Martina Campo Dios (Mi familia de verdad)

MI FAMILIA DE VERDAD

 

 

Mi familia es como cualquier otra, normal, sin aparentemente nada extraño. Aún recuerdo las tardes de domingo cuando salía en bici con mama, o los sábados por la mañana en los que mi padre me venia a animar a mis partidos de béisbol desde que tenia ocho años, de los cuales a ninguno falto. Soy  hija única y a lo mejor mis padres me tenían un poquito consentida y para ellos era la hija perfecta. Iba creciendo y llego mi adolescencia, a lo mejor fue la etapa más dura, las discusiones estaban mas presentes pero obviamente seguían siendo lo mas importante. Estaban siendo un poco estrictos conmigo, como la hora de llegada, las fiestas, los estudios, aunque al cabo del tiempo lo entendí. A los diecisiete años empece a tener novio, que a lo mejor me llevo a ser mas irresponsable, se llamaba Jack, era el típico que tenia moto y a veces faltaba a clase. Mis padres se iban a acabar enterando así que lo mejor seria contárselo cuanto antes, no les hizo nada de gracia aunque ni siquiera sabían algunas cosas que me quise saltar sobre el, ya que lo mejor seria ir poco a poco. Un día me acercó a casa en moto y justamente mi padre estaba en el garaje arreglando el motor del Mustang, que lo trataba como su segundo hijo. Baje y me metí directamente en casa queriendo pasar del tema, aunque en la cena mi padre me advirtió que si volvía a verme en moto, estaría castigada.

 

 

Era 17 de marzo y ese día fue el menos indicado para ir en moto pero aun así fuimos, era un día lluvioso,  y eso empeoraba todo, íbamos por la autopista en dirección a la casa de una amiga, cuando en una curva la segunda rueda patino y caimos, eso es de lo que me puedo acordar, todo lo demás fue demasiado rápido. Al abrir los ojos lo primero que vi fue a mi madre llorando apoyada en el hombro de mi padre, el me miro con alivio pero a la vez decepción y mama fue corriendo a la camilla a abrazarme. Al fijarme a mi derecha vi a una señora tumbada en otra camilla que me estaba mirando, me quería sonar de algo aunque seria de habérmela cruzado por la calle o algo por el estilo pero me daba la sensación de que sabia o ocultaba algo raro. Tras cuatro días ingresada y mi agenda se había convertido en radiografías y revisiones, no sabia nada de Jack y no se porque pero en ese momento solo necesitaba a mis padres y mis amigas y me di cuenta de que el no era la mejor opción para mi y al cabo del tiempo me dijeron que no le había pasado nada grave.

 

 

Entro el medico y cerro la cortina que me separaba con la señora de la derecha y dijo que  me había dañado uno de los riñones, solo hacia falta un transplanten y para ello necesitaba el mismo grupo sanguíneo o directamente quitarlo y quedarme con uno de ellos. Mi madre miro a mi padre con los ojos llorosos y pensé que ere por la operación pero había algo mas. Me dijeron que ellos no podían donarme el riñón porque ninguno era de mi grupo sanguíneo, no me dijeron nada mas pero no hicieron falta palabras, a lo que mi madre fue ha agarrarme la mano y yo sin pensarlo la quite, ellos no eran mis padres. Estaba enfadada, pensando que había vivido en una mentira y que todo este tiempo me lo habían estado ocultando. Tras largas conversaciones en el comedor del hospital de mi padre y mi madre decidieron hablar conmigo, me dijeron que no podían presentarme a mi familia biológica porque incumplirían el contrato de adopción y que para ellos yo era su hija, me explicaron que mama no podía tener hijos y por eso quisieron adoptarme. Me dejaron un tiempo para pensar sobre todo de lo que acababa de cambiar la que yo creía que era mi vida y creí que lo mejor fue investigarlo por mi propia cuenta, ademas cumpliría los dieciocho años en dos meses y así podía hacer lo que quisiera pero tenia que esperar a después de la operación.

 

 

Entro el medico y me dijo que me iban a operar, que por suerte se había encontrado un donante solo para mi pero tenia que ser ya, a lo que mis padres adoptivos accedieron. Tenia miedo, me sentía sola y no sabia si esto iba a salir bien. Entre dos enfermeros me bajaron al quirófano, el anestesista me dijo que contara hasta quince pero me quede en  siete. La operación fue todo un éxito, escuche decir al doctor a mis padres adoptivos. Tuve el presentimiento de ir a ver a esa mujer rara de la camilla de la derecha, entonces abrí la cortina que nos separaba y vi que no estaba. Pregunte por ella y me dijo la enfermera que la habían subido al piso de arriba porque había pedido un cambio, añadió que era un muy buena mujer ya que había donado un riñón. En ese momento pensé que podía ser coincidencia pero mucha tendría que ser. En el cambio de turno, que no había mucho personal por ahí, subí al piso de arriba mientras mis padres adoptivos estaban en la cafetería.

 

 

Fui camilla por camilla viendo si estaba y justamente allí se encontraba. Entre y note que se encontraba sorprendida y me pidió que me fuera, le dije que solo iban a ser cinco minutos pero insistió en que saliera de allí, antes de irme le tenia que hacer una pregunta, que grupo sanguíneo era y me dijo cero positivo, el cual era el mio también, comprobé que ella me había dado su riñón, seguí hablando con ella y preguntándola y entre respuestas dijo mi nombre y recuerdo perfectamente que yo no lo nombré. Me quede sin apenas palabras, pero saque valor y la pregunte si era mi madre, pasaron unos cuantos minutos de silencio hasta que me dijo que me debía una respuesta.

 

 

Todo empezó el día en el que me di cuenta de que estaba embarazada de ti, tenia diecinueve años, no tenia padres, y tenia dificultades económicas. Tras unos meses intentado cuidarte vi que era imposible seguir manteniéndote, quizás debería de haber buscado mas trabajo pero quería terminar la carrera y no tenia el suficiente tiempo para ti por eso lo mejor fue darte en adopción. desde el primer momento en que te vi en la camilla de al lado, sabia que eras tu pero tienes unos padres que de verdad te quieren y se han estado preocupando todo este tiempo de ti y yo no quería ser un motivo de discusión pero algo te debía.

 

 

Ya era tarde y debía volver a mi piso, en lo que bajaba me di cuenta de que aunque esa mujer fuera mi madre biológica, no se había preocupado por mi cuando debía y se puso a ella primero, pero mis padres me han cuidado cuando estaba enferma, me han ayudado en momentos difíciles pero también se alegrado en mis momento felices, tengo claro que yo soy su hija. Llegue a la camilla y me quede despierta hasta que llegaran, cuando aparecieron me levante de un salto ha abrazar a mi madre y a mi padre.Tras unos días ya pude volver a casa como nueva y seguí disfrutando todo el tiempo posible con mis padres antes de que me fuera a la universidad.

 

 

Martina Campo Dios 1ºA (octubre, 2022)

 

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