que la educación puede ser
privada, así que puede funcionar más o menos como aquí, de forma concertada. Y
sé que las pensiones no son tan caras. Además, con la capacidad de ahorro que
tienen los andorranos, pueden ahorrar para sus pensiones y complementarse con
la pensión pública. Las carreteras aquí están bien cuidadas, teniendo en cuenta
que hay que retirar la nieve. En definitiva, si aquí la gestión pública y
privada va igual o mejor que en España, que en Francia, que en Alemania y en
general igual o mejor que en toda Europa... Si aquí la gente tiene más dinero a
fin de mes y puede comprar más cosas porque el IVA es menor... Si esto es así
aquí en Andorra, ¿Por qué iba a ser diferente en España, en Francia, en
Alemania o en cualquier parte del mundo, por lo menos del occidental?
¡Vaya! Ya es de noche... No me he dado cuenta siquiera de
que atardecía... ¡Ay! No debería haber girado en la cama... Que sueño... ¿Cómo he
podido acumular tanto cansancio si no he hecho nada en todo el día?... Se me
cierran los ojos... Todo está ya oscuro...
¡Ay! Esta vez no he sido yo... abro de sopetón los ojos y
veo la cara de mis amigos. Me estaban empujando para despertarme. Se les ve
felices pero cansados. Siguen igual vestidos que la última vez que los vi, solo
que han dejado los abrigos en el sillón. Me explican que no habían podido
entrar antes por orden del médico. Me explicaron lo que hicieron ayer y me
enseñan sus selfies con WillyRex y Vegetta y la envidia me carcome por dentro.
Pasamos un rato hablando, les explico que estoy bien, que la operación ha salido
bien y ellos se relajan. Decidimos modificar la fecha del viaje de vuelta para
cuando pueda salir de Andorra.
Después de este rato juntos el médico llega y les dice que
la visita ha acabado. El médico me pregunta como estoy, le digo que estoy bien
y empieza a hablar de la factura. La operación supera los cinco mil euros,
aunque por suerte solo tengo que pagar el 30% del total porque no vivo en
Andorra y no he contratado un seguro, de modo que la factura se reduce a un
poco más de mil quinientos euros. Después de aclarar esto, el médico se despide
y se va.
Ya solo tengo que quedarme en cama un par de días más hasta
ser capaz de irme por mi cuenta. Ya no tendré que pensar tanto porque mis
amigos están conmigo. Que suerte he tenido.
Juan Godoy
Dabrio, 2/2021, 2ª evaluación
Ete onvre eh un grande
ResponderEliminarGodoy y los impuestos se debería de llamar
ResponderEliminarTa gucci
ResponderEliminarGran principios amiguete, viva andorra
ResponderEliminarGodoy defiendes tus ideas con argumentos y además en este relato le has dado un toque simpático. ¡Esperamos con ilusión tu siguiente relato!
ResponderEliminarEspectacular relato, eres un grande de ESPAÑA🇪🇸🇪🇸
ResponderEliminarUn gran relato fiel a sus ideas
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