Leyre Restrepo (Las batallas se pueden perder)


 

LAS BATALLAS SE PUEDEN PERDER

 

Hoy 7 de enero del 2014 me liberé, por fin, me libré de algo que me hizo cambiar la visión de mi vida y la cambió por completo. Sí, me liberé del cáncer aunque no lo supere como todo el mundo con esta enfermedad espera, pero se que luché hasta el final.

 

Hola soy Patricia y os voy a contar mi historia de como comenzó todo. Yo era una chica normal de 35 años vivía en Pamplona, trabajaba dando clases de inglés en el colegio donde mi madre era la directora, en la universidad conocí a un chico maravilloso llamado Rubén con el cual me casé, tuve una hija llamada Claudia que solo pude estar con ella 4 años y un hijo llamado Alejandro que tan solo estuve con él 1 año.

 

En verano del 2011 empezó todo bueno al menos los síntomas, me empezó un dolor muy fuerte en el pecho, lo ignoré por unos días ya que no creía que fuera grave, una noche se lo comenté a Rubén que me dijo que fuéramos al día siguiente al hospital. Claudia tan solo tenía 2 años así que la dejé con mi madre para que la cuidará mientras nosotros fuimos al hospital.

 

Ese día lo recuerdo como si hubiese sido ayer, estaba muy nerviosa como todo el mundo que va a un hospital sin saber lo que le pasa, hacía que no pisaba uno muchísimos años, nos dejaron en la sala de espera por unos diez minutos y nos atendieron muy rápido. El médico me dijo que me tenían que hacer unas pruebas pero que no me preocupara que seguro que no era nada grave. Yo al oír eso me empecé a preocupar mucho ya que nunca me habían hecho una prueba de ese estilo, lo único que podía hacer era esperar una semana para que me dieran los resultados. En el coche de camino a casa vi una juguetería y decidí que nos paráramos ya que le quería comprar un juguete a Claudia, opté por un peluche precioso. Al llegar a casa se lo dí y estuvimos jugando mucho tiempo, me dijo que le iba a llamar Mikel. Desde que se lo regalé ella solo duerme con ese peluche. En ese momento no sabía que iba a ser una de las ultimas veces que iba a poder estar con ella al 100%, ojala lo hubiese sabido.

 

Llegó el día en el que me iban a dar los resultados, estaba muy nerviosa, Rubén me acompañó .Cuando nos llamaron y entré a la consulta sabía que algo no iba bien ya que la cara del medico era muy distinta a la de la ultima vez, supongo que ser doctor y decir a alguien que tiene cáncer debe ser muy difícil, me acuerdo que le mire a los ojos y me dijo tienes cáncer de pulmón, hay que empezar con el tratamiento ya por que puede que se expanda y no es conveniente. En ese instante se me paró el mundo, tenía mil sentimientos y pensamientos a la vez, preguntando al mundo que por que tenía que ser yo la que le tocará vivir con esa enfermedad, yo que desde pequeña creía que iba a ser abuela igual solo podría vivir pocos años más, pensé en Claudia, Rubén, mis amigos, mi madre, mi padre, mi hermana. Rubén me dio un abrazo y nos pusimos a llorar, él me dijo “esto lo vamos a superar juntos”.

 

 

 

Se lo conté a mi gente cercana, me dolía mucho verles mal por mi pero yo les decía que no se preocuparan que iba a superarlo. A Claudia no tuve fuerzas para decírselo ¿Cómo le dices a tu hija de 2 años que tienes cáncer y que igual se podría quedar sin madre? Cuándo iba al hospital que iba muy a menudo le decía que iba a trabajar o a que iba a hacer recados.

 

Por la quimio se me empezó a caer el pelo y estaba muy débil pero yo aguantaba lo que sea por tal de librarme del cáncer. Lo más duro era no poder estar con mi familia por que tenía que estar en el hospital.

 

El verano de 2012 parecía que me había curado, aunque el cáncer podía volver en cualquier momento, ese verano fue genial estuve con Claudia y Rubén en la playa.

Pero volvió lo que creía que se había curado, en vez de en el pulmón en el cerebro, me detectaron tumor cerebral. Decidí decírselo a Claudia la dije que estaba malita pero que me iba a recuperar muy pronto, con verla sonreír cada día me daban más fuerzas para luchar contra la enfermedad.

 

En agosto de ese año me dieron una gran noticia pero a la vez una noticia que les preocuparía mucho a los médicos estaba embarazada, pero claro era muy peligroso tener un bebe a las condiciones que tenía. Era muy probable que al dar a luz las defensas se me bajaran y el tumor se me expandiera. A mi me daba igual lo que pudiese pasar, yo quería dar a luz y dar un hermanito a Claudia.

 

El 12 de febrero de 2013 nació Alex, un niño precioso cuando le vi se me saltaron las lagrimas estaba muy feliz pero a la vez muy triste por que sabía que no iba a poder estar con él mucho más ya que estaba muy mal de la enfermedad.

 

Estuve 1 año luchando contra el tumor pero no pude con él. Hoy 7 de enero me he librado de él, no voy a poder vivir el primer año de Alex, ni verlos crecer, ni estar con ellos cuando se casen, no podré conocer a mis nietos y lo que más me duele es que se han quedado sin una madre, y me da rabia por que una madre es esencial en la vida de dos niños aunque se que Rubén les va a cuidar más que a nada. Lo único que quiero es que sean felices y que aprovechen cada día como si fuera el ultimo por que nadie sabe que puede pasar. Ahora cada vez que ven una estrella muy brillante dicen que estoy allí cuidándoles y es verdad voy a cuidarles siempre.

 

Se que soy una luchadora he dado todas mis fuerzas contra la enfermedad y puede que no halla ganado la batalla pero se que nunca me he rendido. Hoy al fin me he liberado.

 

Leyre Restrepo de Juan ,1ºB,20, 10/02/22

 

 

 

 

 


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