A LA TERCERA VA LA VENCIDA
¿Sabes ese sentimiento de incertidumbre, en el que una
sola frase puede cambiar tu vida? Yo lo he tenido durante varios años, en los
que había trabajado y soñado tanto por esa respuesta, esa palabra.
El primer año yo tenía tan solo 8 años, más
concretamente en noviembre de 2016. Fue la primera vez que experimenté esta
incertidumbre, esta impaciencia por saber la respuesta. Me explicaré mejor.
El 29 de noviembre de 2016 yo, junto a mi hermana,
estábamos preparadas con el maillot, las medias y las zapatillas puesta, más el
moño hecho, preparadas para entrar a un casting. Una audición para un musical.
Teníamos que hacer un baile que nos habían enseñado en ese mismo instante y
bailarlo delante del coreógrafo, del directos, de los productores, etc. Lo peor
era que no es que fuéramos veinte las que nos presentábamos, sino que éramos
más de dos mil niñas de diferentes edades, y por supuesto unas mejores que
otras. Mi hermana ya había actuado en un musical cuando tenía unos pocos años
más que yo, pero yo solo había actuado en el salón de actos del colegio. En
resumen, esa incertidumbre se respondió con un: “Lo sentimos pero no has sido
seleccionada”. Ninguna de las dos habíamos entrado. Primer no.
En ese momento, como a todo el mundo cuando te dicen
no, me dio rabia, pero lo acepté ya que era muy pequeña entonces. Lo acepté
pero no me rendí. Este “no” me impulsó a formarme más y mejor. Entre en una
academia de teatro musical, en la que ya estaba mi hermana mayor. En esta me
formé en los ámbitos que necesitaba para poder entrar en este musical. Me formé
en canto, en interpretación, en moderno, en más clásico y en una novedad para
mí, en claqué, del que me enamoré. A parte de ir mejorando poco a poco, cada
día me hizo intensificar mi amor por todas estas disciplinas y por supuesto de
los musicales.
Así que con mi perseverancia y confianza en mí misma,
aparte de esperanza, al año siguiente me volví a presentar a las audiciones,
esta vez sin mi hermana. Segunda vez con este sentimiento de incertidumbre e
impaciencia de saber la respuesta.
El 30 de noviembre de 2017, fui al Teatro Nuevo
Alcalá, fui a luchar y conseguir mi sueño. La audición fue más o menos igual a
la anterior cosa que me tranquilizó un poco. Me acuerdo que pocos días después
estábamos toda la familia de compras, y de repente llamaron a mi madre. Yo en
ese momento estaba con mi padre y no me enteré, hasta que se acercaron mis
hermanas con una inmensa sonrisa en su rostro y me dicen: ¡Te han
preseleccionado!
Me costó un instante procesarlo hasta que reaccioné y
me puse a saltar de alegría. Pero claro me habían preseleccionado, todavía no
estaba todo hecho. Tenía que hacer un intensivo de prueba, una semana en la que
nos enseñaban las coreografías del mismísimo musical, yo con eso ya estaba
satisfecha. Éramos 9 niñas, pero solo 8 entrarían al musical. ¿Qué paso? ¿A que
no lo adivináis? Efectivamente no me cogieron. ¿Porqué? Nunca lo sabremos.
Yo lo que hice, otra vez, fue no rendirme. Me apunté
en un programa especial para formar a niños y niñas que quisieran entrar en
este musical, y como habréis notado, yo quería entrar en ese musical. Y lo
intentaría todas las veces que pudiera. Este programa se hacía los sábados por
las mañanas durante cinco horas, de 9:30 a 3 de la tarde, con cinco disciplinas
distintas: canto, interpretación, ballet, claqué y acrobacias. Ese año aprendí,
me formé más y sobre todo me lo pasé genial. Me di cuenta que eso me apasionaba,
la combinación de estas artes me enamoró aún más de lo que ya estaba.
Tercer año, tercer intento. Este año no lo hice sola,
me acompañaron muchas compañeras que habían hecho conmigo este programa.
El 30 de noviembre de 2018, me presenté de nuevo al
casting, en el mismo teatro. En el que uno de los profesores que hacían las
audiciones me reconoció y me pregunto si había estado el año anterior,
obviamente se pasó una semana dándome clase, me gustó mucho que me reconociera,
no os voy a mentir. Recuerdo que la audición no requería hacer claqué, pero mis
amigas y yo preguntamos si podíamos hacer una combinación que nos sabíamos, y
la mostramos por si servía de algo.
Nos dijeron que ya nos llamarían, así que solo quedaba
esperar de nuevo a esa respuesta tan importante.
Un día, yo estaba en mi habitación estudiando lengua
con mi padre, cuando de repente llegaron
mis hermanas con mi madre, entraron en casa en demasiado silencio, cosa que me
extrañó demasiado, pero yo estaba concentrada en lo que estaba haciendo. Hasta
que, inesperadamente, entra mi hermana con el móvil grabando hacia mí y grita
mi madre: ¡Que te han cogido! En ese momento, pegué un grito y de la alegría me
puse a llorar desconsoladamente. Lo había conseguido, lo que llevaba luchando y
soñando durante más de tres años, al final se había hecho realidad. Me habían
escogido para actuar ni más ni menos en Billy Eliot el Musical.
Dos semanas después estaba empezando las clases de
formación. Teníamos clases los sábados y domingos de 10 a 2 de la tarde, a
veces duraban más. Dábamos clases de clásico y de claqué, las dos profesoras
eran increíbles, me llevo muy buen recuerdo de ellas y por supuesto de mis
compañeras, que por cierto, también entraron dos de mis amigas. En general
hicimos un bonito grupo en el que trabajábamos muy bien.
Alrededor de febrero, nos repartieron los papeles que
íbamos a hacer y, el 10 de julio de 2019, estrené en el escenario del Teatro
Nuevo Alcalá, haciendo el papel de Julia. Recuerdo perfectamente ese minuto
antes de salir, entre las cajas del escenario, con mi vestuario, mi micrófono,
mi peinado, todo preparado. Estaba muerta de miedo por si me equivocaba o me
caía, pero también emociona porque al fin iba a llegar el momento que llevaba
esperando tanto tiempo. La función se me pasó volando, en uno de los número se
me calló un abanico, cosa que me enfado mucho, pero lo superé con la ayuda de
mis compañeras. Cuando se cerró el telón todos los actores empezaron a
aplaudir, ya que tuve la suerte de compartir mi debut con la última función del
protagonista. Empezaron a aplaudirle y tuvo el precioso gesto, que no me
esperaba para nada, que fue cogerme y compartir conmigo esos aplausos.
Ese día yo creo que no lo olvidaré nunca, como al
salir por la salida de actores estaba toda mi familia con flores con chuche y
sobre todo con una inmensa sonrisa que me llenó el corazón.
Estuve actuando desde el 14 de septiembre hasta el 5
de marzo de 2020, un día después de mi cumpleaños, y por culpa del Covid-19
cancelaron el musical para siempre y lo trasladaron a Barcelona, cosa que iban
a hacer en julio pero adelantaron el cierre por el confinamiento. No nos
pudimos despedir unos de otros y tampoco de ese maravilloso escenario.
Nunca voy a poder expresar lo tremendamente agradecida
que estoy por haber tenido la oportunidad de vivir esta experiencia y sobre
todo lo agradecida que estoy con mis padres, puesto que me apoyaron y me siguen
apoyando a vivir mis sueños y ayudarme y facilitarme el camino a conseguirlos.
Aunque ahora haya pasado unos cuanto años desde la
última vez que me subí a ese escenario sigo acordándome perfectamente, del
hormigueo en la barriga antes de salir, de cómo se me olvidaba todo una vez
salía y de la confianza que llegué a tener delante de esos cientos de personas
que nos estaban viendo.
Hoy en día, sigo enamorada de los musicales y de todo
lo que provocan en mí. Aunque ahora esté centrada solo en la danza clásica,
tengo como objetivo que por lo menos participaré en un musical más, no se cual
ni cuándo ni dónde, pero lo haré.
Le debo muchas cosas a este mundillo del arte escénico
y como ya he dicho, doy las gracias.
Celia de Oteyza, 4ºA, 1 noviembre
2023
Comentarios
Publicar un comentario