Guillermo Carreras (Ahora que recuerdo)


 

AHORA QUE RECUERDO

Todo empieza cuando nací, es verdad que no me acuerdo y que ni siquiera trato de acordarme en esta historia me centrare en mi abuelo, mi abuelo por parte de padre, mi Avi desde pequeño le recuerdo, ya que siempre he tenido una relación muy cercana y que siempre me viene a la cabeza cuando hablo de él, su sonrisa tranquila y su paciencia infinita, cosas que de las que yo carecía y carezco.

 

 Como me acuerdo de las comidas donde yo mismo me convertía en la persona más cansina del mundo era insufrible y hasta yo lo admito, pero mi abuelo…. Él siempre estaba ahí el siempre repetía tranquilamente que comiera que siguiese comiendo, yo me distraía me quejaba, he intentaba sacar algún tema de conversación, para haber si me perdonaba la comida o simplemente para que pasase el tiempo, pero él no desistía el seguía tranquilamente diciéndome que comiera. Es verdad que su paciencia no era infinita que poco a poco era cada vez menos, yo hacia todo lo posible para no comer y cuando él se levantaba a hacer algo, rápidamente habla y jugaba con mis hermanas hasta que el me oía y silenciosamente se acercaba y me soltaba una colleja… una colleja que ahora me da tristeza en su tiempo sacaba de mi rostro una sonrisa.

 

También recuerdo todo lo que hacía por mi todo lo que me quería a mí y a mis hermanas todo los caprichos que nos compraba, desde unos cascos hasta un microscopio todo lo que quería me lo compraba siempre nos tenía mimados y entre él y mi abuela ir a su casa a comer era un manjar, siempre lo tendré en mi cabeza cuando los miércoles salía al patio de la comida  y lo veía a él,con su forro polar marrón y verde, que venía del gimnasio esperándonos en la puerta . Yo rápidamente me escabullía y me iba a jugar al futbol mientras que él y mis hermanas esperaban que yo saliese. Yo siempre he pensado que él me veía y que hacia una excepción. Después nos íbamos a casa en su coche que siempre estaba impecable y cuando nosotros subíamos lo manchábamos entero, el siempre rechistaba y se enfadaba, pero siempre me pareció divertido lo mejor era cuando había que lavar el coche. Me sigo acordando del lavado automático como esas esponjas gigantes envolvían el coche el siempre encantado de vernos como lo mirábamos embobados parecía que nos iban a tragar.

 

Luego llegábamos a casa de mi abuela al abrir la puerta ya se olía la excelente comida, que llevaba esperando comer toda la semana, en la comida hablábamos y nos divertíamos siempre manteniendo el cuidado de no manchar el parqué, que el si no rápidamente lo cubría con celo y talco, esa experiencia siempre se me quedara grabada como me reía…

 

Poco a poco fui creciendo y aunque siempre quiero ir y siempre intento ir, mi abuelo también fue envejeciendo, poco a poco vi como estaba más agotado más cansado y aunque me generaba tristeza la siempre tenía una sonrisa en su rostro, intentando hacer planes como teatros o viajes. Unos viajes en los que buscaba siempre la comodidad de todos y que siempre se preocupaba de nosotros el viaje que fui solo con ellos era el viaje de granada el viaje que me regalaron por la comunión que preciosidad y como me hacían sentir más mayor todavía me acuerdo de la alhambra, del hotel y hasta encima del restaurante en el que me felicitaron por comer muy bien, además estuvieron los cruceros. Siempre recordare los cruceros con alegría cuando en el salón principal llegaba y nos contaba el plan del día como se preocupará que la comida estaría buena y como nos repetía “Esta todo pagado”, excursiones largas que tenían un final asombroso y como criticaba a los americanos que comían con gula. Ahora lo recuerdo todo y sé que será imposible de olvidar gracias a esos álbumes que hacía con tanto esmero y que como se curraba cada foto, cada lugar y fecha, ahora recuerdo todos esos momentos y las lágrimas corren por mi mejilla todo el amor que nos ha dado y que nos sigue dando ahora en el cielo.

 

Con el paso de los años se notaba como el cáncer le hacía más estragos, yo no me había enterado, pero notaba como mi abuelo poco a poco iba empeorando hasta que al final le ingresaron en el hospital yo pensaba que sería un rato yo quería creer que después de eso mi abuelo volvería a casa que volvería a estar bien y que seguiría viniendo a recogerme en el patio, pero me di cuenta que no estaba bien. Le rece mucho por el intente salvarle ofrecí cantidad de cosas por él, pero en el fondo, me lo esperaba no sé por qué, pero algo dentro de mí me estaba preparando para esa noticia y un día llego. Un día saliendo del club mi padre nos metió prisa y cuando llegamos al coche nos contó que el Avi (mi abuelo) iba a fallecer, él ya se había mudado a su casa, pero no era para seguir como siempre. Inmediatamente mis hermanas y yo rompimos a llorar, como yo ahora lo estoy haciendo al escribir este relato.

 

 No había vuelta atrás al llegar a mi casa mi madre nos abrazó fuerte , mi padre se fue rápido en ese momento mi madre nos ofreció irnos a despedir de él y llorando nos subimos al coche y fuimos para su casa , le vimos , estaba tumbado en la cama parecía dormido, pero suavemente respiraba una respiración profunda aunque se notaba que le costaba  todos nos acercamos y uno por uno le dimos un beso de despedida, abracé a mi abuela y a mi padre y me acerque suavemente y le di un beso en la nuca… no sé si son imaginaciones mías pero el movió el cuello y me dio una caricia esa fue la última vez que lo vi cómo nos quería como había hecho tantas cosas por nosotros y como siempre se había esforzado por habernos hecho feliz.

 

Avi, te quiero. 

 

 

Guillermo Carreras Fernandez 4E 11/11/2021


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