Marcos Porqueras Lozano (Si no te acuedas tu me acuerdo yo por ti )


 

SI NO TE ACUERDAS TU ME ACUERDO YO POR TI

 

 

Todo empieza cuando voy a visitar a mi abuela una vez más con mi madre, como hacemos todas las semanas. Ambos siempre intentamos sacar algo de tiempo para estar con la abuela, porque es lo que más queremos y un referente para nosotros.

 

Tras haber merendado en su casa y quedarnos los dos solos, porque mi madre se ha ido a hacer unos recados, estamos hablando como hacíamos siempre, cuando voy a comenzar a contarle una historia que me había pasado en el verano con los primos en la casa del pueblo, donde nos juntamos toda la familia. Mientras le contaba la historia yo veía a mi abuela algo confusa e intentado recordar la historia, pero veo que algo no estaba yendo bien. Sin hacer más hincapié en ello sigo contándole la historia y llegó mi madre, algo más tarde nos despedimos y nos vamos ya hacia casa, que había que hacer algunas cosas del colegio, cenar e irse a dormir para mañana el colegio.

 

En la vuelta en coche le explico a mi madre que he estado contándole a la abuela una historia que nos pasó a los primos y a mí en el pueblo y me dijo que ella sí que se acordaba de lo que pasó. Ahí decido decirle que mientras le contaba la historia a la abuela la veía desconcertada y mi madre no le dio mucha preocupación porque no pensaría que fuera algo importante si no que la abuela estaría pensando en sus cosas simplemente.

 

A la semana siguiente volvimos a casa de la abuela y tras merendar como siempre nos pusimos a hablar y le recordé la historia que le había contado la semana anterior para contarle otra diferente. En ese momento la abuela me dijo que no le había contado ninguna historia la semana pasada, pero sí que se acordaba de que habíamos ido a merendar y a estar con ella. Fue entonces cuando me percaté de que algo no estaba yendo bien y lo dejé pasar, aunque más tarde se lo contaría a mi madre de vuelta a casa.

 

“Mamá te acuerdas que la semana pasada te expliqué que la abuela no se acordaba de la historia que nos pasó a los primos y a mí y que no parecía nada raro, pues hoy le he ido a contar otra que iba continuada de esa y me ha dicho que no le conté nada la semana pasada que solo se acordaba de que habíamos ido a merendar.”

 

 

Mamá creo que algo de la mente de la abuela está fallando, está dejando de acordarse de las cosas y me estoy preocupando. “Hijo no le des mucha importancia, es normal que la abuela no se acuerde de todo, ya es muy mayor”.

 

Mi madre me dijo que mañana por la tarde me quedaré a dormir a casa de la abuela, porque ella y papá tienes unas cosas que hacer y no estarían en casa. Me apetece mucho quedarme con la abuela porque me encanta pasar tiempo con ella, porque, aunque los abuelos sean eternos y vayan a estar siempre con nosotros sabemos que dejaremos de verlos en algún momento.

 

“Hola abuela ya estoy en casa, ¿Dónde estás?” Le dije a mi abuela al entrar. Ella se respondió con su mítico: “estoy en el sillón nieto mío ven a darme un beso”. Yo fui, la saludé y me senté en el sillón para hablar con ella. En un momento de silencio fue cuando su voz de forma tímida preguntó: ¿“nieto mío cuando fue la última vez que viniste a visitarme? casi que no me acuerdo de tu voz ya”. Yo muy desconcertado le recordé que hace pocos días vinimos mi madre y yo, pero parece que no se acuerda y esto me está empezando a preocupar.

 

Esa tarde salí con mis amigos y fue cuando se lo conté a mi mejor amigo lo que me estaba pasando con mi abuela y me dijo que su abuelo había tenido Alzheimer y que le paso algo parecido a él como me está pasando a mí.

 

Cuando volvieron mis padres de estar fuera les conté todo lo que me había pasado con la abuela y me dijeron que irían al médico a ver si encontraban la solución o respuesta de lo que estaba pasando. Fue cuando días después me dijeron que la abuela padecía Alzheimer una enfermedad en la que la persona afectada deja de acordarse de las cosas y que había diferentes grados y que la abuela estaba muy afectada.

 

La semana siguiente volvimos a visitar a la abuela y ahí fue cuando me di cuenta de que me quedaba poco tiempo que compartir con ella porque no se acordaba ya ni de quien era. Por eso empecé a ir todos los días a visitarla para hacer que algún recuerdo mío se le quedara.

 

Semanas después mi abuela fue ingresada en el hospital y cuando fuimos a visitarla los médicos nos dijeron que no le daban más de dos semanas de vida porque ya estaba muy mayor y muy malita.

 

Pasaron los días y visite a mi abuela sin saber que sería la última vez y cuando me despedí de ella le agradecí todo lo que había hecho por mí. Cuando le di el beso de despedida le abracé fuerte la mano y le dije “si no te cuerdas tú, me acuerdo yo por ti” terminé con un te quiero y me despedí.

 

Al día siguiente mi abuela falleció, yo estaba algo afectado pero contento por haber pasado tanto tiempo con ella y haberle prometido lo que le dije en mi última frase. “ si no te cuerdas tú me acordaré yo por ti”.

 

Marcos Porqueras Lozano 1BACH A 2/2025

 

 

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