Enrique Serna (La sombra)


LA SOMBRA

 

Había una figura sentada en la oscuridad, en un rincón de la habitación, apenas visible para aquellos que entraran en la casa. Nadie sabía quién era ni cómo había llegado allí, pero cada noche, a la misma hora, aparecía en el mismo lugar.

 

Los vecinos hablaban de la figura misteriosa y algunos estaban convencidos de que se trataba de un ladrón o un asesino que se ocultaba en la casa abandonada. La policía había sido llamada varias veces, pero al llegar allí, no encontraban nada sospechoso y la figura se desvaneció sin dejar rastro.

 

Un día, una joven llamada Emma, de veinte años, decidió investigar el asunto. Con su curiosidad y el deseo de desenmascarar a la misteriosa figura, Emma comenzó a investigar. Durante días, observó la casa desde lejos, tratando de descubrir cualquier movimiento extraño, pero no ocurrió nada.

 

Finalmente, una noche, Emma decidió adentrarse en la casa abandonada. Equipada con una linterna y un cuchillo de cocina, logró abrir la puerta principal, que estaba cerrada con llave.

 

No había nada especial en la parte delantera de la casa, solo un par de mesas polvorientas y una chimenea apagada. Pero, según avanzaba por el pasillo, Emma comenzó a sentirse un poco inquieta. Podía sentir los ojos de alguien sobre ella, y la tensión se palpaba en el aire.

 

De repente, oyó un ruido detrás de ella. Emma giró sobre sus talones, apuntando con su cuchillo hacia la fuente del sonido. Pero de nuevo, no había nada; ni siquiera un ratón corriendo por el suelo.

 

Decidió olvidar el incidente y continuar con su investigación, siguiendo el rastro que le llevaría hasta el rincón oscuro donde la figura solía aparecer.

 

Cuando llegó a la habitación, no encontró nada en primer lugar, así que se dirigió hacia una estantería donde había una serie de libros. Extrañamente, uno de ellos estaba fuera de lugar, así que lo sacó completamente y descubrió que había un compartimento secreto detrás de él.

 

Con un poco de dificultad, Emma logró abrir la caja que encontró en el interior. Había un diario dentro, que ella rápidamente comenzó a leer.

 

El diario estaba escrito por un hombre llamado Jack, quien había vivido en la casa hace muchos años. Él había sido el propietario, pero se vio sin trabajo y en la calle, y terminó por vender la casa a un extraño individuo que le había prometido grandes riquezas, pero que en realidad era un estafador.

 

En el diario, Jack también escribió sobre una extraña maldición que había afectado la casa. Decía que, después de vender la casa, empezaba a oír cosas extrañas por la noche, y a ver sombras que se movían solas.

 

Ya había dejado de creer en esas tonterías, cuando de repente, la noche anterior a la venta, había visto a una figura en el rincón de la habitación de su casa. Había quedado petrificado, incapaz de moverse o gritar. Finalmente, la figura había desaparecido, pero Jack nunca se había olvidado de aquella noche.

 

Mientras leía el diario, Emma se dio cuenta de que ella estaba sentada en la misma habitación donde Jack había visto la figura. Y luego, lo comprendió todo. Jack había revertido la maldición de la casa, y ahora la figura había regresado, buscando venganza contra el nuevo propietario. Pero ¿cuál era la conexión con la caja fuerte?

 

De repente, Emma oyó un ruido detrás de ella y se dio la vuelta justo a tiempo para ver a la figura levantarse de su esquina. Emma corrió hacia la puerta, pero la figura se interpuso en su camino y la arrojó por el suelo.

 

Emma luchó, pero la figura era fuerte y la agarró con fuerza, amenazando con asfixiarla. Pero justo cuando parecía que todo había terminado, alguien entró en la habitación, desarmó a la figura e impidió que Emma muriera.

 

El heroico asistente le llevó a la comisaría de policía y Emma hizo la denuncia, en la que participaron tanto los vecinos como la policía. La figura misteriosa resultó ser el antiguo propietario, quien regresó por venganza después de encontrar evidencias de corrupción en la caja fuerte y las pruebas de la estafa del extraño comprador.

 

Finalmente, la maldición de la casa pareció haberse disipado, y todo quedó en un recuerdo. La figura había sido atrapada y la casa ya no estaba maldita.

 

 

Enrique Serna Cabezón 26 1B             11/5/2023

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