EL RESTO, ES HISTORIA
Un 6 de febrero en un parque de Sevilla,
en el barrio de Triana, hay 4 chicos con caras de emoción y entusiasmo rapeando
sentados en un banco. En ese banco malgastado, encontramos a Pedro, un chaval
muy tranquilo que disfrutaba de la compañía de sus amigos, para disuadirse de
sus problemas, como su familia y sus estudios, los cuales dejaría sin
pensarlo dos veces.
Cae la noche y se hacen las 10, y Pedro se
levanta del banco de un salto y se despide de sus tres amigos, los cuales
además de la música, son las únicas razones por las que da gracias a Dios todas
las noches. Recorre las calles tarareando una canción de Kase O mientras
escucha en su viejo mp3 un tema de ese artista, su favorito.
Al cruzar la calle y entrar en el mítico
callejón por el que siempre pasa para llegar antes a su casa, dos hombres
encapuchados le detienen y le obligan a darle todo lo que tenga. Pedro, cegado
por el miedo, intentó huir de ellos, y aunque estos dos intentaron pararle,
logró llegar a casa sano y salvo. Aun con el miedo en el cuerpo, sube a su
casa, un piso de 50 metros cuadrados en los suburbios de Triana.
Al
entrar, ve el panorama de siempre, sus padres peleando y ceniceros repletos de
colillas alrededor de toda la humilde casa. Pedro, ya acostumbrado a este
panorama, se encierra en su habitación, se quita las zapatillas y se tumba en
la cama con la mirada fija en el techo, pensando lo mucho que echa de menos a
su abuela, y que no dudaría ni un segundo en escapar de esa casa y mudarse con
ella si siguiera viva. Le cae una tímida lágrima por el ojo y como todas las
noches, se vuelve a prometer a el mismo que lo va a logrará, que la mala vida
que tiene, en un tiempo simplemente será un recuerdo.
Al día siguiente suena el despertador, las
8am, Pedro se levanta, se viste y sale de su casa sin desayunar, como todos los
días. Él se autoconvence así mismo de que a la hora de desayunar no tiene
hambre, pero los rugidos de su tripa dicen lo contrario. De camino a clase se
encuentra a Rober, su mejor amigo, al que considera un hermano. Rober, con cara
de entusiasmo, le dice a Pedro que tiene una notica muy buena que darle y que
es su oportunidad para lograr la fama. Rober le explica que su hermano tiene un
amigo con un estudio, y que le ha convencido para dejarles grabar un tema, el
tema que tanto tiempo llevaban esperando.
A pedro le cambió completamente la cara,
como cuando su abuela le regaló aquel mp3, el cual ha sido su compañero de vida
durante mas de 4 años, además del único recuerdo que guarda de ella. Rober le
dijo que habían quedado con el productor en el estudio a las 4:30, y que tenía
que ser puntuales, ya que les estaba haciendo un favor y si no llegaban a la
hora no les iba a regalar más tiempo, lo que le pareció algo comprensible a
Pedro.
Llegaron puntuales al estudio, y saludaron
al productor. Tanto Pedro como Rober, ya sabían cómo lo iban hacer, no tuvieron
ni que prepararse, ya que no iba a ser la primera, ni siquiera la décima vez
que iban a recitar ese rap. El productor hizo una cuenta atrás
-
3,2,1
Y los dos chicos de tan solo diecisiete
años empezaron a rapear, sin saber que esa simple cuenta atrás, iba a marcar un
antes y un después en sus vidas. Terminaron la canción, se chocaron los cinco y
el productor sintió una sensación de sorpresa, no se esperaba el talento de
aquellos dos chavales humildes.
Ellos le dijeron que les gustaría subirlo
a youtube, y el productor les hizo el favor de hacerlo. Pero antes, les pregunto:
-
¿Qué nombre artístico os gustaría
utilizar?
En ese momento los dos chicos se miraron,
y sabían que estaban pensando lo mismo. Y con una sonrisa de oreja a oreja,
Pedro contestó
-
Natos y Waor
A la semana siguiente del lanzamiento del
tema, el cual se llamaba Catarsis, una limusina se plantó en la puerta de su
colegio. Los dos chicos salían de clase bromeando, hasta que les cambió la cara
al oír sus nombres por un hombre trajeado y con gafas de sol, que se llamaba
Jorge. Ellos se giraron, y pensaron la mismo de nuevo, pero esta vez pensaban
¿Quién es este hombre y porque sabe nuestros nombres? Les invitó a meterse en
la limusina a hablar sobre su canción, y como sus padres nunca les habían
aconsejado que nunca confiaran es desconocidos, no dudaron dos veces en entrar
el largo coche
Mientras entraban la gente les miraban
asombrados, y se escuchaba un murmullo de fondo, nadie sabía lo que estaba
pasando.
El
hombre les explicó el éxito que su canción estaba teniendo, y les aseguró que
si confiaban y les dejaba ser su productor, les iba a mandar al éxito
directamente. Como no eran mayores de edad, no podían firmar un contrato, pero
le dieron la mano, lo que en el barrio de Triana, valía más que cualquier papel
firmado. Pedro le pidió un adelanto del dinero que Jorge les había prometido, y
este, aceptó, 600 euros en efectivo para cada uno.
No era mucho dinero, pero si que le sirvió
a Pedro para hacer lo que tanto tiempo llevaba esperando. Llegó a su casa y
comenzó a meter todas sus cosas en una bolsa de plástico, lo que para él era su
maleta, la cual no tenía porque nunca había salido de Sevilla, ni había tenido
la oportunidad de hacerlo. Cuando salió de su habitación, se topó con su padre,
el cual empezó a gritarle desesperadamente como solía hacer cuando estaba
drogado y se quería desahogar.
Pedro no se lo pensó dos veces, cerró la
mano y le metió a su padre un puñetazo en la mandíbula, lo que le dejó en el
suelo. Era la primera vez que se enfrentaba a su padre, y la primera vez que no
era él el que recibía golpes. Salió de la casa pegando un portazo, y mirando el
felpudo, se juró a el mismo que no volvería a pisar esa casa que tantos malos
recuerdos le daba.
Se fue a un motel y terminó el año de
colegio. Siguió rapeando, cada vez con más ganas, para lograr su objetivo de
hacerse famoso y sobre todo, hacer orgullosa a su abuela, que escuchaba todas
sus canciones desde el cielo. El resto es historia
Javier Bartolomé Soler - 1ºBachillerato B, Febrero 2023
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