Silvia Martínez (Solo una semana)


 

SOLO UNA SEMANA



A veces nos hacemos  estas preguntas:  ¿la vida tiene sentido?, ¿porque existe el mal, las enfermedades?... pero esta historia no empieza así.

 

Nos situamos en Burgos, año 2000.


Salí de mi casa a toda prisa, tenía que ir a la estación de autobuses para ir a Madrid.
Estuve a un solo segundo de perder mi autobús (¡Qué desastre soy!)
Durante el viaje no podía parar de pensar en lo afortunada que era y lo feliz que me iban a hacer mi hijo y su mujer.


Cuando llegué a Madrid, cogí un taxi rumbo al hospital 12 de octubre.
Al llegar no podía creer lo que veía, no me creía que fuese abuela.
Estuve un par de semanas cuidando de mis dos nietos mellizos, la verdad es que se me pasaron volando, pero tenía que regresar a casa con mis otros dos hijos.

 

Hospital San Juan de Dios, año 2003.

 

Tras largas semanas de pruebas médicas, hoy era el día en el que me dirían los resultados, si todo esto había sido solo un susto o si era algo más. Estaba en la  sala de espera hablando con mis hijos, pero cuando el doctor abrió la puerta, solo en su mirada sentí que algo no iba bien. Así es, me diagnosticaron un cáncer cerebral más o menos leve. (Pero hace dieciocho años la medicina no estaba tan avanzada).                                                                                           Me sometieron a un tratamiento de quimio no muy fuerte, lo que supuso la caída de mi pelo y que me comprase una peluca.

 

A finales de ese mismo año tuve que ir de nuevo a Madrid, a hablar con el director del colegio San Agustín para que admitieran a mis dos nietos, que poco a poco iban creciendo.

 

El cáncer fue en aumento y cada vez mis dosis de quimio eran más y más fuertes y mucho más frecuentes.

 

 

 

Año 2005

 

Estaba tan enferma que llevaba ya unos meses ingresada en el hospital. Esta vez no podía ir a Madrid  a ver a mi pequeña nieta que acababa de nacer, una niña, lo que siempre quise.

 

A la semana, me vinieron a visitar al hospital y puede ver a mi nieta. Sabía que no iba a poder disfrutar de ella mucho tiempo, pero en ese instante  di gracias  a Dios por darme a una nueva nieta y hacerme tan feliz.

 

Durante todo el tiempo que estuve en el hospital me estuve haciendo muchas preguntas.

Pero ahora he encontrado respuesta a una de ellas. Para mí la vida si que tiene sentido porque por mucho que haya sufrido con el cáncer , la quimio… soy la persona más feliz del mundo. Esas fueron mis última palabras.

 

Ahora desde el cielo, contempló la gran familia que he formado.

¿Me gustaría estar con ellos y abrazarlos? Pues sí, pero se que en un futuro no muy lejano volveremos a estar todos juntos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Silvia Martínez Liñera 1°B  

25 de Septiembre de 2021

 

 

 

 

 

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