LA OPORTUNIDAD
Érase una vez, en un pequeño pueblo situado en Senegal, una
familia cuya situación económica les hacía poder permitirse una comida al día y
una pequeña y acogedora casa, si se le puede llamar así.
Dicha familia estaba formada por padre, madre, y cinco hijos
varones. Los padres se dedicaban a
caminar por la mañana durante horas hacia un pequeño pozo muy solicitado por
todo su pueblo para poder proporcionar agua a toda la familia, aunque muchas
veces no podían coger agua, ya que demasiada gente la necesitaba. Por el camino
solían intentar cazar algún animalillo para poder darles de comer a sus hijos,
pero no siempre tenían la suerte de conseguir algo, ya que no se podían
permitir gastar dinero en utensilios caros, y tenían que usar armas hechas a
mano sin tanta efectividad.
Los niños iban durante casi todo el día a un colegio
público, a dos horas andando de su casa. No había clases ni nada parecido, si
no unos pequeños bancos al aire libre, pero a ellos les bastaba con aprender y
poder pasar tiempo con sus profesores y amigos.
Todo iba muy bien y eran muy felices, hasta que un día un
grupo de personas de una ciudad vecina entraron en el pueblo con intención de
asesinar a todo el mundo, con el fin de saquear el pueblo entero para saciar
sus necesidades.
El pánico se extendió por todo el pueblo, y el conflicto
estalló, causando muchísimas muertes por parte de los dos bandos. La casa de la
pequeña familia estaba alejada del resto, y les dio tiempo a esconderse en un
sótano secreto que había creado Ibrahima, el padre, ya que preveía el ataque
ante la falta de recursos.
Pasaron las horas y Aminata, la madre, se empezó a poner
nerviosa, ya que escuchó a unos hombres acercarse a la casa. Al entrar
en la casa, los hombres la saquearon completamente, llevándose todo lo
útil de la casa: sábanas, comida, bolsas, etc..., dejando la casa prácticamente
vacía.
Cuando parecía que ya había pasado el peligro, Ibrahima
subió a asegurarse de que ya se habían marchado, pero al subir se encontró con
un hombre en la cocina. Se empezaron a pelear y desgraciadamente Ibrahima
falleció al recibir un balazo por parte del saqueador.
Aminata y los niños escucharon los disparos y se temieron lo
peor. Al subir del sótano, se encontraron con Ibrahima muerto, y se pusieron
todos a llorar. No se creían lo que estaban viendo. Más tarde, la familia tuvo
que escapar de aquel lugar, ya que estaba aún siendo invadido por el otro pueblo.
Estaban completamente rodeados, y la única opción que tenían
de sobrevivir era escapar hacia el mar y encontrar alguna balsa para poder
marcharse de aquel pueblo. Sin embargo, huyendo de aquel lugar, un grupo de
hombres empezaron a disparar de lejos, e impactaron en Aminata y Mamadou, el
hijo mayor. El resto de hermanos observaron aterrorizadose la muerte de su
madre y su hermano, pero consiguieron llegar al mar.
Al llegar al mar, se encontraron con un grupo numeroso de
personas con intención de marcharse del país. Estos acogieron a los niños y les
permitieron marcharse con ellos. Zarparon cuatro distintas pateras y los
hermanos se tuvieron que dividir, Younusse y Cheik se montaron en una patera, mientras
que Modou y Moussa se subieron en otra.
A los 3 días todo iba bien y las cuatro pateras estaban
ubicadas, pero de repente se aproximó una tormenta que duraría toda la noche y
en la que iba a ser prácticamente imposible sobrevivir. Desgraciadamente
Younusse y Cheik observaron como el mar se tragó la patera donde se encontraban
Modou y Moussa, sin tener ninguna opción de sobrevivir.
Al mes siguiente, la única patera que seguía en pie era la
de Younusse y Cheik. Sin embargo las provisiones empezaron a escasear y muchas
personas murieron de desnutrición. Younusse se encontraba bien pero Cheik
empezó a sentirse muy desnutrido y con fuertes dolores de cabeza, y el pobre
muchacho falleció en brazos de su hermano.
Pocos días después, Younusse y los pocos hombres que seguían
vivos, avistaron una isla, y al acercarse pudieron reconocer las islas
canarias. La patera desembarcó en un puerto de la isla de Tenerife, y
rápidamente fueron llevados al hospital tras el horrible estado de los hombres,
pero lo peor había pasado ya, ya que habían conseguido hacer un logro
prácticamente imposible al llegar a tierra desde un país tan lejano.
Finalmente, Younusse se recuperó perfectamente, y hoy en día
vive muy feliz con su pareja. Incluso había descubierto un don que él tenía, el
fútbol. Logró jugar en el Club Deportivo Tenerife y debutar en la Segunda
División Española de fútbol. Actualmente se encuentra jugando en el Vera, un
equipo de Tercera División, y está muy feliz con su pareja y agradecido con
Dios por haberle dado la oportunidad de sobrevivir, y permitirle vivir la vida
de manera feliz y honrada.
Nicolás Paz Martínez (La oportunidad), 5 de febrero 2021, 2
evaluación
Muy bonita historia, aunque según mi humilde opinión; el relato en sí peca de un vocabulario demasiado vulgar y quizás infantil. Deja bastante que desear.
ResponderEliminarMe he dormido mientras lo leía... Espera que el Cervantes ha llegado maleducado...
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