Isabel Illana (Puedes pasar)


 

PUEDE PASAR


-Puedes pasar. En ese momento cogí aire y abrí la puerta. De repente veo a Javier tumbado en una cama de hospital, con una máscara de oxígeno, una vía en su mano y las dos piernas vendadas por completo. En ese momento se me vuelve a caer el mundo como aquel 1 de noviembre de madrugada. Para que lo entendáis mejor os voy a poner en situación: yo soy Julia; una chica reservada, cariñosa con la gente cercana, lista y muy trabajadora. La mañana del día del suceso, yo me levanté pronto como todos los días para salir a hacer un poco de deporte y luego volver a casa a estudiar. Era ya medio día y recibo una llamada de mi mejor amiga, María, que me dice de quedar para comer y luego ir a mirar vestidos para las bodas de plata de mis padres que es dentro de un mes justo y con tantas cosas en la cabeza se me había pasado por completo.

 

 

 Me visto y bajo al centro de Madrid en cercanías. Llego y María me recoge, nos vamos a comer y a pasar la tarde mirando tiendas. Se hacen las nueve y media y decido despedirme de María e ir a Chamartín a coger el tren para volver a mi casa. Me subo al tren, me pongo los cascos y espero a que empiece a andar pero, pasan veinticinco minutos y veo que seguimos parados en la estación, por lo que ya me empiezo a preocupar y le pregunto a las personas de mi alrededor pero, están igual que yo, pero de repente suena en los altavoces del tren lo que parece ser la voz del conductor que dice “Queridos pasajeros, hemos tenido un pequeño problema, un hombre se ha tirado a las vías y ha sido atropellado por el tren, debido a este suceso estaremos un tiempo parados, perdonen las molestias”. Cuando termina de hablar me quedo impactada y me da un escalofrío por todo el cuerpo, me viene a la cabeza Javier, mi novio, por lo que decido dejar de pensar en eso porque no tengo que preocuparme de nada (o eso pensaba yo en ese momento).

 

Hacemos un parón en la vida de Julia y nos vamos a esa misma mañana en la vida de Javier, su novio.

 

Él también tenía una rutina: se levantaba iba a la universidad por la mañana, luego volvía a casa y por las tardes a veces iba al gimnasio o se quedaba estudiando pero esa tarde en concreto quedó con su grupo de amigos para ir a tomar algo todos juntos. Entonces volvió del gimnasio se vistió y fue a buscar a un amigo suyo para ir al bar y estar allí todos juntos. Empezaron tomándose unas cañas y luego ya se pidieron copas. Cuando Javier iba por la cuarta se empezaba a encontrar un poco mareado entonces decidió salir a tomar el aire.

 

 El bar en el que estaban, se encontraba al lado de una estación de trenes. Javier fue a sentarse en los bancos que había en el andén para que le diera el aire. El día estaba muy nublado y con mucha viento. Javier sacó del bolsillo la cartera y de ella, una foto que tenía de Julia, pero al sacarla vino una ráfaga de viento y se le escapó de las manos cayendo justo en las vías del tren. Javier no era consciente del estado en el que se encontraba ni tampoco era consciente del poco tiempo que le faltaba al tren para pasar por esa estación, pero no se le ocurrió otra idea que bajar a por la foto. Una vez en las vías, Javier no veía la foto, estaba dando vueltas sin encontrar nada, la gente en el andén le gritaban para que subiera pero él seguía empeñado en encontrar la foto. Cuando parecía que ya la tenía el tren sin fijarse si había alguien en las vías pasó, y se lo llevó por delante. La ambulancia vino y se lo llevó al hospital lo más rápido posible.

 

Mientras ocurría esto Julia se encontraba en el tren, esperando a que avanzara y poder llegar a casa. Una vez en casa, decidió llamar a Javier por Facetime como hacían todas las noches, para hablar sobre el día pero él no lo cogía entonces fue a ver lo último que habían hablado por mensaje y solo le había dicho ella que se lo pasara bien y que tuviera cuidado. Julia le dejó un mensaje de buenas noches pensando que seguiría por ahí con sus amigos y se fue a dormir.

 

Cuando Julia empieza a quedarse dormida de repente suena su teléfono como si alguien le estuviera llamando. Gira el móvil y ve el nombre de la madre de Javier en la pantalla, se incorpora rápido y lo coge. Desde el otro lado se encontraba Manuela casi sin poder hablar, pero cogió aire y le contó a Julia lo ocurrido. En ese momento se le cayó el móvil y empezó a llorar. Cogió las llaves del coche y fue al hospital.

 

Entró en recepción, preguntó por la habitación de Javier Sánchez y fue corriendo. Una vez allí, se encontró con José, el padre de Javier y Lucía, la hermana pequeña, que estaban en la sala de espera. Julia fue directa a la habitación y al entrar se encuentra a Manuela llorando, agarrada de la mano de Javier. Julia no puede contener las lágrimas y echa a llorar también.

 

Se quedó a solas con Javier que se encontraba en coma. Ella comienza a hablarle y le dice cuanto le quiere y que siente mucho no haber podido hacer nada.

 

Pasó la noche con él y al día siguiente aparece una señora preguntando por Javier en recepción. Manuela y Julia bajan a hablar con ella y resulta que esta señora estuvo en el andén cuando todo sucedió. Tras una larga charla les contó que Javier bajó al andén a coger una foto de una chica que se le había caído, en ese momento Julia echa a llorar ya que ella sabía que Javier tenía una foto suya en la cartera.

 

Pasaban los meses y yo iba todos los días a ver y a pasar el rato con Javier al hospital. Los médicos no creían que fuera a despertar después del terrible accidente que sufrió pero yo no perdía la esperanza de que algún día llegara y él estuviera despierto.

 

Pasan unos meses más y Javier empieza a empeorar, no saben la causa pero estaba cada vez peor, hasta que un 21 de agosto, mientras yo me encontraba dormida a su lado, siento como la mano de Javier me coge la mía y de repente la suelta. Empiezan a sonar las máquinas que tenía conectadas, la sala se llena de médicos y me mandan fuera de la habitación. Tras unas horas de intervenciones sale un médico para informarnos de que Javier había muerto.

 

Toda la familia de Javier echa a llorar pero lo que le impacta al médico es que yo no. Estaba sentada en la sala de espera sujetándome la mano la cuál Javier había tocado antes de irse.

 

Y después de contaros mi historia quiero deciros que no volví a ser la misma. Después de perder al amor de mi vida, decidí hacer todo lo que íbamos a haber hecho él y yo cuando acabáramos de estudiar, que era recorrer el mundo juntos.

 

Hoy 3 de enero de 2022 me encuentro en un lugar de este planeta, visitando los paisajes más bonitos que nunca hubiera podido imaginar, sacando fotos que luego me servirán para recordar esta maravillosa experiencia. Pero ¿sabes una cosa?, no me falta mi acompañante, porque aunque no le pueda tocar, abrazar o sentir, sé que él también está aquí sentado a mi lado viendo este bonito atardecer y entonces solo me queda deciros que he cumplido mi sueño.

 

Solo han pasado unos meses desde que se fue, pero seguiremos juntos hasta que nos volvamos a ver allí arriba, te quiero Javier, gracias por enseñarme a vivir, nos vemos muy pronto, Julia.

 

Isabel Illana Martos

16 de mayo de 2022

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