EL DESTINO
Esta
historia trata de una joven adolescente, cursaba primero de bachillerato. La
vida no le iba como quería, tenía problemas con su familia, con sus amigas pero
sobretodo con ella misma.
A
Carmen que así se llamaba, le habían diagnosticado cáncer. Estaba en una lucha
constante. Pasaba mucho tiempo en el hospital, a pesar de eso sacaba sus
ratitos de estudio, lo suficiente para ir bien en el colegio. Todos sus
compañeros la miraban de forma peculiar, no sabían muy bien que le pasaba a
Carmen. Ella había decidido contárselo solo a su grupo de amigas, también le
contó que sus padres se acababan de separar y que el único hombro para apoyarse
era en el de ellas.
Sus
amigas en vez de preocuparse por ella y conseguir animarla un poquito cada día,
se fueron distanciando. Llegó un momento en el que Carmen se sentía sola, no
tenía a nadie con quien contar, tanto para lo malo como lo bueno.
Tenía
un hermano mayor, le sacaba 9 años, él ya se había casado y ya vivía con su
mujer, esperaban un hijo. A Carmen le hacía mucha ilusión ser tía estaba
impaciente porque el hijo que esperaba su hermano Carlos naciese. Los padres de
Carmen se acababan de separar, ella no había asimilado todos sus problemas, le
costaba quererse, no había tenido mucha suerte en la vida. Un día le entraron
ganas de quitarse la vida. Pensó en la poquita gente que le quería y se echó
para atrás. Si lo hubiese hecho su familia se habría hundido de tristeza.
Carmen
estaba en su tratamiento de quimioterapia, el único momento del día en el que
verdaderamente se olvidaba de sus problemas era allí. Había más niñas de su
edad, pasándolo igual que Carmen. La chica que le hacia el tratamiento se
llamaba María, era un pilar fundamental para Carmen, ella le contaba los
problemas con sus amigas, con sus padres, sus problemas de autoestima, María
era una chica encantadora, le ayudaba lo máximo. La hacía reír, ella deseaba
ver una sonrisa en la cara de Carmen, se lo merecía, era una chica fuerte.
María siempre le explicaba el valor de la sonrisa, que la felicidad se consigue
primero por estar bien con uno mismo.
Carmen
no sabía que era felicidad, nunca lo había vivido.
Meses
después, finalizando la quimioterapia y mejorando con el cáncer. Le cambiaron
el horario de su tratamiento, ella lloraba desconsoladamente, no iba a ver más
a María.
Carmen
fue al hospital en su nuevo horario. Había un chico que le parecía atractivo.
No le conocía de nada. Pero al parecer él también tenía cáncer, iba por la
misma fase que ella, les quedaba más o menos lo mismo. Coincidían todos los
días, todavía no se habían dirigido una palabra. A Carmen le gustaba.
Hubo
un día el cual, este chico se acercó, estuvieron hablando y decidieron irse a
desayunar. Él a pesar de tener cáncer era feliz, tenía muchos amigos. Carmen sonreía
al hablar con él pero sentía tristeza al notar que él no sentía lo mismo por
ella.
Y
por fin, llegó el día más esperado para Carmen, terminaba la quimioterapia y
superaba esta enfermedad, volvió a irse a desayunar con su amigo. Terminaron y
al despedirse Carmen no se creía lo que acababa de pasar, él le acababa de dar
un beso en los labios. Todo aquello había sido el destino.
Ella
volvió a su rutina de ir al colegio, se reconcilió con su grupo de amigas, pero
había algo nuevo en su rutina. Ver casi todas las tardes al chico del hospital,
a Juan, pero ya donde le veía no era en el hospital. Ella era feliz de verdad,
por primera vez sabía lo que era la felicidad. Terminó el colegio y fue a ver a
María al hospital, le contó todo. María la abrazó fuerte y empezó a llorar de
alegría porque veía que una chica tan fuerte, había logrado superar el cáncer y
era feliz. La había visto con una sonrisa que nunca había sido capaz de ver en
ella.
Marta
Torres-Dulce, mayo 2021, 4F, 3º evaluación.
Comentarios
Publicar un comentario