¿QUÉ PASÓ DESPUES?
Estoy
solo en mi estudio, rodeado de libros y recuerdos. Mientras el fuego crepita en
la chimenea y proyecta sombras danzantes en las paredes, el silencio es mi
único compañero. Mi mente está nublada, atrapada en un laberinto de
pensamientos y emociones que me han consumido desde que se conoció el veredicto
en la sala del tribunal.
Sí,
fui absuelto, pero ¿de qué sirve la absolución cuando la carga del pecado es
más pesada que el universo mismo? ¿Cómo puedo seguir adelante sabiendo que mi
trabajo, mi genio, contribuyó a una de las tragedias más espantosas que jamás
haya conocido la humanidad? Todavía recuerdo el momento en que mi corazón
tembló de emoción ante este descubrimiento y cómo cada avance científico
parecía acercarnos un paso más a la grandeza. Pero cuando la bomba atómica se
hizo realidad, su escala fue asombrosa y el destello cegador de la explosión
iluminó los cielos de Hiroshima y Nagasaki, dejando un rastro de destrucción y
desesperación.
¿Cómo
puedo involucrarme en algo como esto? ¿Cómo podría mi pasión por la ciencia
eclipsar mi humanidad y compasión por mis semejantes? Mientras caigo en las
profundidades del autodesprecio y el arrepentimiento, las lágrimas comienzan a
nublar mi visión. Pero entonces, en medio de la oscuridad, un rayo de luz
brilló a través de la ventana abierta del estudio. Esa es mi amada esposa,
Catherine. Sus ojos están llenos de comprensión y amor. Sin juzgarme ni
culparme, ella viene hacia mí y me sostiene en sus cálidos y reconfortantes
brazos.
En su
abrazo siento consuelo y encuentro la fuerza para levantarme de nuevo. A través
de tus palabras de aliento y presencia firme, encuentro la esperanza de que
algún día pueda ser redimido de mis pecados y errores. La noche pasa lentamente
y comienza un nuevo día. La carga de mi pasado nunca desaparecerá por completo,
pero sé que no estoy solo en este viaje. Con Katherine a mi lado y su amor como
guía, afrontaré el futuro con valentía y determinación.
Y lucharé paso a paso, día a día, para salvarme y
encontrar sentido en medio del caos y la destrucción. Porque, aunque mi nombre
está asociado con la fabricación de la bomba atómica, mi legado estará definido
por mis esfuerzos por hacer del mundo un lugar mejor y sanar el dolor que he
causado.
Esa lucha constante no acabara hasta que todo mi
legado quede limpio, por ello decido abandonar mi país durante un periodo de
tiempo he irme a un lugar donde tanto yo como mi familia podamos descansar en
paz. Así al regresar a mi país tengamos una vida común que es lo que todo
hombre y mujer desea, pero es inconsciente de ello hasta que sucede algo que
hace que todo el mundo se fije en él.
Pedro Gerola, marzo 2024
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