POR VERTE SONREÍR
Cáncer,
cuando escuchamos esta palabra sentimos miedo, dolor, sufrimiento, rabia y
sobre todo estos sentimientos se intensifican cuando nos enteramos que esta
enfermedad está afectando a nuestros hijos.
Aceptar
que nuestro hijo tiene cáncer es una de las cosas más difíciles y dolorosas que
hay en la vida.
Hola,
soy María y mi marido y yo tenemos un hijo con cáncer; Javi nuestro único hijo
de apenas 4 años, tiene una enfermedad que para nosotros era mortal: leucemia.
Javi
siempre ha sido un niño saludable, nunca había presentado problemas graves de
salud excepto algún catarro en invierno o en verano cuando por estar horas y
horas en la piscina se cogía alguna otitis. Sin embargo, esta vez notamos que
pasaba algo más serio que las enfermedades anteriormente mencionadas. Javi, que
siempre había sido un niño con ganas de ir al parque por las tardes a jugar con
sus amigos ya no le apetecía ir. No tenía fuerzas para moverse, le dolía la
cabeza, sangraba por la nariz frecuentemente y a parte estaba pálido, cada día
más si cabía esa posibilidad.
Le
llevamos al médico lo más rápido que pudimos en cuanto empezamos a notar estos
síntomas. Una vez en el hospital le hicieron unas pruebas y al terminar nos
mandaron a casa con unos antibióticos y unas vitaminas mientras quedábamos a la
espera de los resultados. Al cabo de unas horas una enfermera nos llamó para
que volviésemos al hospital porque tenían a que hacer a Javi una transfusión
sanguínea.
¿Tiene
leucemia? - No paraba de hacerme esta pregunta, pero el médico me aseguró una y
otra vez que teníamos que estar tranquilos que seguro que no iba a ser nada ya
que Javi era un niño muy fuerte.
Tras
una hora que recuerdo como la más larga de mi vida, llegaron los resultados de
la prueba, y si, ponía bien grande aquello que temíamos ver, que Javi tenía
leucemia y que ese mismo día tenía que empezar la quimio antes de que fuese
demasiado tarde.
Como
os podréis imaginar se nos vino el mundo abajo, no parábamos de llorar, y no
entendíamos por qué le tenía que pasar esto a nuestro hijo, aparte Javi que no
entendía nada solo preguntaba: mamá, papá, ¿Me voy a morir?
Nos
estábamos enfrentando a la situación más difícil de nuestras vidas.
Seguimos
el consejo del médico y aunque sabíamos todo lo que la quimio suponía, sabíamos
también que no había otra opción y que no nos quedaba otra.
Javi
empezó ese día con la quimio y afortunadamente gracias a Dios, recuperó un poco
el color, empezó a encontrarse mejor y nosotros pudimos ver una luz al final
del oscuro túnel.
Gracias
a los avances que ha hecho la medicina respecto a hace unos 20 años, tras unos
cuentos días de prueba pudieron diagnosticar a Javi una leucemia que tenía cura
y nos dijeron que todo iba a estar bien.
Estuvo
aguantando como un campeón 2 años y 2 meses de quimio. Durante este tiempo Javi
ha aprendido a leer y a escribir en el hospital y se ha hecho nuevos amigos con
los que seguro que en algún momento podrá ir al parque.
Acaba
de cumplir 6 años y por primera vez ha probado lo que dice que es su cosa
favorita del mundo: las tortitas de Vips con chocolate y nata.
Se
le ha dado a Javi una nueva oportunidad para vivir, y nosotros nos pensamos
aferrar a ella y disfrutarla a tope.
Claro
está que después de la quimio nada es como antes, pero todos hemos cambiado y
esto no solo lo digo por Javi sino por nosotros también.
Hemos
aprendido a valorar mucho más las cosas que antes en nuestras vidas normalmente
pasaban desapercibidas. Sabemos que queda mucho camino por delante, pero vamos
a seguir luchando cada día.
Además,
yo me he apuntado a dar unas charlas en el hospital para todas esas familias
que están pasando por situaciones similares y para que sepan que no están solos
y que al haber pasado por la misma situación o una muy similar por la que pueden
estar pasando ellos poder decirles que siempre hay un rayito de esperanza y de
luz.
Hace
pocos días salió una campaña impulsada por unos jóvenes. En esta campaña, a
partir de la venta de unas pulseras con el lema: “por verte sonreír” iban a
recaudar dinero para que la Clínica de Navarra pueda ser investigando sobre
esta enfermedad. Una enfermedad de la que salen 300 casos nuevos cada año en
España.
Han
conseguido recaudar 114.446,25 euros en tan solo 12 horas y gracias a esta
iniciativa vamos a poder ver sonreír a muchos más niños como Javi.
Verónica
Lozano, 1ºA, 19
05/2022
Comentarios
Publicar un comentario