UN DESPERTAR INUSUAL
Eran las 6 de la mañana y mi padre me despertó alarmado, me
dijo que cogiese mis cosas y que fuese a buscar a mi hermano que estaba en la
otra habitación. Yo sin saber muy bien que hacer y con el sueño todavía en mí
fui a buscarlo. Cuando llegué a su habitación empecé a escuchar disparos en la
calle y vi a mi hermano llorando asustado, rápidamente lo cogí y lo llevé con
mis padres, pero cuando llegué al salón solo vi a mi madre. Confuso la pregunté
que dónde estaba papá, pero ella me respondió que nos teníamos que ir rápido.
De repente escuché un disparo seguido de un grito en el exterior y escuché
decir a un hombre que la familia estaba dentro. Al oír eso mi madre nos llevó
corriendo al baño, donde había una especie de túnel subterráneo y nos dijo que
lo siguiésemos hasta el final donde nos estaba esperando nuestro tío, después
de eso se escuchó como rompían la puerta de la entrada y mi madre cerró la
puerta dejándonos a nosotros dos solos. Seguimos el camino hasta el final y
como dijo mi madre mi tío estaba allí, al vernos nos dio un abrazo y nos dijo
que nos teníamos que ir rápido porque nuestro barrio ahora era muy peligroso.
Cuando le oí le pregunté sobre si no teníamos que esperar a mis padres, él me
dijo que ellos estaban a salvo y que se habían ido con unas personas a
ayudarlas. Esto nos relajó bastante a mi hermano y a mí.
Mi tío nos llevó a una especie de refugio donde se
encontraban mis primos y mi tía junto con un montón de vecinos, cuando llegamos
todos empezaron a murmurar y a mirarnos con cara de pena, en ese momento no
entendía nada, entonces fui a mi tía a preguntarla qué estaba pasando, ella me
dijo que estuviera tranquilo que en nada todo volvería a la normalidad, pero yo
ya estaba cansado de que me dijesen que no pasaba nada como si yo no me
enterase de nada.-tengo 12 años y ya soy bastante mayorcito para que me contéis
lo que está pasando-. La respondí yo. Ella me dijo que los rebeldes habían
asediado la ciudad y que ya nada era seguro, yo la pregunté por mis padres,
pero ella me dijo que ya era muy tarde y que me fuera a dormir.
Esa noche dormimos en el suelo, estaba frío y húmedo, pero
no había hueco para nadie más. Afuera se seguían escuchando ruidos extraños,
pero conseguí dormir, aunque con dificultades. A la mañana siguiente los
disparos continuaban y mi tío se puso a hablar con otros hombres para crear un
plan de huida, escuché algo sobre un río y el alcantarillado de la ciudad, pero
no decidieron nada como tal, solo mandaron a unas personas a buscar comida para
alimentarnos a los niños que estábamos allí.
Eran las ocho de la tarde y todavía no habían regresado los
hombres que habían ido a buscar los víveres. La gente ya estaba preocupada,
pero a su vez tenían miedo de mandar a más gente por lo que pudiera pasar. Los
niños mientras tanto estábamos con Ahmed, un vecino que daba clases en un
colegio del barrio. A las doce de la noche llegaron los hombres que fueron a
comprar comida para alimentarnos a los niños.
En cuanto llegaron, consiguieron encender un fuego con unas
ramas que había tiradas por el suelo. Abdel, el cocinero del bar de la ciudad,
comenzó a hacer una especie de sopa rara que no sabia muy bien lo que era, pero
me bastó para alimentarme. Y tras tomarnos esa sopa, intentamos dormir igual
que la noche anterior, en el húmedo y frio suelo.
Al despertarnos nos dimos cuenta que faltaban algunas
personas, supuse que habían ido a comprar más comida, pero me giré y vi todo el
montón de comida que habían traído ayer que aún quedaba, por tanto, no creí que
fueran a por más comida. Decidí preguntar a mi vecina Farinha, que nos había
despertado, me separó del resto de niños, ya que era el más mayor, y me contó
que las personas que faltaban, entre ellos mi tío, habían salido a inspeccionar
como estaba la zona para poder trazar un plan de huida y todavía no habían
regresado. Treinta minutos después de que desayunáramos unas pastas con un poco
de leche, llegaron muy contentos. Nos contaron que el camino hacia el río
estaba despejado, y que había unas lachas colocadas y que esa misma noche
saldríamos todos y llegaríamos a la ciudad vecina y una vez allí nos
organizaríamos. A lo largo del día, los adultos fueron perfeccionando más en
plan para que no fallase nada.
Pasaban las horas y los nervios cada vez eran más evidentes,
era como si las horas y los minutos no pasaran. Antes de irnos, todos comimos
algo para tener la suficiente energía para poder huir, ultimamos los últimos
detalles y decidimos quien iba en cada lancha, a mí me toco con algunos vecinos
y con mi prima Habiba.
Ya está, era el momento de salir, sin ver la luz desde hace
varios días, salimos un poco asustados, lo primero que recuerdo, fue que nada
era como recordaba, todo destruido, mira a mi alrededor y solo veía
destrucción, conseguí ver mi casa, bueno, lo que quedaba de ella. Pero no había
tiempo de pararse a recordar ni a lamentarse, con los ojos vidriosos, llegamos
al río y vimos las dos lanchas que nos habían descrito. De repente empezamos a
escuchar un montón de gritos en un lenguaje que yo no entendía y disparos,
intentamos montarnos lo más rápido posible. Nunca había tenido tanta angustia,
parecía que el corazón iba a salirse de mi pecho. Lo último que recuerdo fue a
un señor vestido todo de negro coger a Ahmed y apuntarle con lo que creo que
era un arma. Ahmed gritó que arrancasen las dos lanchas y que el se iría a un
lugar mejor.
Arrancaron las dos lanchas y de repente, todo era paz, era
una sensación que jamás había tenido. En ese lugar que nunca había estado, me
rencontré con mi hermano y mis tíos, que estaban en la otra lancha y también vi
a algunos vecinos. Al rato, me encontré a mis padres y a su lado a mis abuelos.
Estaba super feliz ya que hacía demasiado tiempo que no los veía.Ahora estoy
super feliz, aunque no se nada de Ahmed, pero como él dijo, estará en un lugar
mejor, pero mejor que en el que estoy yo, imposible, no quiero marcharme de
aquí nunca
Alejandro Sualdea
07/05/2021 3º evaluación
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