PUEDE
PASAR
-Puedes pasar. En ese momento cogí aire y
abrí la puerta. De repente veo a Javier tumbado en una cama de hospital, con
una máscara de oxígeno, una vía en su mano y las dos piernas vendadas por
completo. En ese momento se me vuelve a caer el mundo como aquel 1 de noviembre
de madrugada. Para que lo entendáis mejor os voy a poner en situación: yo soy
Julia; una chica reservada, cariñosa con la gente cercana, lista y muy
trabajadora. La mañana del día del suceso, yo me levanté pronto como todos los
días para salir a hacer un poco de deporte y luego volver a casa a estudiar.
Era ya medio día y recibo una llamada de mi mejor amiga, María, que me dice de
quedar para comer y luego ir a mirar vestidos para las bodas de plata de mis
padres que es dentro de un mes justo y con tantas cosas en la cabeza se me
había pasado por completo.
Me
visto y bajo al centro de Madrid en cercanías. Llego y María me recoge, nos
vamos a comer y a pasar la tarde mirando tiendas. Se hacen las nueve y media y
decido despedirme de María e ir a Chamartín a coger el tren para volver a mi
casa. Me subo al tren, me pongo los cascos y espero a que empiece a andar pero,
pasan veinticinco minutos y veo que seguimos parados en la estación, por lo que
ya me empiezo a preocupar y le pregunto a las personas de mi alrededor pero,
están igual que yo, pero de repente suena en los altavoces del tren lo que
parece ser la voz del conductor que dice “Queridos pasajeros, hemos tenido un
pequeño problema, un hombre se ha tirado a las vías y ha sido atropellado por
el tren, debido a este suceso estaremos un tiempo parados, perdonen las
molestias”. Cuando termina de hablar me quedo impactada y me da un escalofrío
por todo el cuerpo, me viene a la cabeza Javier, mi novio, por lo que decido
dejar de pensar en eso porque no tengo que preocuparme de nada (o eso pensaba
yo en ese momento).
Hacemos un parón en la vida de Julia y nos
vamos a esa misma mañana en la vida de Javier, su novio.
Él también tenía una
rutina: se levantaba iba a la universidad por la mañana, luego volvía a casa y
por las tardes a veces iba al gimnasio o se quedaba estudiando pero esa tarde
en concreto quedó con su grupo de amigos para ir a tomar algo todos juntos.
Entonces volvió del gimnasio se vistió y fue a buscar a un amigo suyo para ir
al bar y estar allí todos juntos. Empezaron tomándose unas cañas y luego ya se
pidieron copas. Cuando Javier iba por la cuarta se empezaba a encontrar un poco
mareado entonces decidió salir a tomar el aire.
El bar en el que estaban, se encontraba al
lado de una estación de trenes. Javier fue a sentarse en los bancos que había
en el andén para que le diera el aire. El día estaba muy nublado y con mucha viento.
Javier sacó del bolsillo la cartera y de ella, una foto que tenía de Julia,
pero al sacarla vino una ráfaga de viento y se le escapó de las manos cayendo
justo en las vías del tren. Javier no era consciente del estado en el que se
encontraba ni tampoco era consciente del poco tiempo que le faltaba al tren
para pasar por esa estación, pero no se le ocurrió otra idea que bajar a por la
foto. Una vez en las vías, Javier no veía la foto, estaba dando vueltas sin
encontrar nada, la gente en el andén le gritaban para que subiera pero él
seguía empeñado en encontrar la foto. Cuando parecía que ya la tenía el tren
sin fijarse si había alguien en las vías pasó, y se lo llevó por delante. La
ambulancia vino y se lo llevó al hospital lo más rápido posible.
Mientras ocurría esto
Julia se encontraba en el tren, esperando a que avanzara y poder llegar a casa.
Una vez en casa, decidió llamar a Javier por Facetime como hacían todas las
noches, para hablar sobre el día pero él no lo cogía entonces fue a ver lo
último que habían hablado por mensaje y solo le había dicho ella que se lo
pasara bien y que tuviera cuidado. Julia le dejó un mensaje de buenas noches
pensando que seguiría por ahí con sus amigos y se fue a dormir.
Cuando Julia empieza a
quedarse dormida de repente suena su teléfono como si alguien le estuviera
llamando. Gira el móvil y ve el nombre de la madre de Javier en la pantalla, se
incorpora rápido y lo coge. Desde el otro lado se encontraba Manuela casi sin
poder hablar, pero cogió aire y le contó a Julia lo ocurrido. En ese momento se
le cayó el móvil y empezó a llorar. Cogió las llaves del coche y fue al
hospital.
Entró en recepción,
preguntó por la habitación de Javier Sánchez y fue corriendo. Una vez allí, se
encontró con José, el padre de Javier y Lucía, la hermana pequeña, que estaban
en la sala de espera. Julia fue directa a la habitación y al entrar se
encuentra a Manuela llorando, agarrada de la mano de Javier. Julia no puede
contener las lágrimas y echa a llorar también.
Se quedó a solas con
Javier que se encontraba en coma. Ella comienza a hablarle y le dice cuanto le
quiere y que siente mucho no haber podido hacer nada.
Pasó la noche con él y al
día siguiente aparece una señora preguntando por Javier en recepción. Manuela y
Julia bajan a hablar con ella y resulta que esta señora estuvo en el andén
cuando todo sucedió. Tras una larga charla les contó que Javier bajó al andén a
coger una foto de una chica que se le había caído, en ese momento Julia echa a
llorar ya que ella sabía que Javier tenía una foto suya en la cartera.
Pasaban los meses y yo
iba todos los días a ver y a pasar el rato con Javier al hospital. Los médicos
no creían que fuera a despertar después del terrible accidente que sufrió pero yo
no perdía la esperanza de que algún día llegara y él estuviera despierto.
Pasan unos meses más y
Javier empieza a empeorar, no saben la causa pero estaba cada vez peor, hasta
que un 21 de agosto, mientras yo me encontraba dormida a su lado, siento como
la mano de Javier me coge la mía y de repente la suelta. Empiezan a sonar las
máquinas que tenía conectadas, la sala se llena de médicos y me mandan fuera de
la habitación. Tras unas horas de intervenciones sale un médico para
informarnos de que Javier había muerto.
Toda la familia de Javier
echa a llorar pero lo que le impacta al médico es que yo no. Estaba sentada en
la sala de espera sujetándome la mano la cuál Javier había tocado antes de
irse.
Y después de contaros mi
historia quiero deciros que no volví a ser la misma. Después de perder al amor
de mi vida, decidí hacer todo lo que íbamos a haber hecho él y yo cuando
acabáramos de estudiar, que era recorrer el mundo juntos.
Hoy 3 de enero de 2022 me
encuentro en un lugar de este planeta, visitando los paisajes más bonitos que
nunca hubiera podido imaginar, sacando fotos que luego me servirán para recordar
esta maravillosa experiencia. Pero ¿sabes una cosa?, no me falta mi acompañante,
porque aunque no le pueda tocar, abrazar o sentir, sé que él también está aquí
sentado a mi lado viendo este bonito atardecer y entonces solo me queda deciros
que he cumplido mi sueño.
Solo han pasado unos
meses desde que se fue, pero seguiremos juntos hasta que nos volvamos a ver
allí arriba, te quiero Javier, gracias por enseñarme a vivir, nos vemos muy
pronto, Julia.
Isabel Illana
Martos
16 de mayo de 2022
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