Victoria Manetti (Iberia en su miseria)

IBERIA EN SU MISERIA

Todavía recuerdo ese día, aquel 11 de febrero de 2020, el día en el que se provocó aquel desastre tanto para las familias como para las empresas, como la mía, Iberia.

Me llamo María, y trabajo en la empresa de Iberia con mi hermano Manuel, en la que él lleva 5 años y yo 3, somos 3 en el equipo general, nosotros dos y mi compañera Blanca.

Mi hermano era el director de esa sede, aquel día nuestra abuela llamó para saber si nos habíamos enterado sobre aquella noticia, nosotros asombrados, no sabíamos lo que pasaba, nos lo explicó todo, estaba aterrorizada y se la escuchaba temblar mientras hablaba, en aquel momento vimos la llegada de algo que nos iba a arruinar nuestras vidas. No sabíamos lo que hacer, nos deprimimos, y nos confinaron a los 2 días siguientes.

 

 

Tres semanas después nuestra empresa estaba arruinada, no teníamos acciones, vivíamos de préstamos y con muchas deudas con el banco, estábamos en la miseria; veíamos cómo poco a poco nos íbamos dañando y desgastando cada vez a más.

Otras tres semanas después, para colmar la gota al vaso, muchos de nuestros trabajadores enfermaron de este virus maldito, ni el ministro de sanidad sabía lo que estaba ocurriendo en este momento, ni lo que provocaba, lo único que sabíamos era que era muy contagioso y perjudicial para la salud.

 

 

La segunda quincena de mayo Blanca entró al hospital ingresada con una bombona de oxígeno que era su única esperanza de vida.

En junio, nuestra empresa ya no podía más, estábamos casi en la quiebra sin ganar absolutamente nada y esto nos preocupó muchísimo a toda nuestra familia, para mejorar las condiciones tuvimos que trabajar en nuevas investigaciones para ganar algo de dinero, con la bajada de nuestros salarios con los vuelos, y cuando creíamos que el asunto se empezaba a solucionar la cosa cada vez iba a peor; mi compañera entró a la UCI todo mi alrededor empezaba a contagiarse, todo se nos echaba a las manos.

 

 

Finalmente 3 días después, la persona con la que cree mi empresa de vuelos falleció. Fueron unas noticias que nos arrebataron las ganas de vivir a mí y a mi hermano. Al cabo de una semana, nosotros, desgraciadamente, también nos contagiamos.

 

 

Aunque de pronto las buenas noticias también empezaron a llegar, nuestra empresa comenzó la carrera que determinaba la miseria o la riqueza, el banco nos bajó alguno de los precios de los préstamos y esto hizo que nuestro salario mejorase… mi hermano y yo finalmente pudimos comprar la casa con la que siempre soñamos, al lado del centro, para formar un pequeño estudio, aunque al principio fue un lío; tuvimos que dormir en un viejo colchón hinchable , ya que no nos podíamos mudar con la pandemia presente.

 

 

Llegó el verano, y por fin nos dejaron volver a nuestras oficinas oficiales. Todo empezó a mejorar, los vuelos surgieron, nuestros poderes adquisitivos fueron mejorando. Mi hermana más pequeña ese momento, estaba estudiando para trabajar en nuestro pequeño estudio y así unirse a la empresa familiar, directamente fue una persona más en nuestro equipo.

 

Debida la pandemia teníamos que encontrar un modo en el que la gente siguiese comprando nuestros vuelos por lo que los pusimos a precios muy baratos y asequibles para todos, aunque las ventas seguían siendo muy escasas, ya que debías tener una PCR negativa, además de un permiso para poder viajar.

 

 

Eran más o menos unos 5 vuelos al día, ni completos, cosa que, en los meses anteriores a la pandemia, eran unos 400 diarios, pero aún así seguíamos aumentando nuestros rangos y además mi hermana empezaba a ganar un salario fijo; unos 100 euros netos, cosa que mi hermano y yo solíamos ganar el doble por la experiencia en la labor de la empresa. Nuestros préstamos cada vez tenían mejores condiciones, cosa que nos dio una alegría muy importante ya que eran costosos en ese momento, esto hizo que pusiéramos más empeño y esfuerzo en nuestras acciones.

 

 

Llegamos a septiembre, nuestra gloria; este mes sobrepasó nuestras expectativas totalmente, las familias tenían afán de viajar por todas partes, y nuestros vuelos llegaron a la mitad de la normalidad, es decir, a los 200.

 

 

Esta pandemia nos ha dejado muchos significados, la pérdida de gente importante en mi vida y en las de muchos más, bajas salariales, una tremenda caída de nuestra empresa que casi llega nos lleva al quiebre, y muchas cosas más que no deberían ser recordadas.

Hoy en día nos hemos dado cuenta de que no fuimos los únicos que tuvimos que vivir esta situación, sino que sectores como la hostelería etc. incluso lo llegaron a pasar mucho peor que nosotros, esperamos que esto no vuelva a ocurrir nunca más.

 

Victoria Manetti, 1 bachillerato, B, 10/02/22

 

 

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