FIRMAMENTO
DE RECUERDOS
En la inmensidad del firmamento
nocturno, las estrellas brillaban como destellos de luz que iluminaban el cielo
oscuro. Cada una de ellas representaba a alguien que había dejado una huella
imborrable en mi vida. Algunas permanecían fijas, como faros que guiaban mi
camino, mientras que otras aparecían fugazmente, iluminando brevemente mi
existencia antes de desaparecer en la inmensidad del universo.
Hubo un tiempo en el que concebía a
las personas como estrellas fijas en mi firmamento emocional, pero la vida me
enseñó que nada es para siempre y siempre no significaba nada. Por mucho que
queramos, las estrellas se apagan, y lo único que te queda es la memoria, la
memoria de que alguna vez esas estrellas fueron mas que unos puntos en el cielo
para ti
Resultaba difícil comprender que
las personas son etapas. Nadie se quedaba para siempre, eran como promesas
hechas con el corazón pero casi nunca cumplidas, como el "siempre estaré
ahí" o un simple "te quiero".
Recuerdo las palabras de aquella
persona que comparaba el amor con las olas del mar: "El amor va y viene
como las olas del mar, arrastrando consigo promesas escritas en la arena hacia
lo más profundo y lejano". Entendí que en el amor no existen candados,
sino luchas, luchas en las que nunca hay un ganador.
Alguien me dijo una vez que se
podía dejar de querer y yo nunca lo llegué a entender. Nunca llegue a entender
como una estrella que siempre ha brillado en tu firmamento puede desaparecer,
ya que esas estrellas siempre serán recuerdos guardados en una parte de nuestra
mente.
El amor fue mi mejor maestro el que
te enseña que la vida no es tan bonita aprendí lecciones que moldearon mi personalidad
de manera duradera. Me revelaron que la vida es un viaje lleno de giros y
vueltas, de risas y lágrimas, de encuentros y despedidas, que el amor es de
valientes y amar de idiotas, pero no cualquier tipo de idiotas , si no de
idiotas que siguen creyendo que todo es para siempre.
Aunque pudiera doler recordar a
aquellos que ya no estaban conmigo, siempre me quedaba el consuelo de los
recuerdos, esos que se almacenan con el tiempo y que a veces queremos explorar
y revivir . En los momentos de nostalgia, cierro los ojos y me adentro en los
recuerdos compartidos, reviviendo los momentos de alegría y tristeza que me
unieron a esas estrellas fugaces en mi universo personal.
Así que, mientras continuaba
explorando el inmenso cosmos de la vida, recordaba que las estrellas podían
desaparecer, pero los recuerdos perduraban. Y en ese firmamento de emociones y
experiencias, siempre seria una constelación que me recordaría las estrellas
fugaces que pasaron por mi constelación y que siempre dejarán un brillo
especial en mi, porque esas estrellas formaran parte siempre de mi cosmos
aunque ya no brillen en el.
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