AHORA QUE RECUERDO
Todo
empieza cuando nací, es verdad que no me acuerdo y que ni siquiera trato de
acordarme en esta historia me centrare en mi abuelo, mi abuelo por parte de
padre, mi Avi desde pequeño le recuerdo, ya que siempre he tenido una relación
muy cercana y que siempre me viene a la cabeza cuando hablo de él, su sonrisa
tranquila y su paciencia infinita, cosas que de las que yo carecía y carezco.
Como me acuerdo de las comidas donde yo mismo
me convertía en la persona más cansina del mundo era insufrible y hasta yo lo
admito, pero mi abuelo…. Él siempre estaba ahí el siempre repetía
tranquilamente que comiera que siguiese comiendo, yo me distraía me quejaba, he
intentaba sacar algún tema de conversación, para haber si me perdonaba la
comida o simplemente para que pasase el tiempo, pero él no desistía el seguía
tranquilamente diciéndome que comiera. Es verdad que su paciencia no era
infinita que poco a poco era cada vez menos, yo hacia todo lo posible para no
comer y cuando él se levantaba a hacer algo, rápidamente habla y jugaba con mis
hermanas hasta que el me oía y silenciosamente se acercaba y me soltaba una colleja…
una colleja que ahora me da tristeza en su tiempo sacaba de mi rostro una
sonrisa.
También
recuerdo todo lo que hacía por mi todo lo que me quería a mí y a mis hermanas
todo los caprichos que nos compraba, desde unos cascos hasta un microscopio
todo lo que quería me lo compraba siempre nos tenía mimados y entre él y mi
abuela ir a su casa a comer era un manjar, siempre lo tendré en mi cabeza
cuando los miércoles salía al patio de la comida y lo veía a él,con su forro polar marrón y
verde, que venía del gimnasio esperándonos en la puerta . Yo rápidamente me escabullía
y me iba a jugar al futbol mientras que él y mis hermanas esperaban que yo
saliese. Yo siempre he pensado que él me veía y que hacia una excepción. Después
nos íbamos a casa en su coche que siempre estaba impecable y cuando nosotros
subíamos lo manchábamos entero, el siempre rechistaba y se enfadaba, pero
siempre me pareció divertido lo mejor era cuando había que lavar el coche. Me
sigo acordando del lavado automático como esas esponjas gigantes envolvían el
coche el siempre encantado de vernos como lo mirábamos embobados parecía que
nos iban a tragar.
Luego
llegábamos a casa de mi abuela al abrir la puerta ya se olía la excelente
comida, que llevaba esperando comer toda la semana, en la comida hablábamos y
nos divertíamos siempre manteniendo el cuidado de no manchar el parqué, que el
si no rápidamente lo cubría con celo y talco, esa experiencia siempre se me
quedara grabada como me reía…
Poco
a poco fui creciendo y aunque siempre quiero ir y siempre intento ir, mi abuelo
también fue envejeciendo, poco a poco vi como estaba más agotado más cansado y
aunque me generaba tristeza la siempre tenía una sonrisa en su rostro,
intentando hacer planes como teatros o viajes. Unos viajes en los que buscaba
siempre la comodidad de todos y que siempre se preocupaba de nosotros el viaje
que fui solo con ellos era el viaje de granada el viaje que me regalaron por la
comunión que preciosidad y como me hacían sentir más mayor todavía me acuerdo
de la alhambra, del hotel y hasta encima del restaurante en el que me felicitaron
por comer muy bien, además estuvieron los cruceros. Siempre recordare los
cruceros con alegría cuando en el salón principal llegaba y nos contaba el plan
del día como se preocupará que la comida estaría buena y como nos repetía “Esta
todo pagado”, excursiones largas que tenían un final asombroso y como criticaba
a los americanos que comían con gula. Ahora lo recuerdo todo y sé que será
imposible de olvidar gracias a esos álbumes que hacía con tanto esmero y que
como se curraba cada foto, cada lugar y fecha, ahora recuerdo todos esos
momentos y las lágrimas corren por mi mejilla todo el amor que nos ha dado y
que nos sigue dando ahora en el cielo.
Con
el paso de los años se notaba como el cáncer le hacía más estragos, yo no me
había enterado, pero notaba como mi abuelo poco a poco iba empeorando hasta que
al final le ingresaron en el hospital yo pensaba que sería un rato yo quería
creer que después de eso mi abuelo volvería a casa que volvería a estar bien y
que seguiría viniendo a recogerme en el patio, pero me di cuenta que no estaba
bien. Le rece mucho por el intente salvarle ofrecí cantidad de cosas por él,
pero en el fondo, me lo esperaba no sé por qué, pero algo dentro de mí me
estaba preparando para esa noticia y un día llego. Un día saliendo del club mi
padre nos metió prisa y cuando llegamos al coche nos contó que el Avi (mi
abuelo) iba a fallecer, él ya se había mudado a su casa, pero no era para
seguir como siempre. Inmediatamente mis hermanas y yo rompimos a llorar, como
yo ahora lo estoy haciendo al escribir este relato.
No había vuelta atrás al llegar a mi casa mi
madre nos abrazó fuerte , mi padre se fue rápido en ese momento mi madre nos
ofreció irnos a despedir de él y llorando nos subimos al coche y fuimos para su
casa , le vimos , estaba tumbado en la cama parecía dormido, pero suavemente
respiraba una respiración profunda aunque se notaba que le costaba todos nos acercamos y uno por uno le dimos un
beso de despedida, abracé a mi abuela y a mi padre y me acerque suavemente y le
di un beso en la nuca… no sé si son imaginaciones mías pero el movió el cuello
y me dio una caricia esa fue la última vez que lo vi cómo nos quería como había
hecho tantas cosas por nosotros y como siempre se había esforzado por habernos
hecho feliz.
Avi,
te quiero.
Guillermo
Carreras Fernandez 4E 11/11/2021
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