Alejandra von Franquet (Volver a nacer)


VOLVER A NACER

 

Hoy estoy muy dispersa, en tres días es la comunión de mi pequeño Max, que mayor se hace, todavía me acuerdo de cuando le daba papilla y no la quería porque no le gustaba. Como todas las mañanas voy a despertar a mis hijos Alejandra, Jacobo y Max, que ya estaba despierto lleva una semana muy intensa con esto de la comunión y está que no para quieto, pero bueno uno menos que despertar, como se nota que los tres han salido a mi de lo dormilones que son. Max y yo vamos a la cocina a desayunar mientras los mayores preparan la mochila para ir al cole, ya que ellos entran antes. Mientras desayunamos Max me recuerda que hoy vienen los abuelos. Ostras no me acordaba de esto, pero menos mal, porque con la semana tan ajetreada que tengo me viene bien que estén aquí y hagan compañía a los niños. Me voy a mi cuarto y me arreglo muy bien que tengo una reunión importante. Y nos vamos, pero no se me puede olvidar preparar el bolso con las llaves, papeles, dinero, colonia, vaselina y gafas menos mal que me inventé esta cancioncilla para acordarme de todo porque me podría olvidar hasta la cabeza. Me despido y nos vamos.

 

 

Bajo al portal y camino hasta donde tengo apartada la moto, que es pequeñita, pero lo único que  puedo conducir por no haberme sacado el carné, pero me apaño. Arranco, me pongo el casco y nos vamos. Menudo día han cogido mis padres para venir, el día que más trabajo tengo y no voy a poder estar nada con ellos, tengo mil reuniones y mil cosas que hacer, pobrecitos siempre me pasa lo mismo cuando vienen, pero bueno. Ya voy por la iglesia de los sagrados corazones, el día está muy nublado parece que va a llover, espero que en la comunión no llueva que en la de los otros dos niños ya llovió. Ya voy  por la gasolinera de Concha Espina sitio que no olvidaré en mi vida. Y PUMBA! Lo último que escuché fueron los sonidos de las ambulancias viniendo.

 

 

¿Dónde estoy?¿Qué hago aquí?¿Qué me ha pasado? Mil preguntas se me pasaban por la cabeza hasta que vino una doctora “Perdone, ¿qué me ha pasado?” A medida de que la doctora me iba explicando cada vez estaba más perdida. Me dice que he tenido un accidente de moto que me han traído al hospital en ambulancia y que si me acordaba del número de teléfono de alguien para llamar y que venga a recogerme. Le di el de Jorge el padre de mis hijos  que al parecer cogió a la primera y vino corriendo. Cuando llegó yo creo que puso la misma cara o peor de la que puse yo cuando me explicaron lo que me había pasado, le dijeron que todavía teníamos que quedarnos ahí que tenían que hacerme pruebas para ver si todo dentro de mi cabeza estaba bien. De momento me han dicho que solo tengo unas cuantas brechas en la cara, puesto que metí la cabeza dentro de la ventanilla de un coche y me di con cristales, y algún moratón. Pregunto a la doctora si puedo ir al baño, ya que no había ido desde por la mañana y no me aguantaba más. Al intentar levantarme no podía me duele la rodilla muchísimo, Jorge llama a una doctora y manda que me hagan una radiografía “Si señora, efectivamente se ha roto usted un hueso que hay dentro de la rodilla en trocitos”. Me suena el móvil, ostras es mamá ya estarán al llegar. Se va a llevar un susto bien grande cuando le diga esto. Le cuento todo lo ocurrido y se queda flipando. Y me dice que no me preocupe de nada que ella se encarga de todo.

 

 

No nos sacaron del hospital hasta las diez de la noche y me estaba estresando. Mi madre dice que por casa todo está bien pero yo lo único que quiero es llegar a casa a mi cama que me duele todo. Vamos subiendo por el ascensor pero no me quedaba otra que apoyar mi pierna. Llegamos a casa y la cara de los niños no tenía nombre me decían que parecía un panda de los ojos morados que tenía, y desde ahí el panda es mi animal.

 

 

Día siguiente y me duele todo aún más, tengo que preparar todo para la comunión y no puedo hacer nada. Ya que no puedo hacer nada lo único que pienso es que estoy muy agradecida de todo, una milésima de segundo más y en vez de chocarme yo con el coche el coche se choca conmigo y posiblemente no estaría aquí en estos momentos. Entra mi madre a la habitación con unas vacunas que me tengo que poner para que no me duela tanto la rodilla y me recordaba a una enfermera. Me miro al espejo en el baño y mi cara parece un cuadro. Me sale una sonrisilla al recordar la frase de mis hijos “La abuela dijo que nos traíais una sorpresa y pensamos que era un perro, no un panda”. En el momento no me hizo ni pizca de gracia pero ahora que lo recuerdo si.

 

 

Ya es el día de la comunión y como siempre tenemos que estar en el cole como dos horas antes para las sesiones de fotos y que los niños se tranquilicen. Todo el mundo venía a preguntarme que me había pasado y todo. Cuando llegó la madrina de Max, que es mi mejor amiga, y siempre está bromeando lo primero que me dice es “Rosana te has equivocado de fiesta, no es halloween” yo me puse a reír como no lo había hecho en los últimos días. Este día me lo pasé realmente bien a pesar de todo. Todo el mundo me cuidaba y me hicieron pasar un rato muy ameno. Siempre recordaré esta semana como la semana en la que volví a nacer.

 

 

Alejandra von Franquet Ribera 17 de mayo de 2023

 

 

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