Samuel Ruiz Gamboa (Mi nueva vida en España)


 

MI NUEVA VIDA EN ESPAÑA

Mudarme de Colombia a España hace apenas dos meses ha sido una experiencia que ha marcado un antes y un después en mi vida. Dejar atrás mi país, mis amigos de toda la vida y los lugares que siempre habían formado parte de mi rutina diaria fue lo más difícil de todo. Recuerdo los últimos días en mi ciudad natal con una mezcla de tristeza y nostalgia; cada calle, cada esquina, cada parque parecía despedirse de mí, y con ellos se iba también una parte de mi historia. Pensar en no volver a caminar por esos lugares por un tiempo indefinido me llenaba de incertidumbre, y a veces sentía que el vacío que dejaba mi hogar no podría ser llenado por nada.

 

El viaje a España fue largo y lleno de emociones encontradas. Llegar a una ciudad desconocida, aunque acompañado de mi familia y mi hermano, me hizo sentir un poco perdido. Todo era distinto: la manera en que las personas hablaban, sus gestos, la forma de relacionarse, incluso los horarios y la organización de las calles. Aunque hablaba español, me costaba entender algunas expresiones y palabras que en Colombia no usamos, y eso me hacía sentir aún más lejos de todo lo que conocía. Sentirme extranjero y diferente fue un reto emocional, porque aunque todos me recibieron con amabilidad, yo tenía la sensación de que aún no pertenecía a este lugar.

 

El colegio también representó un desafío. Las clases eran distintas a lo que estaba acostumbrado; la manera en que los profesores explicaban los temas, la participación en clase y la dinámica con los compañeros era nueva para mí. Al principio me costaba integrarme y encontrar un espacio donde me sintiera cómodo. Había momentos en los que prefería quedarme en silencio y observar, tratando de aprender la manera en que todo funcionaba. Sin embargo, poco a poco empecé a notar pequeños cambios: algunos compañeros se acercaban a preguntarme cosas, y eso me hacía sentir un poco más incluido.

 

A pesar de estas dificultades, España también me ha sorprendido de muchas maneras. Lo que más me llamó la atención fue la ciudad donde vivo: sus calles amplias y llenas de vida, los parques, las plazas y la manera en que las personas disfrutan de su tiempo libre. Cada día descubro algo nuevo: una cafetería, una librería, un rincón que antes no había notado. Me ha encantado observar cómo la gente conversa en las plazas, cómo, los niños juegan en los parques y cómo el ambiente urbano tiene su propio ritmo, distinto al que conocía en Colombia.

 

Lo que más me ha ayudado a sobrellevar esta transición han sido mis hobbies y la tecnología. Ir al gimnasio se ha convertido en una manera de liberar estrés y mantenerme activo; me ayuda a sentirme en control de mi cuerpo y de mis emociones. La música, por otra parte, me acompaña en los momentos de nostalgia y me conecta con recuerdos felices de mi vida en Colombia. Además, poder hablar con mis amigos y familiares mediante videollamadas me brinda un apoyo emocional invaluable. Escuchar sus voces y compartir nuestras experiencias, aunque sea a la distancia, me hace sentir que parte de mi hogar sigue conmigo y que no estoy completamente solo.

 

Hoy, después de dos meses, puedo decir que aunque la nostalgia persiste y aún hay días difíciles, también he aprendido mucho sobre adaptación, paciencia y resiliencia. He empezado a crear nuevas amistades, a disfrutar de la rutina escolar y a descubrir la belleza de la ciudad que ahora es mi hogar temporal. Este proceso me ha enseñado que dejar atrás lo conocido puede doler, pero también permite crecer, conocer nuevas personas y experiencias que enriquecen nuestra vida de maneras que nunca imaginamos. Estoy aprendiendo a equilibrar lo que dejé atrás con lo que estoy construyendo aquí, y aunque aún extraño Colombia, siento que estoy empezando a formar mi propia historia en España.

Samuel Ruiz Gamboa
 4 ESO A
 Noviembre, 2025

 

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