Arancha Mateo (Soñemos despacio)


 

                                                SOÑEMOS DESPACIO

 

Y un día me preguntaba, ¿qué es la vida? Cuando somos niños tan solo queremos crecer. Nuestra frase estrella y la que no dejábamos de repetir era: cuando sea mayor, quiero, haré o seré tantas cosas que igual no podré hacer. La mayoría de las veces nos tomábamos como un halago que nos dijeran que estábamos muy mayores, ese simple adjetivo que nos hacía sentir súper orgullosos con nosotros mismos. En lo que pensábamos era, qué bonito es crecer, pero nunca nos paramos a pensar qué era crecer en realidad. ¿Era tan solo ser más altos?, ¿con voces más graves?, ¿más independientes? Qué bonito lo pintábamos todo. Crecer es un verbo que hasta que no lo vives no sabes lo que es.

 

 Qué bonitos esos domingos comiendo con los abuelos. Subir a casa de la tía y jugar con los primos. Esos 24 de diciembre tan especiales y esas navidades sin que faltara ningún hueco en la mesa. Aquellas tardes de verano en el parque columpiándonos y cantando a todo pulmón pensando que la vida siempre sería igual y así de fácil. Esa segunda quincena de agosto en la playa, jugando a las palas con papá, saliendo del mar y secándonos con mamá. 7 de septiembre regreso a clases, felices y emocionados para reencontrarnos con nuestros amigos. Esas tardes de viernes a las 5 de recogida, tenis y merienda. Las noches estresantes estudiando sumas, restas, multiplicaciones y divisiones. Que tardes aquellas cuando teníamos 2 ejercicios de mates y 3 de lengua y nos quejábamos de que no tendríamos tanto tiempo para jugar ni ver la tele. Que tardes aquellas sin notar la presión de los estudios. En conclusión, que vida tan fácil y con tan pocas preocupaciones.

 

Si alguien me dice ahora que han pasado casi 8 años de todo esto, no me lo creería y no sé si no lo crearía o que simplemente no quiero ser consciente de que todos esos momentos pasan de hoy al ayer. Antes quería cumplir años y ahora cada 29 de julio en lo único en lo que pienso es en que nunca viviré 2 veces la misma cifra. Qué tiempos tan bonitos y muchas veces que poco los hemos valorados. ¿Ahora mismo lo pienso y digo, y para qué quería crecer? Supongo que cuando tenemos algo no lo apreciamos lo suficiente hasta que nos damos cuenta de que nunca volveremos a vivir nada como tal.

 

Recuerdo que no había día, que no me miraba al espejo y dijera, ¡qué ganas de ser mayor! Y preguntarme como sería dentro de 9 o 10 años, pensando que todavía quedaba mucho para que pasaran tantos años. 2015, 2016, 2017 soñando con ser mayor y de repente un pestañeo, una milésima de segundo pasando por mi cuerpo, un silencioso segundo oscuro y mi mayor sueño se había hecho realidad, pero lo que no sabía era que por ese dichoso sueño en un futuro me gustaría volver al pasado. Allí estaba yo mirándome en el mismo espejo. Todo tan extraño y tan espontáneo. Pensaba que apenas había pasado 1 segundo. Pero todo se veía diferente, miré a mi alrededor y de 2015 a 2024. ¿Cómo han pasado tantos años en ni siquiera 1 minuto? Y fue ahí, en ese pequeño instante cuando me di cuenta de que crecer es muy diferente a como mi yo de 7 años se lo imaginaba. Pensaba que hacerse mayor solucionaría muchas cosas, pero fue todo lo contrario. Antes nos daban miedo las arañas y la oscuridad. Ahora lo que más miedo me da es lo rápido que pasa el tiempo. No darme cuenta de cómo pasan las horas, los minutos y los segundos. El no poder vivir todo lo que me gustaría. Pero muchas veces se nos va la vida soñando otra. Nunca es nunca, pero y si después de un nunca hay un siempre. Total, que nosotros sepamos, solo hay una vida por lo que, soñemos, riámonos, lloremos, enamorémonos porque si no aprovechamos las cosas, puede que esta sea nuestra última oportunidad de hacerlo. Fluyamos y vivamos porque somos una vez en la vida. Vida en la que no elegimos estar, pero la que nunca queremos dejar pasar.

 

 

 A veces recorro la casa y veo todas mis fotos en los marcos. Mi yo de antes pensaría en que guapa salía o tan solo en qué bonita. Mi yo de ahora las mira y solo piensa en como retroceder el tiempo o simplemente hacer que pase más lento. Hoy le doy las gracias a mi madre por capturar esos momentos del pasado. Muchas veces el porqué de las fotos. A veces miro las y me dan alegría y tristeza a la vez. Yo siempre he defendido la idea de que las fotos son recuerdos de lo que algún día hemos vivido, pero queramos o no hacemos las fotos no solo porque sean bonitas sino para no olvidar lo que fuimos en un momento de nuestras vidas.

 

Mi abuelo siempre me decía una frase, frase que hasta hoy llevo conmigo” todo a su debido tiempo” y ahora me doy cuenta de la razón que tenía. Nuestra vida es nuestra historia, nuestro aprendizaje y lo más importante todas nuestras etapas, etapas que se resumen en niñez, adolescencia y vejez, 3 palabras que corresponden a una vida ya casi terminada. De la frase que me dijo en su día mi abuelo he sacado mi propia conclusión de la vida. La frase que deberíamos tener en cuenta a partir de ahora hasta que nuestro cuerpo eche su último aliento es “recordar el pasado, vivir el presente y soñar el futuro”.

 

                                                                                                                 Arancha Mateo Fluixá

                                                                                                                                     4º ESO A

                                                                                                                29 de enero de 2024

Comentarios