María Marín González (La llegada de mi valentía)-1


 

LA LLEGADA DE MI VALENTÍA

 

Estaba ahí, a punto de tener valentía para hacerlo, ya estaba lista para saltar, cuando de repente mis amigos me sacaron de mis pensamientos gritándome: “no te da tiempo, nos tenemos que ir ya” al escuchar esto retrocedí, cogí mis chanclas y fui con ellos a buscar a nuestros padres.

 Para mi sorpresa seguían en el mismo sitio donde les habíamos dejado cuando nos habíamos ido después de comer, cuando llegué le di un abrazo a mamá, ella tenía el olor extraño y fuerte que había estado desprendiendo muy frecuentemente por las noches, yo ya sabía cómo comportarme, era algo normal o eso creía yo. Nos subimos al coche camino del hotel, y de repente el coche no iba con un sentido concreto, iba de lado a lado, como si hubiera perdido el control, yo rogué a mamá que frenara, pero ella no me escuchaba, ahí fue cuando cambio de canción, empezó a sonar aquella melodía que en ese entonces me encantaba y la cual ahora no podía escuchar sin ponerme a temblar, y justo cuando empezó el estribillo de la canción estaba en el estribillo, recordé todo lo que había aprendido saltando con mis amigos.

 Lo decidí otra vez iba a saltar, cuando abrí los ojos después de saltar ya no estaba ni mamá ni el coche, solo había varias personas a mi alrededor, una señora que formaba parte de aquel grupo se acercó a ayudarme a levantarme, cuando lo hice mire hacia abajo y vi que las chanclas que tanto había utilizado durante esos días estaban rotas y con manchas rojas. La gente no paraba de decir que había sido muy valiente y de preguntarme cosas, pero era como si hubiera perdido la memoria, yo intentaba responder, pero pocas veces acertaba, tiempo después vi unas luces azules acercándose haciendo mucho ruido y cuando ya estaban en frente mío un señor uniformado me dijo que fuera con él.

En nuestra primera parada me intentaron curar heridas que no había sentido, y de decir que había tenido suerte de no haberme hecho más. Después fuimos a otro lugar, un lugar donde había varios señores vestidos como él, me senté con ellos y pregunté “¿y mi madre? Tu madre está bien, pero va a ser mejor que no la veas en un tiempo, me contestaron yo pensé que no tenían ni idea de lo que era lo mejor para mí, pero solo asentí. Cene con ellos y llego papá, que me sorprendió porque en aquella ciudad estaba sola con mi madre, el me abrazaba llorando y no paraba suplicarme perdón, lo que yo seguía sin entender era porque todo el mundo estaba tan preocupado y mirando con esa cara de pena, papá se fue a hablar con el señor uniformado que le informó de todo lo ocurrido.

Una vez que estábamos saliendo hacia el coche, vi a mamá, pero seguía teniendo aquel olor así que decidí ir saliendo yo sola mientras veía como mis padres lo cuales una vez se quisieron tanto, discutían como cada vez que estaba yo delante y ese olor, papá salió me cogió en brazos y me llevo a un hotel en otra ciudad la cual no estaba muy lejos y es donde había estado trabajando papa los días anteriores. En el momento en el que llegamos estaba aquel amigo de papá el cual siempre me hacía fotos y me hacía reír a carcajadas, me quede con el hablando, mientras papá hablaba por teléfono con el ceño fruncido y un tono de preocupación.

Despues de despertarme al día siguiente me di cuenta de que estaba camino a casa, pero vi algo extraño e inesperado después de lo del día anterior en el coche, a mamá. Ella empezó a regañarme por lo ocurrido y yo no entendía porque de un día para otro el amor que me tenía mama empezó a ser más frio, y porque no podía quitarme aquella sensación de agobio cuando estaba en el coche y me asustaba de la mínima cosa en la cual veía el peligro de tener un accidente. Aunque tenía esos pensamientos todo el tiempo en la cabeza, pregunte “¿dónde está tu coche mama? Ella frunció el ceño y solo se calló, papá fue el único que me explico que debido a lo ocurrido ayer el coche estaba en el taller.

Desde ese día mi hermano y yo comenzamos a vivir en la casa de mi padre la cual no estaba a gran distancia la de mi madre, muchas veces íbamos a visitarla, pero la mayoría de las veces la acompañaba ese olor, el olor el cual me indicaba que no todo estaba bien y que me comenzó a parecer vomitivo, aunque iba frecuentemente a ver como estaba, había veces que el amor que me tenía había desaparecido, es decir cuando llego mi valentía se fue el amor que me tenía mi madre, un amor el cual yo creía que nunca se podía ir, y si seguía estando ella no lo demostraba en aquel entonces aunque ella muchas veces me afirmaba que me quería yo sabía que sí que lo hacía, pero no como antes de aquella trágica noche.

María Marín González 1º bachillerato A Octubre 2023

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