Ignacio Escalera Rocha (Emoción y desconsuelo)


EMOCIÓN Y DESCONSUELO

 

Carlos, un joven de 24 años, estaba disfrutando tranquilamente una tarde con sus amigos. El principal motivo de la quedada era enseñarles su nuevo coche, un BMW M4 G82. ¡Por fin con esfuerzo y sacrificio, había conseguido y pagado el coche de sus sueños con sus propios ahorros! Tras enseñarles a todos el coche, se quedaron en el banco donde pasaban todas las tardes escuchando música y charlando entre ellos. Inesperadamente a Guzmán, el mejor amigo de Carlos, le llego un mensaje al movil; era una alerta de grandes lluvias e inundaciones justo donde se encontraban, en Catarroja.

 

Al principio, llovía muy poco por lo que pensaron que sería una tontería, porque a pesar de las alertas no llovía mucho, pero poco a poco les fue llegando el mensaje a los demás y se empezaron a asustar un poco más. Los cuatro amigos se refugiaron en el nuevo coche de Carlos y empezaron a difundir el mensaje a sus amigos y familiares. Carlos les dijo a todos que podían ir a su casa para refugiarse de la lluvia ya que vivía en un tercero y no habría problema de las inundaciones en caso de que las hubiese. Cuando llegaron a casa de Carlos el agua les llegaba por las rodillas y subieron con todo el pantalón mojado hasta el tercer piso. Al entrar pusieron la ropa a secar y Guzmán empezó a preparar algo de comer para todos.

 

Carlos lo primero que hizo nada más llegar fue pararse frente a la ventana y ponerse a mirar su coche, viendo como la lluvia estaba comiéndoselo poco a poco y no podía hacer nada para evitarlo. Diego fue a consolarle y a decirle que el coche solo era algo material y que lo importante era que estaban los cuatro a salvo. Le convenció para ir al salón con todos para comer algo diciéndole que luego ya habría tiempo de preocuparse por lo material.

 

Pasaron 15 minutos y los cuatro estaban muy preocupados por sus familias ¿Estarían todos bien? ¿Habría entrado el agua a sus casas? Tras un largo silencio todos se asustaron al escuchar un fuerte ruido que venía de la calle. Se levantaron y fueron corriendo a mirar por la ventana. Carlos se quedó paralizado al ver que a su coche se le había llevado el agua y estaba al fondo de la calle en un montón de coches a los que les había pasado lo mismo. Pero recordó las palabras que su amigo Diego le había dicho y pensó que ya tendría tiempo para preocuparse por lo material por muy costoso que fuera, pero lo primero era su salud y la de su familia.

 

Empezaron a llegarles noticias de que el barranco de Chiva y el del Poyo se habían desbordado y por eso había grandes inundaciones. En un momento Diego pensó que quizás los vecinos de abajo necesitaban ayuda. Y los cuatro junto con los vecinos del segundo, fueron a ofrecerles ayuda a los del primero que sí que les había entrado agua en casa y no podían hacer nada. Una vez que están a salvo escucharon por la ventana a gente que pedía auxilio porque se les llevaba la corriente. Intentaron rescatarles juntando sabanas y mantas para que se pudieran agarrar y que el agua no se les llevara, pero llego un momento que ya era imposible porque la corriente llevaba mucha fuerza.

 

Tras 7 horas encerrados pudieron salir a la calle y vieron como estaba toda la gente en estado de shock viendo que lo habían perdido todo: sus coches y motos, los que vivían en un bajo sus viviendas… Pero lo material es lo que menos les importaba ya que todo el mundo fue a ver si su familia estaba bien. Los cuatro amigos se dividieron y fueron cada uno a casa de sus padres. Carlos a medida que le quedaba menos para llegar a su casa, se preocupaba cada vez más. Lo que mas le preocupaba era su padre ya que llevaba desde los 40 años en silla de ruedas sin poder moverse. Ya estaba a una calle de su casa y miles de pensamientos le comían la cabeza. Giró la esquina y se llevo un alivio muy grande porque en la puerta de su casa a su hermano pequeño y a su padre y fue corriendo a darles un abrazo muy grande a los dos. Vio que los dos estaban llorando y no entendía muy bien por qué si estaban todos a salvo. Pregunto por su madre, Carlos pensaba que estaría ayudando a algún vecino, pero su hermano pequeño se puso a llorar más fuerte. Y su padre le dijo que desde que se fue al trabajo esta mañana no había llegado a casa.

 

Carlos se puso histérico y sin pensárselo fue directo en dirección al trabajo de su madre. Estaba realmente preocupado. Empezó a pensar lo peor y no pudo resistir que se le callera alguna lagrima: Al fondo de la calle por la que iba vio un coche muy parecido al de su madre. Fue corriendo hacia él y a 50 metros del coche le pareció que había alguien dentro por lo que se puso a correr lo más rápido que podía. Abrió la puerta del coche…

 

Ignacio Escalera Rocha   1ºA   11/2024


 

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