Eugenio Bustamante (La adaptación de Alex en tierras desconocidas)



La Facilidad de Adaptación y Travesía de Alex en Tierras Desconocidas

En la costa mediterránea se encontraba un niño llamado Alex. Desde muy temprana edad, su espíritu inquieto y curioso lo impulsaba a explorar el mundo que lo rodeaba. Sin embargo, la vida tenía preparado para él un destino lleno de sorpresas y desafíos que marcarían su camino de una manera inesperada. A sus cortos 7 años, se aventuró con sus hermanos y sus padres a una nueva tierra: Inglaterra.

Los padres en una cena propusieron este cambio a sus hijos, Alex sin dudarlo dijo: “¡Si!” Pero sus dos hermanos arrebataban la idea de que no querían dejar atrás sus amistades, pero el pequeño sabía que esto no iba a pasar si se mantenía contacto con cada amigo.

El viaje fue como un despertar para Alex. La inmensidad de un nuevo país, con su cultura, su idioma y su gente, abrió ante él un abanico de posibilidades. Sin embargo, también significó alejarse de sus amigos y de todo lo que conocía hasta entonces. Aunque la emoción por lo desconocido lo embargaba, no pudo evitar sentir nostalgia por los lugares que dejaba atrás.

La búsqueda de un nuevo hogar en Inglaterra no fue fácil para la familia de Alex. Sus padres deseaban encontrar un colegio donde pudiera aprender el idioma inglés de manera fluida y sumergirse por completo en la cultura local. Querían que su hijo viviera una experiencia auténtica, rodeado de compañeros ingleses para que pudiera desarrollar sus habilidades lingüísticas.

Sin embargo, encontrar el colegio perfecto resultó ser todo un desafío. La familia se encontró saltando de una institución a otra, evaluando cada una de ellas en busca del lugar ideal para Alex. En cada nuevo colegio, Alex se enfrentaba a la incertidumbre y la ansiedad de tener que adaptarse a un nuevo entorno y hacer nuevos amigos una vez más.

A pesar de los desafíos, Alex demostró una valentía admirable. Cada vez que cambiaba de colegio, veía en ello una oportunidad de crecimiento personal. Aprendió a superar la timidez y a abrirse a los demás, descubriendo que la diversidad cultural era un regalo que enriquecía su vida.

Mientras tanto, el amor de Alex por la música creció exponencialmente. En su nuevo colegio en Inglaterra, tuvo la oportunidad de experimentar con diferentes instrumentos y aprender sobre teoría musical. En la clase de música, el ukelele capturó su atención y se convirtió en su compañero inseparable.

Además de tocar el ukelele, Alex comenzó a experimentar con otros instrumentos. La música se convirtió en su fiel compañera en cada paso del camino. Desde componer canciones en su habitación hasta participar en grupos musicales del colegio, su pasión por la música se convirtió en un pilar fundamental en su vida.

Sus días en Inglaterra estaban llenos de aventuras junto a sus amigos. Juntos, se aventuraban en excursiones a los frondosos bosques que rodeaban su nuevo hogar. Caminaban por senderos sinuosos, descubriendo la belleza de la naturaleza y respirando el aire fresco. Entre risas y juegos, Alex y sus amigos se sentaban a la sombra de los árboles y compartían historias, sueños y secretos. El deporte también se convirtió en una parte fundamental de su vida en Inglaterra. Cada tarde, Alex y sus amigos se reunían en el parque central del pequeño pueblo para jugar al béisbol y al hockey. El sonido de los bates golpeando las pelotas resonaba en el aire mientras ellos corrían de base en base, llenos de energía y espíritu competitivo. Esos momentos compartidos en el campo de juego fortalecieron los lazos de amistad y crearon recuerdos imborrables.

La vida en Inglaterra era una amalgama de experiencias y descubrimientos. Los días escolares se entrelazaban con tardes de risas y juegos, y las calles del pueblo se convertían en el escenario de su infancia. Cada casa de sus amigos era un refugio donde la diversidad cultural se celebraba en cada rincón. Alex se sentía agradecido por la calidez y hospitalidad de las familias que lo acogieron, permitiéndole sumergirse aún más en la vida inglesa.

Tras dos años en Inglaterra, la familia de Alex tomó la decisión de regresar a su querida Málaga, donde los esperaban con los brazos abiertos amigos de toda la vida y recuerdos inolvidables. Fue un reencuentro emocionante, lleno de risas, abrazos y cuentos de aventuras por contar. Sin embargo, el destino les tenía preparada una nueva sorpresa: el trabajo del padre los llevaría nuevamente a embarcarse en una mudanza, esta vez a la bulliciosa ciudad de Madrid. Aunque la noticia implicaba más cambios y ajustes, Alex abrazó la idea con valentía y una perspectiva única. Alex ya era un experto en adaptación, un maestro en construir puentes entre culturas y personas.

En Madrid, Alex enfrentó otro nuevo comienzo. Se matriculó en un colegio español y se encontró rodeado de compañeros con una rica diversidad cultural. A pesar de las dificultades iniciales de adaptarse a un nuevo idioma y a un nuevo entorno escolar, Alex demostró una vez más su resiliencia y su capacidad para establecer conexiones genuinas con las personas que lo rodeaban.

En cada cambio, en cada nuevo colegio y en cada ciudad, Alex aprendió la importancia de abrazar la diversidad y de valorar cada experiencia como una oportunidad para crecer. La vida le enseñó que no hay que temer a los cambios, sino que hay que abrazarlos con valentía y curiosidad.

Con el paso de los años, Alex se convirtió en un joven amable, compasivo y lleno de historias fascinantes para compartir. Había vivido más aventuras y conocido a más personas de las que jamás hubiera imaginado. Cada cambio, cada nuevo amigo y cada experiencia había dejado una huella imborrable en su alma.

La historia de Alex es una muestra de que los cambios y las experiencias diversas nos enriquecen y nos moldean en formas inimaginables. A través de su viaje, nos invita a abrir nuestras mentes y corazones a lo desconocido, a valorar la diversidad y a comprender que cada capítulo de nuestra vida nos prepara para el siguiente. Nos embarcamos en nuestro propio viaje, llenos de expectativas y dispuestos a abrazar todas las aventuras que se crucen en nuestro camino.

Así, mientras Alex continuaba su viaje a través de la vida, su historia se convirtió en una lección de valentía, adaptabilidad y apertura hacia lo desconocido. Nos recuerda que los cambios no solo son inevitables, sino que también son oportunidades para crecer, aprender y tejer el tapiz de nuestra propia historia.

Hoy, mientras Alex se encuentra en el colegio español en Madrid, contando su historia, mira hacia atrás y reflexiona sobre su viaje. Ha aprendido a apreciar todos los momentos en cada lugar, a mantener contacto con los amigos que ha conocido a lo largo del camino y a abrazar las oportunidades que se le presentan en el aquí y ahora.

Esto, es un viaje para recordar.

Eugenio Bustamante del Rio-Bourman

4ºE.S.O. / D

Mayo, 2023

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