José Pablo Rodríguez (Todo pasará)


 

TODO PASARÁ


Soy Pablo Rosa y tengo una historia que contaros.

 

Corría el año 1937 y en España estábamos pasando por tiempos difíciles pues estábamos en plena guerra civil. Nunca me gustaron los conflictos, españoles matando españoles y el cielo se teñía de rojo por la sangre derramada de diversos padres, madres e hijos que no tenían la culpa de nada.

 

Mi esposa Isabel y yo vivíamos tranquilos en un pequeño pueblo de Ávila llamado La Escarabajosa y por fin íbamos a tener la hija que tanto tiempo habíamos esperado, sin embargo, tuvimos un problema, mi esposa tuvo muchas complicaciones en el embarazo y tuvimos que irnos a Madrid a que le hiciesen un supuesto método revolucionario que habían empezado a realizar en América, una cesárea.

 

Pues eso, todo parecía ir bien, pero unas semanas después me enteré de que habían matado a unos de mis amigos curas del pueblo por sus ideales nacionalistas y coincidía con la fecha en la que nos fuimos a Madrid. El gobierno necesitaba un culpable y yo era la victima perfecta. Una tarde tranquila de octubre con mi esposa dando de comer a nuestra hija Fuensanta irrumpen una serie de guardias en nuestro hotel de alojamiento y tenía una orden a mi nombre para llevarme a la cárcel injustamente acusado por asesinato.

 

Recuerdo a Isabel muy preocupada por mí, me querían matar con mi hija de tan solo unas semanas observando y sin parar de llorar… y por suerte, logre llevar mi caso ante un juzgado y pase 5 años en la cárcel sin saber que día seria mi ultimo ni si volviera a ver a mi hija.

 

Ante la situación pase un año sin saber que hacer ni que pensar al respecto, pero mira, mi consejo para vosotros, todas las desgracias que viváis os sabrán llevar al camino del éxito si sabéis aprovecharlas. Decidí hacer algo de provecho y empecé a leer libros de todo tipo e hice amigos de todo tipo, el mejor de todos era Jorge Hernandez, un hombre tan sabio que no tarde en querer aprender con el día a día. Paso meses enseñándome matemáticas avanzadas, física, economía, todo lo que no pude aprender en el pueblo por los bajos recursos que había.

 

Mi esposa estaba luchando como podía contra el gobierno, ellos todavía me querían muerto y durante dos o tres años no paro de escribir cartas al rey todos los días explicando mi situación para ver si habia suerte y lograba leer alguna.

 

En abril de 1942 sentado en el comedor de la cárcel de Madrid con mi amigo Jorge me recogieron unos guardias y me dijeron que por fin había llegado una de esas cartas al gobierno y el rey mando la orden de mi liberación, quedando impune de mis supuestos delitos.

 

Cuando salí de la cárcel pude ver a mi hija y no me reconocía, no sabia si acercarse a darme un abrazo, fue el peor momento de mi vida, pero estaba dispuesto a recuperar esos años perdidos con ella.

 

Dada mi estadía en la cárcel tuve muy complicado encontrar trabajo, pero Jorge resulto ser un hombre influyente en Madrid y me acepto un tiempo en su empresa de conductores y me enseño también a conducir estando unos años relacionándome con gente importante llevándoles de un sitio a otro y conociendo todo tipo de historias.

 

Cuando se relajaron las cosas mi esposa y yo decidimos volver a nuestro pueblo y tuve una muy buena idea de negocio, con todos mis ahorros construí una casa al lado de un campo enorme en el que gracias a mis relaciones pude montar una granja y así una empresa que producía y transportaba todo tipo de productos ganaderos por todo Ávila haciéndome uno de los hombres mas influyentes en el pueblo.

 

Quería contaros todo esto para que intentéis no veniros abajo nunca, todo es una oportunidad dependiendo del punto de vista que lo mires y podemos superar todas las situaciones adversas que se nos planteen con un poco de cabeza y calma, espero que os sirva para vuestras vidas!!

 

 

José Pablo Rodríguez

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