Ana Gozalo (El final en 14 segundos)


 

EL FINAL EN 14 SEGUNDOS

 

Hola, soy Amir Locke y he venido a contaros lo que fueron los peores 14 segundos de mi vida.

 

Yo era un repartidor de comida por la zona central de Minneapolis, iba a las casas a entregarle a la gente comida que habían pedido. Lo que a algunas personas les resultaba un poco raro, es que yo llevaba una pistola siempre en mi, pero el motivo era muy simple. Obtuve la licencia necesaria para tener un arma por el simple hecho de que algunas bandas intentaban robarme la furgoneta cuando salía a entregar la comida, y eso era algo que yo no podía permitir porque era lo único que tenía para hacer bien mi trabajo. Pero claro, debido a que era negro, la gente lo veía un poco peligroso.

 

Algunos meses antes, se había aceptado la ley de que, si los policías obtenían un permiso del juez, podían entrar en las casas a la hora que quisiesen sin necesitar ni si quiera llamar a la puerta. Esto no estaba bien visto por la mayoría de las personas ya que, si entraban en la madrugada, estos no iban a poder defenderse. Incluso se podían pensar que había entrado un ladrón a robar. Por este motivo, bastante gente tenía la licencia de armas y tenía un arma en casa, para defenderse de los ladrones. Yo la tenía para cuidar que no me robasen la furgoneta y por si venía alguien a robarme en casa poder defenderme, porque yo vivía solo en casa de mis tíos.

 

Unos días antes de comenzar febrero, se descubrió que había ocurrido un crimen en Minneapolis, pero no se conocía a la persona que lo había cometido.

 

Como mucha gente sabía que yo llevaba una pistola encima, decidieron acusarme sin ninguna prueba. Por lo que la policía de Minneapolis decidió ir a hablar con el juez para ver si les podían dar un permiso para poder registrar mi casa conmigo delante, a ver si encontraban pruebas de que yo había sido el causante del crimen.

 

En este juzgado no solo le dieron este permiso, sino que también le otorgaron el permiso de entrar en mi casa a la hora que ellos considerasen oportuna y así me pillaban indefenso.

 

El dos de febrero de 2022, los policías decidieron entrar en mi casa a las 6:48 de la mañana, cuando yo estaba durmiendo. Estos momentos los tengo bastante borrosos, pero lo que recuerdo fue que entraron con una llave sigilosamente y eran alrededor de 5 policías. Como ya he dicho antes, yo tenía a mano mi pistola siempre por si ocurría cualquier cosa, y en el momento en el que entraron los policías a casa y me patearon el sofá en el que yo estaba durmiendo, pudieron ver mi pistola. Uno de ellos no se lo pensó y decidió dispararme tres veces, ya que se pensaba que yo iba a disparar.

 

Todo esto que os acabo de contar, la entrada de la policía en casa y los disparos, ocurrieron tan solo en 14 segundos, no me dejaron ni si quiera hablar, fue como un abrir y cerrar de ojos.

 

No tenían ninguna prueba de que yo había sido el causante del crimen y, aun así, sin interrogarme, decidieron acabar con mi vida.

 

Debido a lo que ocurrió el año pasado con George Floyd y Breonna Taylor, todo el mundo está muy involucrado en cortar estos ataques racistas. Yo estoy bastante orgulloso de que no estamos solos en esto, cada vez que ocurre un caso así hay manifestaciones en muchos lugares del mundo, por ejemplo, una semana más tarde de mi asesinato, miles de personas de Saint Paul y Minneapolis salieron a la calle a protestar contra todas las injusticias que nos ocurren. Fueron incluso hacia la casa del presidente de Minnesota, pero no consiguieron nada yendo ya que al ser comunicado de que iban a ir para allá y decidió irse.

 

También estoy contento de que, por la norma judicial, los policías tuviesen que llevar cámaras en el chaleco para que se pudiese ver todo lo que había pasado, y que gracias a eso el mundo viese que me mataron en 14 segundos y no tuve tiempo para reaccionar.

 

A pesar de que mucha gente esté destrozada por este caso, el abogado de mi familia se está encargando del asunto y están debatiendo que hacer con el policía que me disparo.

Este es un daño irreparable, pero por lo menos se hará justicia.

 

 

Ana Gozalo 1ºA Bachillerato

9 febrero 2022

 


Comentarios