Pedro Gerola (Qué pasó después)


¿QUÉ PASÓ DESPUES? 

 

 

Estoy solo en mi estudio, rodeado de libros y recuerdos. Mientras el fuego crepita en la chimenea y proyecta sombras danzantes en las paredes, el silencio es mi único compañero. Mi mente está nublada, atrapada en un laberinto de pensamientos y emociones que me han consumido desde que se conoció el veredicto en la sala del tribunal.  

 

 

Sí, fui absuelto, pero ¿de qué sirve la absolución cuando la carga del pecado es más pesada que el universo mismo? ¿Cómo puedo seguir adelante sabiendo que mi trabajo, mi genio, contribuyó a una de las tragedias más espantosas que jamás haya conocido la humanidad? Todavía recuerdo el momento en que mi corazón tembló de emoción ante este descubrimiento y cómo cada avance científico parecía acercarnos un paso más a la grandeza. Pero cuando la bomba atómica se hizo realidad, su escala fue asombrosa y el destello cegador de la explosión iluminó los cielos de Hiroshima y Nagasaki, dejando un rastro de destrucción y desesperación.  

 

 

¿Cómo puedo involucrarme en algo como esto? ¿Cómo podría mi pasión por la ciencia eclipsar mi humanidad y compasión por mis semejantes? Mientras caigo en las profundidades del autodesprecio y el arrepentimiento, las lágrimas comienzan a nublar mi visión. Pero entonces, en medio de la oscuridad, un rayo de luz brilló a través de la ventana abierta del estudio. Esa es mi amada esposa, Catherine. Sus ojos están llenos de comprensión y amor. Sin juzgarme ni culparme, ella viene hacia mí y me sostiene en sus cálidos y reconfortantes brazos.  

 

 

En su abrazo siento consuelo y encuentro la fuerza para levantarme de nuevo. A través de tus palabras de aliento y presencia firme, encuentro la esperanza de que algún día pueda ser redimido de mis pecados y errores. La noche pasa lentamente y comienza un nuevo día. La carga de mi pasado nunca desaparecerá por completo, pero sé que no estoy solo en este viaje. Con Katherine a mi lado y su amor como guía, afrontaré el futuro con valentía y determinación.  

 

 

Y lucharé paso a paso, día a día, para salvarme y encontrar sentido en medio del caos y la destrucción. Porque, aunque mi nombre está asociado con la fabricación de la bomba atómica, mi legado estará definido por mis esfuerzos por hacer del mundo un lugar mejor y sanar el dolor que he causado. 

 

Esa lucha constante no acabara hasta que todo mi legado quede limpio, por ello decido abandonar mi país durante un periodo de tiempo he irme a un lugar donde tanto yo como mi familia podamos descansar en paz. Así al regresar a mi país tengamos una vida común que es lo que todo hombre y mujer desea, pero es inconsciente de ello hasta que sucede algo que hace que todo el mundo se fije en él. 

 

Pedro Gerola, marzo 2024

 

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