Lola Touza (Nadie ha ganado)


 

NADIE HA GANADO

 

Que he ganado yo, cual es mi premio, por que si lo hay tendrá que ser de consolación, cual es mi gratificación por la rendición de aquellos, cual ha de ser, enserio cuéntemelo ustedes porque yo no sé cuál es, enserio.

 

Que ha ganado una madre que se ha quedado sin hijos, que ha ganado una mujer que se ha quedado viuda, que ha ganado un niño que se ha quedado huérfano, que ha ganado el amigo que se quedo sin su amiga, que ha ganado el primer amor de ese al cual también fusilaron, no lo ven, no hemos ganado nada, no hay nada que celebrar.

 

Yo no he ganado y aun sigo preguntando en que he ayudado, porque me gratifican al contribuir si solo ha servido para destrozar a los malos de la guerra, malos que tampoco saben cual es su causa, que van como oveja que sigue al rebaño, pues no saben lo que buscan solo saben que han de ir a buscarlo. Aquellos a los cuales llamamos malos también tienen familias, niños inocentes igual de inocentes que ellos cuando fueron adoctrinados con esos ideales que defienden sin saber lo que significan, son ocultados de información porque la información es poder, el cual estoy segura abriría lo ojos a más de un país.

 

Pero hablando en serio quienes son los buenos y los malos, todos somos igual de malos desde el momento en el que matamos siendo guiados por la ira, dos no pelean si uno no quiere, bien es verdad que uno se puede ver obligado a defenderse, pero una vez esta uno dentro todos son culpables de los actos que están aconteciendo, nadie dice que sea justo, pero si que es verdad, en esta guerra que a todos nos ha llevado por delante todos hemos matado, puede que de una forma menos macabra que otros pero a causa de nuestras bombas ha muerto gente inocente.

 

Por que ese ha de ser otro tema que tratar, que hay de los inocentes, no hablo de los que luchan por la paz, hablo de los que ni siquiera luchan, de aquellos a los que la guerra no les incumbe y les ha dado de lleno, niños, ancianos, judíos, etc., personas cuyo único delito ha sido intentar vivir su vida con normalidad.

 

Sabes, yo maté a un soldado alemán, entro en casa con las manos en alto pidiendo ayuda y yo cogí la escopeta y dispare, nada mas caer el sobre mis brazos me arrepentí, trate de mantenerle con vida y duro unos días, en esos días descubrí que él no creía en ninguna raza aria, y que había sido mandado a base de amenazas y mentiras, en su último día me dio un foto en la que estaba con su mujer y sus hijos, tan solo era un padre de familia que entro en casa buscando ayuda y finalmente no pudo irse, y por ello muchos dirían que fui una heroína, cuando lo único que me sentí fue miserable.

 

Y en cuanto a mí, yo no he ganado, mis hijos pequeños de tan solo 20 y 18 años partieron a la guerra como si de un campamento de verano se tratase, tan solo me imagino el miedo que invadió sus cuerpos al pisar por primera vez el frente, ellos tan ingenuos como jóvenes tuvieron que convertirse en bestias para pasar a ser cómplices de esta guerra pensando como pobres inocentes que volverían siendo héroes cuando la única realidad es que no volverían, eso una ya lo sabe como madre, pero sabiendo que es posiblemente el último día que verás a tus hijos no querrás ponerte a discutir con ellos o tratar de convencerles cuando sus cabezas ya han sido llenadas de ideas. Entonces llega ese día, llaman a la puerta como con cierta desgana, casi intentando que no lo oigas, que no salgas a abrir la puerta para no darte esa terrible noticia de que tus hijos han muerto, para no tener que ver el horror en tus ojos, pero tú, tu llevabas esperando esos toques en la puerta tanto o mas tiempo que la ultima vez, cuando llamaron para decirme que eras tu mi marido el que yacía muerto.

 

Entonces es ahí, cuando el sueño choca con el suelo, cuando la realidad nos golpea en la cara, es ahí cuando las cosas se tuercen y de repente ya no queda nada, y es entonces cuando te trasladas a esa bonita mañana de abril en la cual ojalá te hubieses quedado a vivir, ya que tan solo unos meses después llegaría el horror.

 

Cariño esta es la carta que te envió y espero que leas allá donde estes, no hay día en que no desee querer irme contigo, pero de momento me toca estar aquí, tratando de arreglar el destrozo de esta Gran Guerra.

Con cariño tu mujer que te quiere.

Hasta nunca.

 

Lola Touza Simón

Nº21

4ºESO-F

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