UN
TIROTEO EN MI COLEGIO
Me llamo Jason, y tenia 15 años
cuando me ocurrió la historia que os voy a contar a continuación. Antes quiero
explicaros que no es sencillo. De hecho, aveces me cuesta hablar de eso, pero
otras veces siento que, si no lo hago, la gente se va a olvidar; y no
quiero que se olviden.
Era 20 de abril de 1999, un
martes como cualquier otro en Columbine High School, en Colorado. Bueno, casi.
Esa mañana casi me quedo dormido, pero mi mamá me despertó a tiempo. Desayuné
rápido y me puse mi camiseta de favorita antes de salir corriendo porque mi
amigo Matt ya estaba afuera con su coche.
Las primeras horas de clase
fueron aburridas, como siempre, reconozco que no hice mucho, todo el mundo
dice que no soy muy buen estudiante aunque tampoco tienen motivos para
decir eso. A cuarta hora tenía biología, pero decidí saltármela
y estar en el patio con Matt y algunos amigos más. Nos sentamos cerca
de la entrada, ahí nunca hay
profesores y estuvimos hablando de tonterías, hasta que
escuchamos lo que pensamos que eran fuegos artificiales.
Luego, gritos.
Y entonces vi a un chico caer
al suelo con sangre en el pecho, me asusté mucho, no sabía que hacer.
Todo pasó muy rápido. Al
principio pensé que era una broma pesada, hasta que vi a Eric y Dylan con sus
escopetas, dos compañeros míos de la otra clase, siempre han sido un poco
malos pero no pensaba que podían llegar a tanto. La gente corría en todas
direcciones, y yo me quedé congelado hasta que Matt me agarró del brazo y tiró
de mí hacia la biblioteca.
No debimos haber ido allí.
En la biblioteca había varios
estudiantes escondidos debajo de las mesas. Me tiré al suelo, temblando. Un
minuto después, ellos entraron. Se reían. Bromeaban. Disparaban.
“Levantaros, cobardes”,
dijeron. Nadie se movió.
Sentí un golpe caliente en mi
pierna. No grité, aunque me dolía mucho, pensaba que me iba a quedar
sin ella . Me hice el muerto mientras ellos seguían disparando.
Después de un rato, se fueron.
Pero el miedo no.
Mas tarde, llegaron los
policías, pero no lograron detener a Eric y a Dylan, ellos se quitaron la
vida antes de detenerlos, que cobardes! No puedo creer como hay gente tan
cruel!
Luego, comencé a escuchar
sonidos de ambulancias, gracias a Dios porque necesitaba ayuda, me
llevaron al hospital y me curaron, reconozco que tengo mucha
suerte no cómo Matt. Desgraciadamente, el falleció. Eso a
mí me afectó mucho; igual que la muerte de las otras 11 víctimas. Pero
lo que realmente importa no es eso.
Lo que importa es que cada 20
de abril me despierto y sigo sintiendo ese miedo. Lo que importa es que la
gente sigue olvidando.
No quiero que me recuerden a
mí. Quiero que recuerden lo que pasó. Porque si lo olvidan… volverá a pasar.
Reyes
Rodríguez 1*A
2/04/25
Comentarios
Publicar un comentario